lunes, marzo 03, 2008

Dentistas

Ir al dentista es un poco como ir de putas pero sin alcohol de garrafón y sin sexo automático. Te ponen musiquita agradable, te tumban en una silla que se convierte en cama, te ponen las tetas encima, te llaman cariño, jadeas, resoplas, cierras los ojos, te meten todo tipo de juguetitos por la boca y casi siempre sales jodido y encima tienes que soltar un pastón.

Hoy, mientras masticaba un chicle de esos que recomiendan 9 de cada 10 dentistas, y actuando como una ventosa, la goma dulzona, tan aparentemente inofensiva pero tan compinchada con los condenados 9 dentistas esos, ha decidido despegarme una funda que casi mastico y trago junto con ella con su sabor a melocotón y su chispeante sabor a otras diversas frutas madres.

Con la inocencia que me caracteriza y con la funda en la mano (no sé para qué), he llamado a mi dentista argentina y le he dicho que si podía cogerme hoy… Como en Argentina; coger es más o menos follar, no le he dicho que me cogiese, sino que si me podía ver hoy. Me ha dicho que sí, la muy concubina, y me he ido con mi fundita envuelta en un papel de secarse las manos. Y decía yo antes lo de mi inocencia implícita, porque he llegado a creer que la operación consistiría en poner un poco de engrudo: Fuji lo llama ella. Será una cola japonesa o un rollo de película de 35mm que como ya no se usan, ha degenerado en una especie de pegamento indestructible y si te he visto no me acuerdo y que viva Fuji y que viva Mori y que viva Perú.

Y así ha sido. Yo con mi boca abierta como si fuese la primera vez que veía las intensas luces de dentista y ella; mi dentista; que se ha empeñado en sacarme una radiografía y que al rato ha aparecido y se ha sentado muy circunspecta y me ha dicho: “Tengo una mala noticia”… Y a mi se me ha ocurrido seguir cantando sin hablar; solo pensando; la canción esa de Coti… “no fue de casualidad, “sho” (yo en porteño) quería que nos pasara y tú y tú…”

Todo por no querer escuchar el veredicto: “Tenés las raíces de la muela endodonciada que sirve para sustentar la funda; rotas ¿vale?; Mirá” (y yo he mirado y he visto dos patitas blancas que deben ser mis raíces hechas mierda). Ha seguido la inefable doctora fanática de River: “Hay que sacar esas raíces ¿vale? e intentar bajar el puente que sujeta el conjunto. La vida diaria llena de estrés hace que apretemos los dientes y aunque te pusiese un perno, se movería ¿vas a sonreír mucho estos días? Tendrás que comer algo a las 6 ¿vale? porque a la siguiente cita que será a las 7; te voy a joder la vida pedazo de mamón…”

¿Eh? ¡Qué susto!

Es que eso último (desde “te voy a joder…) no lo ha dicho, lo he pensado yo mientras visualizaba mi boca como los puentes de Madison con Meryl Streep y Clint Eastwood, o como el puente de Brooklyn, o como el puente colgante de Bilbao Bilbao Bilbao; ay como has cambiao, las colombianas y el flamenco de ti s’han apoderao…

Así que nada, tengo cita para el 11… Lo jodido de todo esto es que me ha explicado la porteña que todo esto de las raíces, se debe a la manía que han tenido los dentistas de todo el planeta de hacer endodoncias, que es más o menos matar nervios para que no duela. Las consecuencias de que no duela son que aunque se rompan raíces y los puentes y las fundas y las gafas y todo… va y no duele y somos muy felices en nuestro mundo sin dolor estresado.

Claro que ahora lo que me dolerá será el bolsillo. Tenía que haber nacido ballena para que se jodiesen todos los dentistas del mundo. Con mis barbas y todo el día comiendo gambas hasta que el señor Fuji me cazase e hiciese pegamento para los dentistas con mi grasa de ballena azul.

7 comentarios:

Chasky dijo...

Malditos dentistas, a mi me tocó pasarme durante noviembre y diciembre a ver a mi amigo dentista. Me jodió los viernes por la tarde y encima le di un pastón.

Pero lo peor de todo es que dentro de tres meses tengo que volver por la consulta a hacerme una revisión, que conociéndole seguro que me saca un montón de cosas para fastidiarme un poquito más la vida que en el fondo creo que es lo que buscan.

Anónimo dijo...

Sin lugar a dudas el matar nervios, cosa del pasado, nunca fue bueno para las raíces y muchos sufrimos las consecuencias.

Sinceramente me hiciste reir con esta entrada. Como argentino, porteño y afecto a mi dentista particular, casi un amigo, lo disfruté bastante.

Anónimo dijo...

Mi dentista también es argentino pero de Córdoba. En el mío es de agradecer que cuando te da una mala noticia sonrie con una dentadura absolutamente perfecta... me parece una actitud muy marketiniana.

chuliMa dijo...

jajaja...pobre Vito.

Beshitoss

mmm dijo...

joooooooooo...vitore...no te has acordado que alguien a quién lees..alguna vez...con sus puntos suspensivos...es dentista???snif,snif...qué mal me estaís poniendo...

Vitore dijo...

mmm... joooo, perdóname ;)

Mira hoy he ido a verla y me ha dado una solución bastante guapa; a saber:
Corona Metal Porcelana en la pieza 14: 240€
Apoyo metálico: en la pieza 16: 40€
Provisional en la pieza 14: 25€...

Luego vendrá el puente, eso sí.

mmm dijo...

...me parece que te vas a tener que venir a valencia...tenemos los precios más mejores...vamos