Blog: Oye Vito
Vito: Dime blog
B: ¿Te has dado cuenta de que ya no me lee casi nadie?
V: Sí, la verdad es que ya no entra mucha gente aquí.
B: Me da pena. Yo creo que desde que cambiaste el diseño, la gente pasa. Lo de “Vayan pasando” lo hacen pero sin pasar, o sea, pasando de mi.
V: No, si tienes razón. Pasan de ti y de paso de mí, no sé si lo captas.
B: Con la de gente que entraba antes y comentaba. De todos los países. Ahora entra algún argentino despistado o alguna mujer jaspeada con nombre de metal.
V: Que conste que no toda la culpa es mía, aunque sea yo quien te escriba.
B: ¿Ah no? Pues mía sí que no es. Lo que tú escribes yo lo muestro con elegancia. A ver si encima voy a ser yo el culpable del bajón de tus visitas.
V: No te pongas chulito hombre, que tienes razón. Pero como casi siempre pasa en la vida, no tienes la razón absoluta. A ver, analicemos como amigos qué es lo que pasa.
B: A mi modesto entender, lo que pasa es que ya no escribes cosas divertidas, ni pones dibujos, ni fotos, ni nada más que alguna canción de esas que grabas.
V: Y luego está lo de que no visito a tus colegas escritos por sus respectivas personas y cuando los visito o bien no publican desde hace meses o no me apetece contestar lo publicado.
B: Claro, cachondo, es que si no contestas ¿cómo quieres que entre luego la gente a contestar en mi?
V: Si es que me da pereza. Bueno; vamos a hacer una cosa. Yo iré escribiendo cosas en ti y oye: mientras nos guste a ambos tampoco hay tanto problema ¿no?
B: Desde luego esta conversación que hemos tenido me ha gustado. Al final está hasta bien esta manía que tienes de humanizarlo todo, Vito. De otro modo no hubiéramos hablado como personas civilizadas.
V: Ni hubiéramos conversado como medusas; ¡qué tío! Ya te advierto para que no te hagas muchas ilusiones, que no creo que esta entrada tenga más de 4 o 5 comentarios, pero como a ambos nos ha venido bien hablar, pues te la copio y pego desde Word.
B: ¿Te puedo pedir una cosa?
V: Pide por esa blogquita.
B: Anda, publica esto con letras grandotas y en color.
V: Vale, si te apetece, así lo haré.
B: Gracias, Vito.
V: De nada, blog. Gracias a ti por dejarme escribirte.
Vito: Dime blog
B: ¿Te has dado cuenta de que ya no me lee casi nadie?
V: Sí, la verdad es que ya no entra mucha gente aquí.
B: Me da pena. Yo creo que desde que cambiaste el diseño, la gente pasa. Lo de “Vayan pasando” lo hacen pero sin pasar, o sea, pasando de mi.
V: No, si tienes razón. Pasan de ti y de paso de mí, no sé si lo captas.
B: Con la de gente que entraba antes y comentaba. De todos los países. Ahora entra algún argentino despistado o alguna mujer jaspeada con nombre de metal.
V: Que conste que no toda la culpa es mía, aunque sea yo quien te escriba.
B: ¿Ah no? Pues mía sí que no es. Lo que tú escribes yo lo muestro con elegancia. A ver si encima voy a ser yo el culpable del bajón de tus visitas.
V: No te pongas chulito hombre, que tienes razón. Pero como casi siempre pasa en la vida, no tienes la razón absoluta. A ver, analicemos como amigos qué es lo que pasa.
B: A mi modesto entender, lo que pasa es que ya no escribes cosas divertidas, ni pones dibujos, ni fotos, ni nada más que alguna canción de esas que grabas.
V: Y luego está lo de que no visito a tus colegas escritos por sus respectivas personas y cuando los visito o bien no publican desde hace meses o no me apetece contestar lo publicado.
B: Claro, cachondo, es que si no contestas ¿cómo quieres que entre luego la gente a contestar en mi?
V: Si es que me da pereza. Bueno; vamos a hacer una cosa. Yo iré escribiendo cosas en ti y oye: mientras nos guste a ambos tampoco hay tanto problema ¿no?
B: Desde luego esta conversación que hemos tenido me ha gustado. Al final está hasta bien esta manía que tienes de humanizarlo todo, Vito. De otro modo no hubiéramos hablado como personas civilizadas.
V: Ni hubiéramos conversado como medusas; ¡qué tío! Ya te advierto para que no te hagas muchas ilusiones, que no creo que esta entrada tenga más de 4 o 5 comentarios, pero como a ambos nos ha venido bien hablar, pues te la copio y pego desde Word.
B: ¿Te puedo pedir una cosa?
V: Pide por esa blogquita.
B: Anda, publica esto con letras grandotas y en color.
V: Vale, si te apetece, así lo haré.
B: Gracias, Vito.
V: De nada, blog. Gracias a ti por dejarme escribirte.