lunes, noviembre 28, 2005

No se encuentra el servidor

Ahora va y no se encuentra el servidor. Cada vez que Internet te dice que no se encuentra el servidor, es como si yo fuese rico riquísimo y mi servidor (o sirviente) se hubiera marchado con la sopera vacía y no me trajese nunca el segundo plato que suponiendo que yo fuese rico riquísimo, no sabría ni lo que me han preparado en las cocinas de palacio. Por ejemplo: ¿Sabrá Don Juan Carlos I qué va a comer mañana?. No creo que venga Doña Sofía y le diga: “Juancar, ¿qué quieres?; ¿macarrones o costra de foie sobre cama de pularda manchega virgen?".

Cuando se va mi servidor también me recuerda a un artículo que leí hace años en una revista científica que afirmaba algo que precisamente comenté el otro día en un post de uno de los blogs que visito.

Decía el artículo que le damos demasiada importancia a la información digital, cuando lo que realmente perdura a lo largo de los siglos es el papel escrito. Afirmaba; con bastante razón -recordemos que no se encuentra mi servidor- que la primera edición de La Biblia de Gutemberg que se supone que fue el primer libro encuadernado o editado, todavía puede ser hojeada con sumo cuidado, pero lo que ya no podemos hacer nadie, es imprimir una carta escrita en Word Perfect 5.0 para Dos y archivada en un disquete de 5 1/4.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Cada vez que leo algo así, me entra una especie de pánico y me acuerdo de todas las fotos, de todos los backups, de los textos, etc etc, que tengo almacenados en mi ordenador. De cualquier modo, es simplemente el reconocimiento tácito -pero qué pedantería, por el amor de dios- de que la información digital es intrínsecamente diferente a la información que conocíamos hasta hace sólo cincuenta años.

Y dicho esto, me parece un poco atrevido, como mínimo, decir que sólo la información en papel será la que perdure a lo largo de los siglos. Quizá haya sido así hasta ahora -a lo mejor eso es todo lo que quiere dar a entender el autor-, pero aunque no hayamos encontrado todavía una fórmula para equiparar en condiciones de disponibilidad, de tangibilidad, ambos tipos de soportes -papel y digital- eso no implica que en el futuro no la encontremos.

Y yo, al contrario, me atrevo a decir que así será. Es una apuesta gratuita, obviamente, pero no me cabe duda alguna.

Vitore dijo...

Claro sebastiandell, yo creo que el autor era un enamorado del papel. En realidad esta entrada la he escrito porque al no funcionarme el servidor (durante un minuto de nada) he recordado el artículo aquel... que dicho sea de paso ya no tengo porque debí tirar la revista ;) Además ¿Quién quiere leer una carta escrita en Word Perfect 5.0?.

Wendyqueridaluzdemivida dijo...

Yo no me preocuparía de esas cosas...eso pasó también con los papiros...lo único que no se pierde es la Piedra Rosetta, que cualquiera la mueve..

Dos de macarrones, por favor.

Harry.c dijo...

Que sean 3. Ah, Sebastian, y por favor, trae también queso rallado y una coca-cola.

Wendyqueridaluzdemivida dijo...

Ahhh!! y Sebastian por favor, ¿le podría poner al señorito Harry el te en el saloncito rojo, esta tarde mientras toca el violín?

Lo peor es la contraposición de cliente/servidor...

Vitore dijo...

Pues nada, ya lo dice el blog: vayan pasando que se enfrían los macarrones!

scape95 dijo...

Iba a ponerte un comentario, pero tengo al servidor (el que me escribe todo) en huelga. Otra vez será.

DñaGraja dijo...

Pues yo sigo apostando por el papel, una tiene discos que ya no se oyen, cintas que no valen, películas que no se pueden ver, ahora me dicen que en unos cuantos pestañeos, estos Cds tampoco valdrán un carallu...el papel es otra cosa, el papel fue, es y será...
siempre...

Anónimo dijo...

Si no hay macarrones para mi no hay ni cocacola ni queso rallado.