viernes, agosto 26, 2005

furby


Los de El Corte Inglés me han mandado un anuncio inquietante: Me ofrecen un furby con gran realismo de expresiones, de movimiento y emociones. Reconoce así mismo la voz y habla canta y ríe tanto en castellano como en furby.

Me da más miedo que Chuky y su novia juntos.

Tiene en efecto una inexpresión inmóvil y esconde maliciosamente sus emociones asesinas bajo una mirada miope, azul, absorta en sus venganzas furbycas.

¿Tendrá una especie de alma este artefacto?. ¿La tendremos nosotros?. ¿Seremos quizás los furbys de Dios?. ¿Qué pasará al ponerle las pilas?...

Yo lo sé. Unos medio sobrinos mios tuvieron uno. Al principio, el furby se comunica con sus congeneres diseminados por las casas de todo Móstoles. Luego va aprendiendo a decir cosas, y al final habla y nunca sabes si es una casualidad ese habla o es que entiende algo... De repente habla algo en furby y se te erizan los pelos, mientras el furby esboza una especie de sonrisa y parpadea.

Pero con todo, lo peor es cuando tienes que quitar las pilas al furby. Mientras se las quitas te va diciendo con una voz como de ultratumba nada parecida a la habitual: No me desconectes... te quiero... amame... te mataré...

Los fascículos

Todos los años me obsesiono con los anuncios de fascículos que invaden nuestras depresiones postvacacionales y nos instan a empezar colecciones inverosímiles.
¿Cuánta gente empieza esas colecciones?.
¿Cuánta gente llega a comprarse el segundo fascículo?....
Yo conozco a un tipo que se puso a comprar los fascículos para construir el Titanic casi a escala real. Una vez; la única; que fui a merendar a su casa, iba por el fascículo 83, pero el montaje iba más retrasado: por el 35 más o menos.
Creo que lo llegó a terminar, pero como en el último fascículo de la colección, decía; obviamente; que dicho barco se había hundido en su viaje inaugural, el señor Capón Capaño; que así se llama el angelito; hundió la replica en Santa Pola y lloró tanto como su mujer cuando Leonardo di Caprio se congelaba en la mar.