miércoles, marzo 26, 2008

Alicia y yo

Los autores de este blog han tenido una niña a la que han puesto de nombre Alicia como por otra parte indica el título de dicho blog.


Nació el día 20 y el lunes 24, nos acercamos a su casa mi hermana y yo a ver a los padres y a la peque.

Me sacaron una foto en la que con cierto miedo, sostenía yo a la recién nacida, pues uno no sabe en su impericia si debe apretar el cuerpecito, soltarlo, que no se caiga la cabeza, etc.

La pequeña Alicia aprovechó su corta estancia en mis inexpertos brazos para tirarse dos pedos de adulto que casi rompen mi pantalón de pana de la buena.

Como hoy no tenía nada de trabajo, me he dedicado a "calcar" en Autocad2008 la foto con el resultado que muestra esta entrada.

Bienvenida al mundo exterior, Alicia.

viernes, marzo 21, 2008

Chiquilicuatre vs. Lynne

El Festival de la canción de Eurovisión, es un evento musical tan obsoleto, como casposo, como demostrativo de que fuera de la invasión musical anglosajona, sea esta o no de calidad, no parece haber nada musicalmente hablando en lo que se refiere a países tan heterogéneos como Finlandia, Suiza, Luxemburgo o Polonia.

Si hay algo que se mueve con interés en cuanto a música imaginativa, alternativa o simplemente comercial en estos países, el festival este no suele ser representativo de estos supuestos movimientos ‘underground’ o como se los quiera llamar, bien porque estos países puede que sean lo suficientemente sosos como para no tener este tipo de ambiciones musicales o artísticas o bien porque de tenerlas, no suelen tener cabida en este evento musical que reconozco que nunca seguí con especial atención, excepto cuando yo era un niño y junto con mi familia veíamos ese programa con una especie de patriotismo tan casposo como el cantante o la cantante de turno que representaba a la España de Franco y a la única televisión que existía en ese momento que no era otra que Televisión Española y que a nosotros nos parecía de lejos que ese cantante patrio había cantado la mejor canción de la noche.

Quizás lo era, porque imaginaros por un momento como tendría que ser la canción que en el año 1967 representase a Mónaco, por decir un país aparentemente no muy rico en cuanto a movimientos musicales se refiere.

Hace muchos años que he dejado de ver esto porque siempre tengo algo mejor que hacer o que no hacer.

Este año he observado desde fuera, como si yo estuviese en otro planeta o sencillamente en otro plano, como mediante unas votaciones hechas por Internet, una cantidad no sé si muy representativa o no de gente, ha decidido que vaya a cantar representando a España un artista desconocido hasta ahora por mí llamado Rodolfo Chiquilicuatre que canta una cosa que se llama “baila el Chiki-Chiki” y que me parece un horror pseudo divertido y que con mucha probabilidad sonará en las terrazas de verano de la inculta España de pandereta y cochambre supinas.

Hay quienes apoyan esta decisión aduciendo que ya está bien de caspa en el Festival de Eurovisión y que por qué no mandar a un friki. Pues nada, que envíen a este pollo (aunque quien parece que envía un pollo o un pavo es Irlanda…)

Este año pues, volveré a ser “culto” y no veré el Festival de Eurovisión y me dedicaré a escuchar música anglosajona. Dejaré que me invada por ejemplo Shelby Lynne cantando cosas como esta homenajeando a Dusty Springfield.

lunes, marzo 17, 2008

5MENTARIOS


miércoles, marzo 12, 2008

La pulsera de la amistad


Esta mañana, cuando me disponía a airear la almohada y a desperezarla de los sueños nocturnos que se le habían quedado pegados al lado izquierdo, a desembarazarla más bien de esos sueños que aunque dulces, deben ser limpiados pues si no, la almohada confunde sueños y realidades y cuando uno pone la cabeza en ella para dormir plácidamente a la noche siguiente, te repone la última escena que por ejemplo en el caso de hoy era que había ido con mi hermano a una especie de remedo de la Expo92 de Sevilla y en esas instalaciones había un zoológico de Castilla La Mancha con decenas de gorilas gigantes que a nuestro paso gruñían acompasadamente (sin duda como otras veces el sueño estaba adaptando el ruido de mis zoológicos ronquidos a la situación concreta). Pasados los ronqui-gorilas, nos encontramos en un paseo en el que una dulce bruma de agua, sofocaba el calor ambiental mientras R. C. (que es jefa de oficina técnica de la empresa donde trabajo y que en el sueño estaba embarazada), se recostaba en una barquichuela de un laguito adyacente y nos saludaba haciendo así con la mano.

Así que eso, que una vez despierto y cuando me disponía a desembarazar a mi almohada de todos esos gorilas y brumas y jefas y laguitos, he visto (por fin rota) la pulsera de la amistad en la sábana, justo debajo de donde había estado hasta ese momento la suave almohada y colocada como esos regalitos que cuando perdías un diente de leche te dejaba el Ratoncito Pérez debajo de tu infantil almohadita.

Me ha dado entre alegría y pena, pues cuando mi hermana junto con varias amigas suyas y mías, me ató esa pulsera, todas me hicieron pedir un deseo. Deseo que sólo se cumpliría en el caso de que accidentalmente (no vale cortarla) la pulsera se rompiera y cuya validez data de los principales paseos marítimos de todas las costas hispanas.

Todas esas mujeres (incluida mi hermana) vieron como a las pocas semanas, sus pulseras se rasgaban y entre gozosas y alborozadas, veían sus deseos colmados para siempre.

Yo me he pasado estos años acostumbrándome a la pulsera de la amistad irrompible. Jurando que me ducho y me froto con la esponja cada día intentando justificar que si a mí no se me rompía la pulsera, sería por algo desconocido o mágico. La pena es que ha pasado tanto tiempo que he olvidado cuál fue mi deseo con lo que si se cumple, quizás ni sepa que la pulsera ha sido fiel a su ancestral rito playero de conceder ese deseo impensable, indecible y olvidado por mi loca cabeza.


Adiós pulsera de la amistad. Gracias por estar todos estos años en mi muñeca.

lunes, marzo 10, 2008

Distrito 15. Sección 96. Mesa A


Ayer me levanté a las 7 de la mañana (un pecado mortal siendo como era domingo), me duché, me tomé un zumo y dos tostadas de pan de chapata con un poco de queso fresco y a las 8 menos 10, estaba en la puerta del Colegio donde me había tocado ser segundo vocal de una de las mesas que iba a recibir votos para las Elecciones Generales de 2008.


Allí había unos cuantos ciudadanos igual de despistados que yo, pues por mucho que el Estado te provea de un Manual para los Miembros de las Mesas Electorales, uno no sabe muy bien qué tiene que hacer, cuándo lo tiene que hacer y cómo.


Así que allí estábamos: El Presidente de la Mesa, unos cuantos suplentes y yo. Al cabo de un minuto apareció la primera vocal (Noelia) y ¡Otro Presidente de la Mesa!...
Resulta que el que se había arrogado el puesto, no lo era de nuestra Mesa, sino de otra. Eso sí, el tipo muy resuelto ya había abierto una caja de cartón con la documentación. Le derrocamos a su Mesa y dimos la bienvenida al nuestro (Pablo).


Enseguida surgió la primera duda: ¿Qué había que hacer con los suplentes que habían madrugado como nosotros pero que según el Manual, si se constituía la Mesa podían irse a su casa? ¿Tenían que firmar algo? ¿Se tenían que pagar un café? Se decidió que nos diesen sus números de teléfono por si había que llamarles.


Luego es que hay una dificultad añadida y es que a nadie nos apetece levantarnos temprano un domingo para ejercer este acto de ciudadanía por muchos 60€ que nos diesen y por muchas 5 horas que nos regalasen hoy lunes. Supongo que a la gente implicada en política, esto si les gustará, pero a los demás nos parece un castigo, una lotería indeseada.


Y es que además, hasta que no ves el contenido de la caja de cartón con sus actas de Constitución de la Mesa, de Sesión, de Escrutinio, sus lápices, sus bolis, su gomita de borrar, sus pegatinas, no sabes lo perdido que estás.


El caso es que por ese don innato que tenemos los humanos y por qué no decirlo, por la ayuda que te van prestando los interventores de los diferentes partidos políticos que veteranos en estas lides te van guiando, logras constituir la Mesa y recibir al primer votante.


En nuestra Mesa había inscritos 537 votantes de los que ejercieron su derecho 443. Adjunto se puede ver una hoja resumen de los votos apuntados por mí; que todo hay que decirlo; nos cuadraron a la primera. Los miembros de la Administración que también estaban para ayudar en las dudas razonables, dieron la enhorabuena a nuestra Mesa por ser la más dinámica, la más divertida y la más eficaz contando votos y rellenando todos los documentos. La verdad es que nos organizamos bastante bien y con muy buen rollo. Aún así, acabamos a las 23:30 mientras otras Mesas andaban desesperadas recontando papeletas sin cuadrar.


El resumen es que es bastante pesado estar tantas horas (excepto una para comer) en el mismo sitio (un gimnasio congelado) pero que gracias al buen talante de Ana del PP, de Javi del PSOE y mis compañeros de Mesa: El Presidente Pablo y la Primera Vocal Noelia, se hizo algo más ameno.
No hubo ninguna anécdota reseñable: bueno; quizás el de una pobre señora que no tenía DNI y a la que según la ley no podíamos dejar votar y la pobre decía que Zapatero le iba a quitar la pensión. Tuvo que ser Ana, la interventora del PP la que consoló a la señora diciendo que Zapatero no le iba a quitar nada y que no se preocupase por no votar. Me emocionó ver a mis padres al otro lado de las urnas, votando casi porque estaba yo, porque de otro modo quizás ni lo hubieran hecho. Mi hermano y mi cuñada me mimaron trayendo pastas que compartí con mis compañeros (Ana del PP decía que me quería de Vocal para siempre, jaja) y mi hermana unos Ferrero Rocher que no llegamos a abrir, pero de los que me he comido un par de ellos un poco antes de escribir esto desde casa aprovechando mis 5 horas de regalo estatal.

lunes, marzo 03, 2008

Dentistas

Ir al dentista es un poco como ir de putas pero sin alcohol de garrafón y sin sexo automático. Te ponen musiquita agradable, te tumban en una silla que se convierte en cama, te ponen las tetas encima, te llaman cariño, jadeas, resoplas, cierras los ojos, te meten todo tipo de juguetitos por la boca y casi siempre sales jodido y encima tienes que soltar un pastón.

Hoy, mientras masticaba un chicle de esos que recomiendan 9 de cada 10 dentistas, y actuando como una ventosa, la goma dulzona, tan aparentemente inofensiva pero tan compinchada con los condenados 9 dentistas esos, ha decidido despegarme una funda que casi mastico y trago junto con ella con su sabor a melocotón y su chispeante sabor a otras diversas frutas madres.

Con la inocencia que me caracteriza y con la funda en la mano (no sé para qué), he llamado a mi dentista argentina y le he dicho que si podía cogerme hoy… Como en Argentina; coger es más o menos follar, no le he dicho que me cogiese, sino que si me podía ver hoy. Me ha dicho que sí, la muy concubina, y me he ido con mi fundita envuelta en un papel de secarse las manos. Y decía yo antes lo de mi inocencia implícita, porque he llegado a creer que la operación consistiría en poner un poco de engrudo: Fuji lo llama ella. Será una cola japonesa o un rollo de película de 35mm que como ya no se usan, ha degenerado en una especie de pegamento indestructible y si te he visto no me acuerdo y que viva Fuji y que viva Mori y que viva Perú.

Y así ha sido. Yo con mi boca abierta como si fuese la primera vez que veía las intensas luces de dentista y ella; mi dentista; que se ha empeñado en sacarme una radiografía y que al rato ha aparecido y se ha sentado muy circunspecta y me ha dicho: “Tengo una mala noticia”… Y a mi se me ha ocurrido seguir cantando sin hablar; solo pensando; la canción esa de Coti… “no fue de casualidad, “sho” (yo en porteño) quería que nos pasara y tú y tú…”

Todo por no querer escuchar el veredicto: “Tenés las raíces de la muela endodonciada que sirve para sustentar la funda; rotas ¿vale?; Mirá” (y yo he mirado y he visto dos patitas blancas que deben ser mis raíces hechas mierda). Ha seguido la inefable doctora fanática de River: “Hay que sacar esas raíces ¿vale? e intentar bajar el puente que sujeta el conjunto. La vida diaria llena de estrés hace que apretemos los dientes y aunque te pusiese un perno, se movería ¿vas a sonreír mucho estos días? Tendrás que comer algo a las 6 ¿vale? porque a la siguiente cita que será a las 7; te voy a joder la vida pedazo de mamón…”

¿Eh? ¡Qué susto!

Es que eso último (desde “te voy a joder…) no lo ha dicho, lo he pensado yo mientras visualizaba mi boca como los puentes de Madison con Meryl Streep y Clint Eastwood, o como el puente de Brooklyn, o como el puente colgante de Bilbao Bilbao Bilbao; ay como has cambiao, las colombianas y el flamenco de ti s’han apoderao…

Así que nada, tengo cita para el 11… Lo jodido de todo esto es que me ha explicado la porteña que todo esto de las raíces, se debe a la manía que han tenido los dentistas de todo el planeta de hacer endodoncias, que es más o menos matar nervios para que no duela. Las consecuencias de que no duela son que aunque se rompan raíces y los puentes y las fundas y las gafas y todo… va y no duele y somos muy felices en nuestro mundo sin dolor estresado.

Claro que ahora lo que me dolerá será el bolsillo. Tenía que haber nacido ballena para que se jodiesen todos los dentistas del mundo. Con mis barbas y todo el día comiendo gambas hasta que el señor Fuji me cazase e hiciese pegamento para los dentistas con mi grasa de ballena azul.