sábado, marzo 05, 2011
Objetos inanimadosdos
Pero he aquí lo que hace unos cuantos días aconteció en la mesilla, sita junto a mi cama, pues de estar situada en la cocina, no sería una mesilla, sino otro enser, y que tiene que ver con extraños sucesos relacionados con objetos inanimados.
Resulta que en esa mesilla hay un despertador, que jubilado por las nuevas tecnologías (la alarma del móvil), dejó no solo de despertar, sino de dar la simple información de qué hora es, cuando se despierta uno y mira y ve que son las 5 menos 20 y encantado se da la vuelta y se queda uno dormidito y al que no he cambiado la pila desde hace mucho tiempo.
Hace unos cuantos días, quedé con unas amigas a desayunar y que me dieran mi regalo de cumpleaños. Solemos quedar para el cumple de cada uno de nosotros, con la particularidad de que dado que estas mujeres entran a las ocho y tenemos que hablar y desayunar y tal y pascual, pues el madrugón es de aúpa. Es un acto de amor que nos encanta hacer y que esta semana. volveremos a repetir.
La cosa (que me pierdo en disquisiciones) es que el otro día, al despertarme con el móvil, vi que el despertador, parado desde hace muchos meses, estaba funcionando y además a la hora que era. Le miré, me miró, me guiñó un ojo (o un agujo) y se paró, supongo que hasta la noche siguiente y la otra y la otra en la que se pondrá a funcionar tan feliz y parará un poco antes de mi despertar con la alarma del móvil y cuando vea que duermo, conectará una especie de bluetooth y se pondrá en hora, tan campante.
sábado, enero 29, 2011
Objetos inanimados...
¿Quién no ha perdido o creído perder algo y según sean sus creencias, le reza a San Antonio Bendito o a San Cucufato (los cojones te ato, si no me lo encuentras, no te los desato) y uno de los dos santos, va y lo encuentra?
Y no me refiero a cosas minúsculas como un botón o una aguja, que parecen haber nacido o bien para la una, atarle y bien atarle en una prenda con vueltas y más vueltas de hilo o bien para en un descuido de la celosa aguja, desatarse el botón de la camisa de rayas y buscarse otra vida, más rodada y menos prieta y más libre.
Pero casi sin duda y si hubiese un "ranking" de estas cosas (que lo habrá), la prenda o la cosa inanimada que más se divorcia, que más se despareja, que más escapa sin decir "ahí te quedas" es; o mejor dicho; son los calcetines que se ponen a lavar.
Uno siempre está seguro al 100% de que al meter la ropa en la lavadora, iban las parejas de calcetines azules con azules, verdes con verdes, marrones con marrones, de Hello Kitty con Hello Kitty (por poner un ejemplo), pero al sacar la ropa ya lavada e ir a tenderla ¡sorpresa! falta un calcetín, nunca los dos, pues en ese caso, quizás no repararíamos en su pérdida, pero al haber solo uno, te pones a mirar dentro del tambor de la lavadora, das vueltas con la mano, no sea que se haya quedado enganchado o pegado (te sientes absurdo), recorres como un investigador una y otra vez el camino de ida y de vuelta de la lavadora al tendedero, pero nada, no vuelve a aparecer.
Es entonces cuando sopesas varias posibilidades; una: la lavadora es una calcetinofaga y al menor descuido, se lo zampa y eructa los huesos al siguiente centrifugado; otra: el calcetín, antes de ser introducido en la lavadora, se hace una especie de bicho bola y mientras vas a por el suavizante, rueda y rueda hasta la terraza y desde allí, camina sin parar, a la pata coja (no puede ser de otra manera) aprovechando tu descuido detergentil y se va a jugar a ser libre con el botón de la camisa de rayas, cuya falta (la de ambos) me ha convertido poco menos que en un pordiosero.
He puesto al otro calcetín en el sitio de los trapos sucios, lo merezca o no. Es la vida.
viernes, octubre 15, 2010
Amor verdadero
Eso es amor verdadero en estado puro.
Luego, con los años, los humanos nos vemos presos de dudas, de deseos, de sentimientos encontrados, de frustraciones vitales que hacen que ese amor verdadero ya nunca se canalice o se envuelva en florituras sentimentales o sexuales que parecen enriquecerlo, pero que en realidad lo van empobreciendo, o sencillamente, ni siquiera aparezca ese pseudo amor.
Besitos, pequeña Paula.
sábado, septiembre 18, 2010
La Novela de las Mil Novelas
Me lo traje a casa después de echarle un ojo por encima y suponer que lo de las mil novelas sería por ese tipo de libros en los que si piensas que va a pasar una cosa, tienes que ir a la página 413 y si piensas otra a la 254.
Al pagar y meterlo en una bolsa de plástico, vi que entre las hojas, o de una hoja a otra, parecían moverse como unos bichitos que se me antojaron hormigas.
Al llegar a casa, pensé: lo sacudiré un poco, no sea que además de las mil novelas, me lleve una plaga de mil hormigas.
Empecé a los pocos días y la historia, aunque un poco espesa sobre espionajes y dobles agentes y mensajes encriptados para burlar al enemigo espía, me atrajo inmediatamente.
Lo tremebundo de esto es que este libro, es una novela viva.
Durante los primeros días, creí que estaba perdiendo la razón, pues al volver a leer desde el punto en el que había dejado mi libro el día anterior, no entendía lo que leía, pues los acontecimientos se habían desarrollado de un modo tan sorprendente, como diferente. Me iba unas páginas hacia atrás y lo que había leído hace dos días, ya no era del modo que yo recordaba, sino que un fleco literario, que pensaba yo que se me había quedado en el tintero, hacía que todo diese un giro que volvía la historia del revés, pero que me volvía a enganchar totalmente interesante y renovada.
Un día, decidí leerme el libro del tirón a ver qué pasaba, pero el sueño me venció. Un poco antes de caer dormido, observé como cientos de cositas negras, parecidas a hormigas, pasaban a toda velocidad de unas páginas a otras.
Eran las palabras que iban decidiendo cómo y dónde ponerse para ser leídas al día siguiente.
La historia y el libro, creo que me van a acompañar hasta que muera y alguien lleve La Novela de las Mil Novelas a una de esas tiendas de libros antiguos y de ocasión para ser leída y releída; siempre nueva...
jueves, mayo 20, 2010
Negro
Hoy me ha dicho que mirase la lista de relatos admitidos entre los que no está éste que comparto (pues al no haber sido elegido, se puede publicar).
A mí me gusta que le haya gustado a quien le ha gustado; es decir, a mi gente, que aunque no les haya gustado, me han dicho que sí les ha gustado y ello me gusta.
Escribiendo así ¿cómo voy a gustar a los que no les he gustado?...
Va por ustedes:
domingo, mayo 02, 2010
Golf Rojo
Me ha dado muchas alegrías. En él se han subido algunas de mis mujeres favoritas, le han metido mano, han hecho sonar canciones inverosímiles en su CD, el viejo Golf ha dado fresquito y calor a esas mujeres, que le han ido adaptando el asiento según midan 1.82 o 1.61...
Una vez, hace unos meses, nos dejó tirados a una de esas mujeres (a mi favorita, quizás) y a mi. Desde ese día ha ido renqueando, hasta que el otro día, decidió que aun circulando, esos tirones o falta de fuerza indicaban que algo le pasaba al pobre viejo Nuevo Golf.
Lo llevé al médico y le cambiaron la bomba de la gasolina. Cuando me lo dieron ya arreglado, olía a gasolina bastante, pero supuse que si le habían cambiado la bomba de la gasolina, tenía que oler a eso. Si le hubiesen cambiado la bomba de Dolce & Gabbana, hubiera olido a ese perfume tan sugerente...
Fue hace unos pocos días, cuando necesitando repostar gasolina, lo hice, me fui a pagar y cuando volví; un charco enorme se asomaba por debajo del coche. Se desangasolinaba... Lo llevé al parking... Se desangasolinaba menos... Cuando al día siguiente lo llevé al trabajo, con un olor inmenso a gasolina, se deangasolinaba mucho más. Tuve que llevarlo a urgencias y allí me sucedió algo increible.
Cuando me lo devolvieron, me dijeron que no les tenía que pagar nada porque había sido un problema suyo (del servicio oficial nada menos), y que como era de la avería anterior, que lo sentían, pero que no solo no tenía que pagarles nada, sino que me repostaron los pocos litros que había perdido por el camino y en la gasolinera. Así que lavadito, me lo llevé a dar vueltas y a seguir conociendo mundo y mujeres que le metan mano a él y al conductor...
sábado, mayo 01, 2010
El circulo se cierra
Otras veces; las más; me doy cuenta de que aunque nunca llegase a escribir en este blog, tampoco tengo por qué destruirlo
Desde al año 2005 en el que empecé, han pasado montones de cosas en mi vida, unas alegres, otras más tristes, descolocantes, aclaratorias, pero en cualquier caso, lo que haya pasado, ha sido parte de la vida de este autor de este blog.
Esta tarde, me ha dado por no tanto borrar, como volver (aunque amenace con no volver a escribir... o sí) a la plantilla menos personal que me vio nacer en Blogger (*)
Algunas veces, da gusto ese volver a ser virgen otra vez...
Iré actualizándolo como si fuese nuevo y quizás vuelva a compartir con gente antigua y nueva, mis pensamientos.
(*) Soy tan voluble que en cuanto me han dicho lo sosa que era esa plantilla, la he cambiado, jajaja.
lunes, abril 05, 2010
Soledades-2
domingo, abril 04, 2010
Soledades...
lunes, marzo 01, 2010
Bitácora (casi) blindada
Publique con la regularidad que publique, he metido lo de la moderación de comentarios y verificación de la palabra, no tanto para fastidiar a anónimos que sin tener cuenta en Google, entraban y decían eventualmente cosas, como para evitar precisamente esos comentarios (que no son tal) de spams.
Abrazos humanos y chispazos a los robots spam-módicos.
viernes, febrero 12, 2010
Día de los Enamorados
¡Te dejo! ...Me quedé perplejo ¿otro hombre? pensé entristecido, herido en mi honor y amor verdadero.
Al rato (5 minutos) recapacité y me alegré de que se hubiese enamorado de otro hombre y no de un caballo o de una sopera. Al fin y al cabo y aunque las comparaciones son odiosas, tengo menos atributos sexuales que un caballo, pero más conversación que dicho corcel y que decir tiene, que la de una sopera, que no solo no habla, sino que parece todo el rato asombrada de que los fideos se paseen nadando de un lado a otro como angulas de mentira, de mucha más mentira que las gulas, que aun mentirosas, parecen verdaderas.
Ni que decir tiene que tengo más atributos (sexuales) que las angulas tipo fideo de la sopera, pero eso no viene al caso ahora, o nunca.
Yo le dije: Desde luego cariño, mira que eres oportuna ¿cómo se te ocurre dejarme en la nada, qué digo en la nada, en la hondonada un 14 de febrero? Menos mal que todavía no se ha inventado la parafernalia consumista enamoradizica, porque si no, como yo te quiero (y siempre te querré), te hubiera comprado un caballo con unos atributos (sexuales) tipo el de Espartero... ¿el torero? ¡qué torero! el valiente general (*) portando una sopera llena de angulas de mentirijilla en forma de fideo cabellín (no caballín) y hubiéramos hecho el amor sobre la sopera, ante la actitud atónita del caballo de Espartero y sus cojones.
Así que estés donde estés y con quien estés (si es que estás), cielo, feliz día de San Valentín. El caso es que por si vuelves y como todos los años, te he comprado un corcel con un atributo (sopero) tan gracioso, que la sopera que le he puesto encima, ha derramado las gulas hechas fideos al asomarse a verlo y ha cerrado su bocota anonadada como diciendo: esta boca es mía.
(*) De la Zarzuela La Gran Vía:
Elíseo. Un poquito más abajo,
según dijo un caballero,
se verá dentro de poco
el retrato de Espartero.
Todos. ¿El torero?
Elíseo. ¡Qué torero!
El valiente general,
el patriota de vergüenza,
el constante liberal.
viernes, enero 29, 2010
Si no se va la luz
Estoy atrincherado en el cuarto del ordenador y oigo como resoplan, empujan, sacan cosas de una caja de herramientas, aunque parece (ni me asomo) que está todo bajo control.
Es lo que les he dicho para darles confianza (que no sé si tengo) estoy por aquí, vosotros ya sabéis lo que tenéis que hacer (queriendo autoconvencerme)
La cosa es que yo vivo en una casa construida en el año 1967 y cuyas instalaciones fueron en su día....
¡¡¡diossssss suena un taladro a toda hostia!!!...
Sigo... Las instalaciones fueron en su día "retocadas" con una mezcla entre "manitas" y "ñapas" por el anterior dueño de dicha casa.
Es una casa muy divertida, pues te encuentras con interruptores que no encienden nada, con eternas lámparas azules en armarios escondidos y con tomas de enchufes doblados... me explico, que no están ni verticales ni horizontales, sino en ángulo... Es una maravilla esta casa... Siempre llena de sorpresas eléctricas sobre todo. Cuando yo vivía en la casa de arriba con mis padres y hermanos, recuerdo el constante ruido del taladro y me imaginaba lo que al final era: Una casa queso Gruyere con todos su agujeros tapados con enchufes y cosas insospechadas.
No oigo nada y no sé si es buena señal o mala. Es como cuando el niño que te ha tocado por hijo está en un cuarto anexo en silencio absoluto y tú absorto en tus absorteces, caes en la cuenta que llevas unos minutos sin oír al niño y cuando vas a la habitación anexa ves con horror como está pintando con esos rotuladores imborrables, indelebles, indeseables, toda tu ropa, la cama, las paredes y su propia carita de demonio.
¿Me asomo?
Joder es como una peli de miedo... Oigo ruidos y cosas pero no me atrevo a sacar la cabeza de esta pantalla.
Seguro que ellos me escuchan teclear y creerán que estoy trabajando o haciendo algo importantísimo, aunque mi pinta y la pinta de esta casa no denoten precisamente que yo parezca un notario.
Iban a venir a las 12 y son las 12:03... Es buena señal. han sido puntuales en el sentido de haber venido antes ¿no?
Voy a ver qué tal va la cosa....
viernes, enero 22, 2010
La bufanda que tenía alma
Un día, la Musa dejó su bufanda al poeta.
Le dijo que la cuidase durante unos días como si fuese ella misma.
El poeta sintió un escalofrío al quedarse a solas con la bufanda de su Musa.
La cogió con el mismo mimo que miedo, pues temía dañarla o no ser merecedor de esa posesión.
Al acercarla hacía sí, sintió que una cascada de sentimientos le invadía.
Gozo, amor, ternura, alegría, melancolía, todo mezclado de golpe.
Se la llevo a la cara y el aroma de ese pedazo de tela, sin vida aparente, hizo que su corazón palpitase más deprisa.
Y llorando de emocion, de vida, de amor, cayó en la cuenta de que la Musa le había prestado su alma.
Y sintió más cariño que nunca por su Musa eterna y bella
Y envolvió su propia alma con el alma de su Musa hecha bufanda...
domingo, enero 17, 2010
Cartas de amor
Leía la letra redondita de aquella noviecilla y me daba como pudor, como si estuviese cotilleando el corazón de una niña desconocida, aunque esta sensación no dejaba de ser una bobada, porque el destinatario de esas palabras llenas de amor, romanticismo, pasión y sexo era yo... aunque bien visto, era un yo, aquel yo, otro yo, no este yo que lo estaba leyendo en ese momento.
Comentaba esto con un amigo, días después, y ambos reflexionábamos sobre lo tontos que somos cuando estamos enamorados, que parece como si inventásemos las palabras o las frases: "Te quiero y siempre te querré" "Nunca te abandonaré"... Nos hacían gracia esos siempres y esos nuncas que soltamos con tanta pasión y que se convierten en el mejor de los casos en a lo mejores.
Pero claro, a nadie en su insano juicio (nadie está en su sano juicio cuando está enamorado) se le ocurre decir a su amada/amado: "Te quiero y a lo mejor te seguiré queriendo" o "A lo mejor no te abandonaré".
Total, que no encontré las fotos que buscaba y que deben estar tan escondidas como ese amorcito que tuvimos aquella noviecilla y yo cuando aún se sacaban fotos en papel y se escribían cartas de amor "de puño y letra".
miércoles, enero 06, 2010
Segunda Piedra
Con las personas es verdad que es más complicado, pues como somos como somos, cuando a uno le apetece ver una película, a la otra persona lo que le "pone" es leer, o cuando a uno le apetece quedar con alguien, a ese alguien, lo que le mola es quedar con otra persona distinta a ti o leer otra vez o ver una película cuando a ti lo que te "pone" es, yo qué sé, follar.
Qué difícil es complacer y a la vez ser complacido. Hay veces que uno complace a un amigo, amiga o pareja por el simple hecho de complacer. Otras veces, a uno le encantaría ser complacido leyendo los subtítulos de una película de robots que se follan a muñecas hinchables, pero resulta que tu única compañía son unos macarrones con tomate y chorizo...
domingo, noviembre 29, 2009
Primera Piedra
En una urna se van introduciendo los periódicos del día y los políticos encargados de actuar en esa ceremonia, firman un acta que meten también en la urna. Creo que meten más cosas, pero un cabezón no me dejó verlo.
La urna con todas las cosas dentro se mete en un monolito de granito, se tapa con una losa, también de granito, a juego con el monolito y una vez que se han ido las autoridades, se destruye el monolito, la urna y todo lo demás y se tira a la basura, porque ya me dirán ustedes por poco que sepan de obras, lo que tiene que estorbar un monolito granítico justo en medio de donde se tienen que hacer excavaciones, pilas pilote o desmontes inverosímiles o intercambiadores de transportes o una simple cabina telefónica.
Pero esto es un secreto que no sabe nadie o quizás sea un invento mío, una ensoñación, una ilusión de que eso pase y que en realidad no pasa.
Lo que si pasó es que cuando se marchaba; la Presidenta se acercó al grupito de compañeros que discretamente nos habíamos alejado de la marabunta protocolaria y periodística y se desvió para saludarnos. Nos preguntó que si eramos de la empresa en la que trabajamos y le dijimos que sí. Comentó que cuando venía gente de nuestra empresa, solían venir mujeres, pero que hoy no había visto ninguna.
Esto lo comentó, justo cuando me estaba dando la mano (un tanto flojucha) y yo, con esa naturalidad que dios me ha dado y que me va a llevar al paro o a la cárcel o a la hoguera, le contesté: "Es que están trabajando"...
Mis compañeros me decían que cómo se me había ocurrido decir eso, que qué cara había puesto la tía, que me iban a echar (era en realidad coña y no coña a la vez).
Supuse que como la mayoría son machistas (aunque digan que no), creerán que yo también lo soy y que mi frase quería decir en realidad, que estaban trabajando para nosotros los machitos, o que estaban haciendo la comida para los guerreros o que como unas putitas que se precien, nos esperaban con las piernas abiertas.
En realidad lo que quise decir y probablemente nadie entendió era, que nuestras compañeras estaban trabajando en la oficina, mientras nosotros, habíamos ido a tocarnos los cojones porque nuestra presencia en el acto de la Primera Piedra fue; como poco; innecesaria, teniendo en cuenta además, que ni siquiera hubo un piscolabis, ni unos ganchitos, ni chuches, nada de nada.
Por eso reflexiono yo
¿Es tan complicada de entender la frase que dije?
Me reitero: nadie me entiende...
Qué gente, madre.
Anónimo: Esta entrada tan así, va por ti :)
miércoles, octubre 07, 2009
Última entrada
Pero aunque no tuviese nada que decir, es que me niego a que mi última entrada, la de verdad, la definitiva, sea una en la que aparece una hamburguesa del Mc Donalds.
Y el caso es que podría hacer una entrada con lo que me está pasando en estos días, semanas o meses, pero es que volvería a hablar de esa especie de encanto en el que me encuentro día a día compartiendo mucha vida con mi filiesposa. Y cuando digo mucha vida, es mucha vida; tan intensa como feliz... Pero claro, de estas cosas ya hablo de vez en cuando en el ahora "privado" blog de ambos filis.
Blog que hemos "privatizado" porque resulta que lo que escribíamos, era leído por personas o bien anónimas, o bien simples cotillas a las que en realidad ni les iban ni les venían nuestras, a menudo, historias demasiado particulares o intimistas o graciosas solo para ambos.
Así que mientras la lluvia de este tardón otoño madrileño chisporrotea en la calle y en la terraza de casa, me despido de algún lector o lectora despistado, que tenga a bien pasar por esta casa, que más que vayan pasando y quédense un rato..., se debería llamar: vayan pasando de Vitore :D
domingo, agosto 16, 2009
Sapama vs. McDonald's

Antecedentes: Digo yo: Podríamos ir a tomar una cerveza al Sapama (el bar de mi barrio famoso, o el bar famoso de mi barrio).
Allí que nos hemos presentado y como no había sitio en la calurosa terraza, nos hemos ido al salón catacumba donde el aire acondicionado trataba (y lo conseguía) de mitigar olores a frito, a tabaco y a lo que es el olor ese de bar de toda la vida.
Este bar tiene la particularidad de que si te pides una cerveza, te ponen un aperitivo monstruoso (27 mejillones, 43 calamares, etc.). es el clásico bar que vas, te metes dos cañas para el cuerpo y cenas o comes o desayunas o no sabes lo que te pasa, pero te pones "hasta las trancas" y si pides algo, tiene que ser media ración, porque una ración entera es de locos o de glotones sin remedio.
La cosa es que en un momento dado y en la minúscula mesa que teníamos al lado, han empezado a venir camareros que dada la hora, iban a hacer un alto en la barra, para comer.

Lo sorprendente del caso es que habiendo en ese bar todo tipo de raciones, bocadillos, manjares "fritanguiles", todos se han puesto a deglutir a toda velocidad sendos Big Macs recién traídos de un McDonald's, dejándonos con la duda de pedir o no pedir alguna ración (o media), sagrada y venerada hasta ese momento, pero sospechosamente deplorable al ver la ingesta de la comida basura "McDonaldera"...
Aunque por otra parte, supongo que todo esto tiene su lógica. Si estás todo el día friendo alitas de pollo, te ponen una para que te la comas y debes de sentir tal ascazo que preferirías comerte una guitarra eléctrica desenchufada, antes que el miembro amputado de un pollo transgénico...
Total, que nos hemos pedido unas patatas bravas (media ración)... muy ricas... como siempre...
martes, junio 02, 2009
Bodamistad
Yo tengo y he tenido alguna que otra amiga y ellas y yo sabemos de lo que hablamos, pues si bien por un par de ellas sí que llegué a sentir cierto latido de corazón “parecido” al amor sentimental, por el resto, lo único que siento y he sentido y sentiré es cariño, amistad y amor, sí: amor, no hay

2. m. Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear.
Puede que en esta definición subyazca ese epíteto tan encorsetado del amor, aunque como decía antes, me parezca respetable y hasta comprensible.
Pero cuando inexplicablemente, sorprendentemente y casi de golpe, te ves envuelto en una ola sublime de cariño y amor por la cara, dado y recibido a toneladas de y hacia una persona a la que hace un par de meses, apenas conocías porque era miembro del mismo Foro de Estudiantes de Psicología de la UNED, te das cuenta de que eso que llaman amor, existe y además es tan bonito que no nos hace falta, que no queremos que sea romántico porque es tan especial y raro y único (o eso nos parece a los dos) que nos sorprendemos diciéndonos te quiero a cada rato, pero sin necesitar poseernos.
Es tan bonito, tan tierno, tan puro, tan fraternal, que más parece el amor de dos ángeles del cielo que de dos humanos que atónitos, disfrutamos y nos extrañamos riendo cada día por la singularidad y la eternidad de este amor que sabemos que aunque cada uno de nosotros acabe teniendo una pareja, hijos, nietos, etc., no va a desaparecer. Así es de potente y de rico y de tremebundo este amor nuestro.
Pero eso, cómo contarle a la gente, que en mi caso, soy el hombre al que más quiere mi amiga, y que no solo no me importa, sino que me encantaría que la niña Ester encontrase el hombre; llamémosle convencional; que sea su pareja y le haga feliz y tengan muchos niños a los que yo regalaré chuches a espaldas de sus padres.
Y cómo contar que quiero a esta mujer como probablemente no he querido a nadie y cómo decir con palabras que es que no necesito su sexo para mimarla y para pasarlo bien con nuestras charlas nocturnas.
Si se lo cuento a un hombre, me dirá que soy tonto. Si se lo cuento a una mujer, y si esa mujer es mi amiga, quizás me comprenda, y quizás entienda que el otro día hiciésemos encantados una ceremonia a la que bautizamos como Bodamistad en la que nos juramos entre otras cosas: fidelidades eternas, amores sin posesión, libertad sin condiciones, amistad con mayúsculas y risas sin fin hasta que la muerte nos separe.
lunes, abril 13, 2009
Ambrosio invisible
Ambrosio es otro de esos abuelos invisibles que pueblan las calles de las grandes ciudades. Como todos los días, se acerca a la plazuela de su barrio donde otras decenas de abuelos juegan a la brisca o al tute.
Es curioso ver como ocupan unas minúsculas mesas, no se sabe si diseñadas por el Ayuntamiento para tal fin lúdico, pues son cuadradas, con cuatro banquetas adosadas a ella y que forman un todo homogéneo. En ellas se sientan cuatro ancianos que circunspectos observan sus cartas, mientras quince o dieciséis “mirones” asisten a la apasionante partida. Ante la escena, uno piensa que llegados a esta edad, podrían disfrutar del juego más que sufrirlo, pero ya se sabe que los hombres siempre queremos ganar, aunque tengamos 87 años.
Cuando termina una mano, tanto los jugadores como los espectadores comentan el acierto de un jugador al haberse guardado el tres de copas, casi hasta el último momento o el despiste de haberse quedado con el cinco de bastos al que los jugadores llaman “bocarrana”. Que bien lo dice el dicho: el que lleva el “bocarrana” nunca gana; así es.
Lo que más le gustaría a Ambrosio es que un día uno de los grupos le invitase a sentarse a la mesa a jugar, pero es que Ambrosio es invisible y aunque todos saben que está ahí, casi nadie se da cuenta de que está ahí.
Cuando era pequeño le pasaba un poco lo mismo. Nació más bien enclenque y cuando con su pelota de goma roja iba a jugar al parque con los niños de su edad, éstos le ignoraban como se ignora; aunque se goce; una brisa primaveral tan invisible como el niño Ambrosio tan canijo y tímido como el abuelo que es ahora. Ya no lleva una pelota roja, sino una baraja en el bolsillo a la que acaricia con cariño.
Piensa: Si un día jugase a la brisca, nunca perdería con ninguno de estos compañeros y a la vez los ganaría a todos porque sé sus aciertos y sus fallos, sus manías y sus cabezonerías. A lo mejor mañana falta alguno y dejan que juegue con ellos. Les diré que si no quieren perder todas las partidas, que me puedo bajar la pelota roja con la que no quisieron jugar y entonces iremos al parque y echaremos el partido que nunca llegamos a echar y seguro que por fin, ganaremos todos.