miércoles, diciembre 28, 2005

SúperPaco

No sé si existirá Dios o no. No hay casi nada que pueda demostrar que si, más que la fe de los creyentes.

Casi se podría pensar más que no existe, con la cantidad de desgracias que parecen no afectarle, pero quizás Él más que nadie esté por encima del bien y del mal y nos ame a su manera, que a lo mejor no es una manera lógica y aparentemente palpable para la mentalidad del occidental del Siglo XXI, pero que para Él será inconmensurable.

Si existe; ha tomado la extraña y terrible y triste decisión de llevarse de este mundo a un gran amigo y excelente compañero de trabajo al que conozco desde el año 1987 y con el que he compartido multitud de Obras –el en calidad de topógrafo, yo en la de delineante- desde ese año, hasta el pasado en el que yo me cambié de empresa y nuestros caminos profesionales se separaron, aunque no los personales, pues si bien no nos veíamos con la regularidad que da el hecho de trabajar con alguien todos esos años y de vivir con él más que con tu propia familia, nuestros contactos telefónicos eran frecuentes aunque sólo fuese para contarnos como iban nuestras ya distintas Obras y en las que él me contaba como iban las también interminables obras de su chalet y como su mujer estaba preparando unas oposiciones y como sus dos críos crecían más y más.

El caso es que el destino o la decisión divina han decidido que Paco haya dejado de vivir la pasada Nochebuena que es una noche tan decididamente alegre que debería ser imposible morirse precisamente en la madrugada del 24 al 25 de diciembre.

Desde esta bitácora quiero mandarle un abrazo y recordarle como una de las mejores personas que he conocido en mi vida, con la que he comido todos los días, con la que me he reído, con la que he tenido guiños o chistes particulares que sería tonto poner aquí pues sólo los que son/somos compañeros lo entenderían, con la que he trabajado tan a gusto -pues el caballero rozaba la perfección-. Para ti SúperPaco. Para ti Pacodillo. Para ti Profesor Paquito.

Para ti van mi cariño y mi amistad eternos.

sábado, diciembre 24, 2005

Felicidades en Pagüerpoint

Si hay algo que me resulta fascinante de la web, es la capacidad que tiene de hacer que personas absolutamente desconocidas entre ellas, por el simple hecho de; o bien escribir en un blog, o chatear al azar en Messenger u opinar en un foro sobre cine, literatura o artes culinarias, lleguemos a un nivel de relación tal, que parece (en algunos casos) que dichas personas nos conocemos “de toda la vida”.

Por ejemplo, ayer quedamos harry.c, su novia (éstos sí amigos de “carne y hueso”), la mujer tirita, un pato de papel que te mira y se gira si te tapas un ojo y te balanceas y yo.

Tomamos café, chocolate y frappuccino; decidimos ir a ver Broken Flowers de Jim Jarmusch. Como teníamos tiempo, nos metimos en un sitio a comer alitas de pollo y beber cerveza. Como siempre que quedo con harry.c, tuvimos que irnos a toda prisa –pagando la cuenta; eso sí- pues entre alitas, cervezas, charlas y risas, se nos echó la hora encima y porque a este hombre le gusta entrar en el cine corriendo y ya sin luz.

Después de la película, nos fuimos a un bar de copas a discernir sobre tal o cual escena de la enigmática película, y luego sobre cine de autor en general o sobre borracheras en medianas y músicas y St Germain y John Lennon...

Como ya no había Metro, nos pillamos un taxi y cada uno nos fuimos a nuestros destinos. Desde ayer, la mujer tirita forma parte de nuestras vidas y nosotros de la de ella. Ella además cuenta con un pato que te mira y se gira si te tapas un ojo y te balanceas, cosa que ni en sus peores sueños o mejores pesadillas, hubiera imaginado.

En fin, que para todos; los conocidos en carne y hueso y los que no; ahí va este Powerpoint.


FELICIDADES A TODOS.pps
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lunes, diciembre 19, 2005

los caminantes del barrio

Son dos.

Ambos caminan y caminan.

Ambos no parecen tener un rumbo.

Ninguno parece querer llegar a ninguna parte determinada, ni ir a un recado, ni a nada, sólo caminan y caminan.

Uno es de mediana estatura, ahora rondará los cincuenta y tantos; pelo negro, ojos torvos bajo unas cejas tan pobladas como su cabeza. Es de esas personas que sabes que no se van a quedar calvas. Siempre le he observado caminar sólo, sin decir palabra alguna, con las manos entrelazadas y apoyadas entre el final de la espalda y el principio del trasero, camina ligeramente echado hacia delante, con grandes zancadas, con gesto siempre serio, aunque no triste. A mi me ha llegado a parecer que tiene el aspecto de un hombre con algún problema mental, aunque esto no deja de ser una conjetura “de las mías”.

El otro es alto, muy delgado, tendrá cuarenta y pocos, ojos claros, verdes, y el pelo muy liso y entrecano, siempre va por la calle de Alcalá, tiene boca prominente de la que siempre -y cuando digo siempre, es siempre- cuelga un cigarrillo de tabaco negro. Este camina muy deprisa, pero con pasos cortos. Siempre -y cuando digo siempre, es siempre- va hablando sólo. Cuando te cruzas con él suele ir despotricando de política tanto nacional como internacional, aunque bien es verdad que nunca va crispado. Habla más bien con ironía. Si su mente sufre de doble personalidad, se podría decir que ambas; aunque discutan; están de acuerdo en líneas generales, pues después de cada opinión, suele poner el cigarrillo a un lado de la boca para sonreír con cierta sorna y con –al parecer- todo el conocimiento del mundo.
Conocimiento que le daría la oportunidad de arreglar dicho mundo mientras enciende otro pitillo.

Ayer me crucé con ambos. El de mediana estatura caminaba tan despacio que casi no le reconocí. Me pareció que había envejecido años, pensé sin más en que a lo mejor es que hacía años que no le veía, aunque no me convenció mucho mi pensamiento. Al otro; y por primera vez en la vida y en lo que llevo viendo a este hombre en el barrio; le vi sentado, como siempre en “su” calle de Alcalá. Fumaba su eterno cigarrillo y por su sonrisa, me pareció que sus dos personalidades estaban tan calladas y tan en paz como él. Quizás por fin este caminante haya arreglado ya el mundo.

viernes, diciembre 16, 2005

¡Preparados, listos, a comer!


¿Cómo habremos descubierto los humanos qué es lo que se puede comer y qué puede ser venenoso o mortal?.

En el caso de lo venenoso o mortal, está claro que el primero de una tribu que se comiese una planta y muriese inmediatamente, sería el conejillo de Indias; queriendo o sin querer; y daría la pauta para no probar jamás eso.

Yo es que no me llego a creer mucho lo de la ciencia infusa. Es decir: ¿Qué circunstancia llevó al primer humano –aparte del hambre- a elaborar un ser tan aparentemente asqueroso como un pulpo y comérselo. Porque yo quiero pensar que el primer señor que se comió un pulpo, no tenía esa ciencia infusa para saber qué hacer con semejante amasijo blandengue de ventosas. Vamos, no creo que el primer comensal de un pulpo dijese: “Voy a inventar el pulpo a la gallega” y se pusiese a dar golpes al animal, a cocerlo en un caldero de cobre, a echarle pimentón, sal gorda, cachelos…

Quien dice pulpo, dice una gamba. Tú analizas una gamba como si fueses un extraterrestre y no parece un ser apetitoso con tanta pata, tanto ojo saltón y tanto bigote.

No sé quien enseñaría a los primeros humanos a comer. No me imagino a Dios delante de Adán diciéndole: “Mira; Adán, estos bichos se llaman gambas porque para eso soy Dios y le he dado ese nombre; pon una zarza a arder, llama a Eva, dile que tire la manzana esa que le ha dado la culebra y que traiga un poco de sal y comeros varias a la plancha. Si fueseis camareros tendríais que decir a grito pelao: ¡A ver unadegambasplanchaaa…!”.

Atónitos, Adán y Eva, se comieron la manzana y por eso estamos todos con un pecado original que no nos lo quita ni el Fairy Ultra ni el trajecito de cristianar con su Bautismo y su agua del río Jordán.

El caso es que dentro de poco, millones de gambas van a ser engullidas por tantos humanos como una ballena se podría comer ella solita, pocos cientos de manzanas también caerán en nuestras fauces –la mayoría convertidas en sidra- y nos hartaremos de comida y bebida en el primer mundo.

Mientras; en el tercer mundo……..

miércoles, diciembre 14, 2005

Barbara, Celarent, Darii, Ferio...

Estos días jugando con Ocrán Sanabú, he recordado también unas palabras tan extrañas como estas dos aunque; esta vez; encuadradas en el estudio de los silogismos filosóficos.

La historia data de cuando yo estaba terminando lo que se llamaba Bachillerato Superior que después se convalidaba con una Revalida.

No recuerdo en qué curso de ese Bachillerato, pero si se me han quedado esas palabras, supongo que inexistentes en ningún idioma en sí, pero se supone que útiles para formar o deducir silogismos. Como con Ocrán Sanabú, he mirado en Internet esta combinación de palabras en varias páginas web que os invito a leer, pues yo sólo sabría explicar vagamente para qué sirven en realidad, aunque si recuerde la retahíla entera que es la que sigue:

Barbara, Celarent, Darii, Ferio, Cesare, Camestres, Festino, Baroco, Darapti, Felapton, Disamis, Datisi, Bocardo, Ferison, Bamalip, Calemes, Dimatis, Fesapo, Fresiso.

¿Por qué mi memoria vuelve a ser tan imprevisible recordando esto?. Que más que un conjunto de palabras en las que las vocales A e I, que vienen de Afirmo y las E y O que salen de la palabra Nego, parecen la alineación de un equipo de fútbol femenino greco-latino con suplentes y todo (y digo lo de femenino porque la portera parece llamarse Barbara).

Lo que no me perdonaré nunca es que no le haya vuelto a recordar esto a mi viejo profesor de Filosofía; Don Rafael Cuadrado. Y digo que no me lo voy a perdonar nunca porque quizás le haría gracia recordar que nos hizo aprendernos esto; prometiendo un 10 al que se lo preguntase y lo supiese; que yo me lo aprendí, que no me preguntó, pero que lo retuve, parece que para siempre.

Alguna vez que me he cruzado con mi viejo profesor por el barrio, he tenido la tentación de pararle y contarle todo esto. No sé por qué no lo he hecho, aunque quizás ni siquiera haga falta, pues cuando nos hemos cruzado, nos hemos mirado a los ojos filosóficamente. Hace tiempo que no le veo. Espero que todavía ande filosofando por este u otros mundos.

lunes, diciembre 12, 2005

Jersey Ocrán Sanabú

Esta mañana me he levantado relativamente tarde; a las once menos cuarto más o menos. Es lo bueno de estar de vacaciones y no “tener” que viajar; cosa que casi todo el mundo hace en cuanto tiene unos días libres de trabajo.

Si estás en tu propia casa y no en un hotel en el que tienes que desayunar como los alemanes; es decir a las seis o siete de la mañana, puedes levantarte a la hora que quieras y -como yo he hecho- recoger la ropa tendida y por fin seca (pero fría como un demonio), poner una lavadora y meterme en la ducha. Al salir de la ducha; una vez vestido y al empezar a doblar un jersey de mi hermana -que es una de esas bendiciones que no necesitan plancha (me refiero al jersey, no a mi hermana) - he reparado en que la etiqueta del cuello de la prenda decía: Colección Ocrán Sanabú.

Con un esbozo de sonrisa he vuelto a pensar en algo relativamente recurrente en mi vida: lo caprichosa que es la memoria, que te hace recordar cosas inútiles y se empeña en esconderte otras que necesitas en un momento dado y que te hace decir aquello de ‘espera, que lo tengo en la punta de la lengua’ para inmediatamente borrar esa brizna burlona de recuerdo. Qué juguetonas son las neuronas. Cómo se ríen de nosotros las condenadas.

Por eso, al ver ese Ocrán Sanabú escrito en la etiqueta del jersey, mi caprichosa memoria me ha hecho revivir algunas tardes de “juego” con mi hermano con la vieja Enciclopedia Espasa que mis padres tenían y cuyas primera y última palabra; de los tomos que la componían; todavía recuerdo: 1.- A-Bekker; 2.- Bel-Cozvíjar; 3.- Cr-Ezzelin; 4.- F-Izzo; 5.- J-Ocozol; 6.- Ocrán-Sanabú; 7.- Sanaco-ZZ

El juego era una especie de navegación por Internet, lógicamente sin Internet aunque si con aquellos librotes enciclopédicos. Abríamos una página al azar y mirábamos o bien la primera palabra o definición o la última que apareciese en la página, leíamos lo que significaba dicha palabra y volvíamos a navegar hasta la nueva página con la nueva palabra, volviendo a repetir la operación hasta que una de las definiciones era tan interesante que nuestra navegación terminaba o bien en el Congo Belga o en tipos de somormujos o en ignotos peces de zonas profundísimas del Océano Pacifico....

domingo, diciembre 11, 2005

El sexo del somormujo


Hace un rato, estaba leyendo una entrada llamada ‘Buscando desesperadamente a Google’ en la bitácora Antes de la lluvia y he recordado la primera vez que bajé mi viejo ordenador con un procesador 386 para que me instalaran esa cosa que llamaban Internet y que la gente había empezado a poner en sus ordenadores.

Cuando digo “bajé”, no estoy utilizando el término en sentido internauta, sino en el sentido estricto de la palabra pues los “expertos instaladores” tenían su comercio de productos informáticos -así como de papelería y copistería- justo en los bajos del bloque donde vivo.

Una vez instalado y para probar el invento, al dueño del local y a la vez vecino mío, no se le ocurrió otra cosa que poner la palabra “sexo” en un buscador que creo que se llamaba Altavista…

Entre que la conexión era vía línea telefónica y que –aceptémoslo- sexo ha habido, hay y habrá siempre, tenían que haber visto ustedes a mi pobre PC buscando sexo por todas partes… Se bloqueó y yo me subí la CPU no muy convencido de que esa fuente de información pudiera encontrar no sólo sexo sino ninguna otra cosa. Nada más llegar a casa puse somormujo y tardó y tardó y tardó, pero encontró uno allá por Perú. De inmediato me congratulé por haber instalado Internet. Si no podía encontrar sexo, por lo menos podía observar al somormujo peruano cuantas veces quisiese…

Por fortuna, los buscadores se han vuelto cada vez más inteligentes y son capaces de encontrar todo tipo de información si se saben utilizar comillas o símbolos de suma, etc,.

Lo que de momento no pueden encontrar los buscadores tipo Google son esos olores a vida que se sienten al abrir una ventana en una mañana radiante de primavera en una casita de campo cerca de un prado tras una noche de ligera lluvia.

Y es que Windows es lo que es, pero por suerte una “window” es otra cosa, ésta sí, irrepetible cada día en su aparente igualdad.

jueves, diciembre 08, 2005

Langosta vs. Música

Si hay un grupo musical de los 60 que está fuera de sitio y de estación ahora mismo en Madrid, estos son sin duda los californianos Beach Boys.

En efecto; ¿qué pintan en pleno otoño ya oliendo por las esquinas a invierno estos rubios surferos?.

Pinten o no pinten, mientras me cenaba mi ensalada veraniega, los he puesto de fondo y no contento con ello –entre aceituna y aceituna- y sobre todo limpiando los cubiertos y el bol, me he puesto a hacer los coros. Tarea harto difícil si se tiene en cuenta que este grupo jugaba sobre todo con voces agudas o tenores y yo cuento con una voz más bien de barítono.

Nunca he ido a un karaoke. Sin embargo hace unos años, concretamente en diciembre de 1999, esa voz hizo que tuviese mis quince minutos de gloria en un país tan lejano como Nueva Zelanda y en un restaurante de Kaikoura llamado Lobster Inn Motor Lodge, restaurante que se jacta -con razón- de tener en su fachada la langosta más grande del mundo. Allá cada uno con sus jactancias.

El caso es que el restaurante es grandísimo y estábamos en plena temporada –allí era primavera, casi verano- con lo cual con nuestra mentalidad hispana dijimos: Vamos a reservar no sea que no tengamos sitio. Además estaba la actuación de Sandy. Cuando llegamos al restaurante sólo estábamos: 9 parroquianos en la barra; Sandy; el teclista calvo y nosotros cuatro.

Sandy era –seguirá siendo- una de esas cantantes que acompañada por el señor calvo –su marido- con un teclado lleno de ritmos, era capaz de atacar todo tipo de canciones; desde Billy Joel, hasta Linda Ronstadt o Creedence Clearwater Revival. En una de esas en que me pilló -como ahora con los Beach Boys- haciendo los coros mientras cenaba tranquilamente, me señaló con el dedo y me dijo que saliese a cantar algo, ante mi sorpresa y el regocijo asombrado de mis amigos. Yo le dije a Sandy que no me sabía ni una sola canción entera del todo en ningún idioma y menos en inglés. Sandy me trajo un libro lleno de canciones con su repertorio. Había de todo. Al final me decanté por “It’s So Easy” de Buddy Hollie, aunque interpretamos la versión de Linda Ronstadt. La buena de Sandy me iba dictando al oído las estrofas que yo no recordaba y yo las cantaba… Pero mis quince minutos de gloria llegaron cuando hice un solo de guitarra sin guitarra, es decir imitando el sonido eléctrico con la boca. Los 9 parroquianos me aplaudían boquiabiertos y mis colegas no me aplaudían pero si estaban también boquiabiertos.

Ahora se le ha ocurrido a harry.c dedicarme una canción llamada Ventolin y me amenaza con que me la aprenda a la guitarra. Si no me sale el punteo siempre puedo repetir lo de tocarla con la boca.

martes, diciembre 06, 2005

Tenis Vs. Pulso


Nunca he sido un hombre deportista (ved foto de mi perfil); pero hace muchos años solía jugar al tenis con mi hermano en la pista que aparece en la foto o en otras del mismo polideportivo municipal.

En esos años, tanto mi hermano como yo habíamos terminado nuestro Bachillerato Superior y dado que la economía familiar no nos permitió seguir estudiando una carrera, optamos por compatibilizar unos estudios de delineación (profesión que ejercemos hoy día) con la de decoración de porcelana policromada, que era el empleo que permitió que mis padres se conocieran (ambos trabajaban en sendos talleres de decoración en los años 50).

La decoración de porcelana era un oficio totalmente artesanal que todos ejercíamos en casa y que consistía básicamente en recoger en una fábrica en Carabanchel las figuras blancas, traerlas a casa y pintarlas; en algún caso con pincel; y en otros (para los detalles minúsculos) con plumilla.

Una vez pintadas utilizábamos el horno de casa para secarlas, las envolvíamos en un papel parecido al de estraza; pero más delicado (aunque en caso de emergencia también usábamos el de cualquier periódico) y las volvíamos a llevar a la fábrica para su cocido final -a miles de grados- que era el que hacía que el color traspasase el baño de cristal y como una especie de tatuaje se metiese tras esa capa brillante y transparente ya imborrable para siempre.

Era una profesión tan bella como mal pagada.

Todavía recuerdo que por ejemplo; por un angelito que representaba cualquiera de las estaciones del año nos pagaban 33 pesetas (unos 0.20 €). Luego, alucinabas cuando en El Corte Inglés veías cada figurita que tu habías pintado al increíble precio de 1.500 pesetas (9 €).

Acabamos dejando de lado el tenis porque tanto para la profesión que ejercíamos en ese momento (decoración de porcelana) como para la que luego fue la final (delineación a mano), se precisaba de un pulso excelente; pulso que se tornaba temblón tras cada partido y no había forma humana de pintar una cejita a un ojito de una figurita, no digamos una tangencia perfecta entre un arco y una línea recta.

Pasados los años, la fábrica desapareció, mi padre se jubiló, y la delineación cambió de ejercerse a mano a hacerlo con ordenador, pero siempre he recordado ese pulso después de cada partido (como para robar panderetas), ese olor de los colores mezclados con aguarrás en una paleta de cristal o ese otro olor mucho más fuerte cuando mi madre secaba en el horno las figuras ya policromadas.

domingo, diciembre 04, 2005

New Record! Game Over!


Iba a escribir algo sobre la desgraciadamente famosa ejecución número 1000 en los Estados Unidos desde que se reinstauró la pena de muerte en ese país en el año 1976…

Pero se han escrito ya tantas cosas, tantos artículos, tantas opiniones en contra de dicha pena suprema -con las que básicamente estoy de acuerdo- que he pensado que como parece que una gran mayoría de estadounidenses sigue siendo favorable a este tipo de castigo: ¿Por qué no desarrollar para ellos y el resto de los humanos un juego para cualquier consola o PC que se llame ‘Death Penalty-The Game’?.

En el juego podríamos elegir:
(a) ser un asesino nato.
(b) ser inocentes pero aún así, ser acusados.
(c) ser de raza negra.
(d) ser hispano o de otra raza “peligrosa”…

Habría que desarrollarlo...

También podríamos elegir entre vivir en Tennessee o Maine y/o reconocer ese asesinato (o clamar por nuestra verdadera inocencia) y/o bien optar (dependiendo de nuestros bonus) por un abogado defensor no sólo de oficio sino tan racista que desearía ponernos él mismo las inyecciones letales y/o por otro de pago que haría todo lo posible por salvarnos pero eso sí (otra vez los bonus) se tendría que enfrentar con un juez nombrado a dedo por George Bush que tendría los nombres de “sus” ejecutados grabados en la maza de ‘orden en la sala’….

En fin, hay muchas variantes; podríamos elegir también la forma en que nos ejecutarían o como queremos ejecutar nosotros (dependiendo de nuestro rol en el juego: acusado o juez).

Seguro que tendría un éxito inmediato de ventas. Al final de la partida, tendría más sentido que nunca; cuando llegáramos a las 1000 ejecuciones; lo de “New Record!” y “Game Over!”.

¡Yo digo: No a la pena de muerte!

viernes, diciembre 02, 2005

Smoke! Smoke! Smoke!


Nunca he sido fumador. Fumo alguna vez para hacer el tonto en alguna fiesta, bacanal o derivados, unas veces tabaco y casi nunca marihuana.

Reconozco que no me resulta especialmente molesto el ser fumador pasivo, excepto cuando se ponen a fumar todos como chimeneas en el despacho que comparto con varios técnicos (topógrafos y delineantes) y al llegar a casa me tengo que meter en la ducha vestido y así aprovecho para quitarme el olor a tabaco desde el pelo hasta la ropa.

Hoy, mientras compartía mi comida diaria con mis compañeros y compañeras de trabajo, he visto con cierta sorpresa que de seis que éramos en la mesa (4 mujeres y 2 hombres) fumaban todos menos yo y también me ha parecido curioso que dentro de lo observador que de vez en cuando soy, he echado una ojeada al resto de mesas y ha resultado que nadie en ninguna de ellas estaba fumando.

Hace unos días le preguntamos a la dueña de dicho restaurante que qué pensaba hacer con lo de la ley que va a prohibir fumar en sitios públicos. Su respuesta fue la respuesta que en realidad da casi todo el mundo: No sé. No lo he pensado.

Es decir, sabemos que en sitios oficiales si se va a prohibir del todo, pero ¿qué va a pasar en una oficina como en la que yo trabajo ahora mismo?.

Es una oficina provisional; de hecho es un chalet, pero podía ser una caseta de obra que aunque hoy en día están perfectamente acondicionadas, no dejan de ser habitáculos temporales para lo que dure el trabajo o la Obra en cuestión. ¿Se aplicará allí la ley?. Aunque a mi me moleste el humo de mis compañeros. ¿Los denunciaré?. No creo. Y si lo hiciese. ¿Los meterán en la cárcel… por supuesto sin tabaco?. ¿Tendrán la suficiente educación o disciplina o fuerza de voluntad para dejarlo y convertirse en probos ciudadanos?.

Mientras tanto las tabacaleras –más inmorales que nunca- se dedican a sacar cigarrillos baratos para enganchar a los jóvenes que luego van a tener que fumar a escondidas como proscritos, poco menos que como criminales.

Para endulzar el supuesto principio del fin, ahí va una vieja canción de los años 40, interpretada por Tex Williams llamada: Smoke! Smoke! Smoke! (That Cigarette).
Disfrutadlo!.

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