miércoles, noviembre 30, 2005

Limbo2


Y es que a mí lo del Limbo siempre me pareció injusto. Ya de pequeño pensaba más o menos esto: “También es mala suerte que nazca un niño dentro de una familia creyente, se muera por una enfermedad, por un accidente o por lo que sea y se vaya al Limbo ese con su pecado original para siempre”.

Me los imaginaba a todos los pobres niños recién nacidos, recién muertos a la vez, sin bautizar, sin saber hablar, gateando idiotamente en el idiota lugar ni blanco ni negro, ni alegre ni triste, llamado Limbo, mientras Dios decía: “¿Ah?; se siente, que les hubiese dado tiempo a bautizarse, al Limbo con ellos… Jajajaja”.

Me imaginaba una risotada como un trueno multiplicado por mil.

Sin embargo de pequeño me daba más angustia si cabe la idea del Cielo. Procuraba ponerme en la mejor situación. Ya había sido por ejemplo el fin del mundo y toda mi familia, mis amigos, todo el planeta Tierra ya había resucitado en cuerpo y alma y estábamos todos en el Cielo (prefería no suponer que ninguno de mis seres queridos estaba todavía en el Purgatorio y menos en el Infierno)…. Entonces –yo ya iba para ciencias- imaginaba que por muy felices que yo y toda la raza humana estuviésemos en el Paraíso después de… qué se yo: ochocientos tres trillones novecientos cincuenta y cinco mil billones, cuatrocientos setenta y dos mil millones, novecientos cincuenta y cinco mil setecientos veintidós años… ¿No nos aburriríamos de tanta felicidad durante todo ese tiempo?. Y luego multiplicaba esta cifra por unos cuantos trillones más y el vértigo y el terror se apoderaban de mí.

Para rematar la risa, algunas veces me decía mi abuelo Víctor por lo bajini: “Yo prefiero ir al Infierno, allí estarán los toreros, las fulanas, todos divirtiéndose. En cambio en el Cielo, todos ahí como tontos tocando el arpa eternamente”. Y yo empezaba otra vez a imaginar los trillones de años con el arpa y…. para siempre, para siempre, para siempre...

martes, noviembre 29, 2005

Noticia de alcance


Acabo de escuchar y ver en las noticias de TVE1 una que va a cambiar la percepción que hasta hora teníamos del mundo civilizado tal y como lo conocemos en anteriores siglos y en el que estamos; el XXI.

Me ha sorprendido sobremanera que esta noticia no se haya hecho eco hasta ahora en todos los medios de comunicación mundiales dada la indudable trascendencia que dicha información contiene.

Aunque la noticia sea maravillosa a todas luces, da un poco de pena, pues según la costumbre ancestral, lo que ahora desaparece ha vivido con nosotros –si bien sin hacer mucho ruido- desde que yo tengo uso de razón y como decía antes durante siglos y siglos pasados.

Señoras y señores. Según un portavoz autorizado del Vaticano: El Limbo no existe.

Desde luego lo que más me ha gustado a raíz de la noticia ha sido el comentario de mi madre que estaba viendo el Telediario conmigo: “Acabarán diciendo que no existe Dios”.

lunes, noviembre 28, 2005

No se encuentra el servidor

Ahora va y no se encuentra el servidor. Cada vez que Internet te dice que no se encuentra el servidor, es como si yo fuese rico riquísimo y mi servidor (o sirviente) se hubiera marchado con la sopera vacía y no me trajese nunca el segundo plato que suponiendo que yo fuese rico riquísimo, no sabría ni lo que me han preparado en las cocinas de palacio. Por ejemplo: ¿Sabrá Don Juan Carlos I qué va a comer mañana?. No creo que venga Doña Sofía y le diga: “Juancar, ¿qué quieres?; ¿macarrones o costra de foie sobre cama de pularda manchega virgen?".

Cuando se va mi servidor también me recuerda a un artículo que leí hace años en una revista científica que afirmaba algo que precisamente comenté el otro día en un post de uno de los blogs que visito.

Decía el artículo que le damos demasiada importancia a la información digital, cuando lo que realmente perdura a lo largo de los siglos es el papel escrito. Afirmaba; con bastante razón -recordemos que no se encuentra mi servidor- que la primera edición de La Biblia de Gutemberg que se supone que fue el primer libro encuadernado o editado, todavía puede ser hojeada con sumo cuidado, pero lo que ya no podemos hacer nadie, es imprimir una carta escrita en Word Perfect 5.0 para Dos y archivada en un disquete de 5 1/4.

domingo, noviembre 27, 2005

Para Esther

Una amiga me regaló el martes un DVD con la película Mi vida sin mí que como muchas otras me perdí en su día cuando se proyectó en los cines de mi ciudad.

Me pareció una película tan triste como bella. Me gustó esa actitud de fuerza –aunque a la vez de tristeza- con la que la protagonista enfrenta su enfermedad y su final. Una historia bien contada sin ñoñerías añadidas, sin despedidas ante la cama de un hospital para hacer llorar a la audiencia.

La historia de esta joven a la que se le diagnostica un cáncer fulminante me recordó en cierto modo a la de mi amiga Esther.

Esther era una mujer insultantemente sana; muy delgada; fibrosa; nunca bebía alcohol ni fumaba. Casi no tenía gastos pues todo el dinero lo ahorraba para viajar. En uno de aquellos viajes y mientras esquiaba en Argentina, sufrió un atropello por parte de un esquiador que no pudo evitar arrollarla. Se le puso la mitad de la cara morada hasta que aparentemente se recuperó. Esther se tiró tres años con unos intensos dolores de cabeza que nunca se quiso tratar y que más o menos ocultó tanto a su familia como a sus amigos.

Quedábamos los domingos a las 10 de la mañana: ella, su hermana, mi hermano y yo en Cuatro Caminos para jugar al badminton en el Parque de la Dehesa de la Villa aquí en Madrid y alguna vez recuerdo que en pleno partido (si se le puede llamar partido a aquel intercambio de volantes) se le cambiaba la cara y decía: Vamos a casa que me duele la cabeza un poco…

Todavía recuerdo la última conversación coherente que tuvimos por teléfono. Mientras hablábamos de '¿qué tal la semana'?, de las generalidades que se hablan cuando en sí no hay nada que decir, pero si te apetece seguir conversando, me dijo de repente: “Víctor, tengo que colgar, veo como cosas azules y rojas ante mí y me duele mucho la cabeza. Te llamo. Hasta luego”.

Tenía un tumor del tamaño de un huevo. Tras la primera operación olvidó hablar, olvidó como comer, lo olvidó todo. Sin embargo se fue recuperando, perdió el pelo por la quimioterapia pero engordó y se puso hasta más guapa y cariñosa, pero ya nunca fue Esther. Ya nunca fue la Esther que todos conocimos.

Ayer me acordé de ti; Esther; y hoy te pongo en mi blog. Esta versión de Roxanne de tu amado George Michael es para tí. Un beso estés donde estés.

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sábado, noviembre 26, 2005

¿dúo o trio?


Cuantas veces nos pasan cosas en un día que ni en nuestros mejores sueños o en nuestras peores pesadillas hubieramos imaginado: La llamada de un amigo al que hace siglos que no ves; un marrón inexplicable que te endosan en el trabajo mientras sacabas un capuccino de la máquina del café...

Esta tarde, cuando he llegado a casa he ido a saludar a mis padres que viven un piso encima del mío. Ha entrado una vecina de tres años y medio que de tanto oir a sus padres colombianos llamarme Don Víctor, me llama igual el angelito. Me siento entre payaso de la tele y mafioso de la Cosa Nostra. Hemos estado mi hermana y yo enseñando a la niña a jugar al calientamanos de toda la vida y no tenía ni idea. Ya aprenderá.

Ha sido entonces cuando la madre me ha propuesto un trío... ¿Qué digo?... No, no ha sido eso. ¿En que estaré pensando?. La madre me ha pedido que si le podía hacer una copia de un CD, a lo que yo en principio me he negado aduciendo trabas morales antipiratería promulgadas por la SGAE... Pero al ver que la pobre quería grabar un disco de Pimpinela y concretamente la canción 5 llamada "Querida Amiga" que es la que más le gusta porque habla del amor a la madre.

Yo le he propuesto grabarle la canción 50 veces en MP3, pero me ha dicho que no, que si podía el disco normal bien y que si no pues nada.

Me he bajado a mi casa y es cuando he visto que la canción es a dúo con ¡Diego Armando Maradona!.

Por eso digo: ¿es un dúo o es un trío?... Como mínimo es incesto... Mañana que estaré recuperado pondré un enlace a la canción para disfrute (o no) de ella.

26 de noviembre (ya por la mañana): Acabo de poner la canción; si me llega a emocionar como la de Mísia me hubiera hecho el harakiri; pero no, han sido otros los sentimientos. El principio con el mar y eso está bien...

viernes, noviembre 25, 2005

Lorena

Lorena se ha echado un novio extranjero. Como no sabe bien el idioma de su nuevo amor le da un poco de corte hablar con él, desarrollando en cambio el ancestral lenguaje tanto corporal como gestual que siempre nos ha servido a los humanos animales cuando no hemos podido comunicarnos con palabras.

Su amiga, que está hablando por el móvil esperando a que su semáforo peatonal o el mío (yo voy en mi coche) se pongan en verde o en rojo, comenta esto con otra persona a tal volumen que no puedo evitar escuchar la conversación.

Me imagino a Lorena; 28 años. Ni muy guapa ni muy fea. Cuando se arregla es atractiva aunque ella no se gusta mucho. Siempre ha pensado que vale más de lo que la gente cree, aunque también –y esto es un defecto que odia de si misma- tiende a infravalorarse cuando alguien le felicita por su trabajo o por sus conocimientos bastante extensos en cuanto a Arte se refiere. Es como si le diese miedo que la gente pensase que es una erudita y que le vayan a preguntar el año exacto de la muerte de Leonardo da Vinci.

Lorena es en fin una de tantas chicas que ha tenido un par de novios un poco idiotas, de los que nunca estuvo muy enamorada, sobre todo del último: Rafael, que era un auténtico muerto que nunca tuvo un detalle de esos que le gustan tanto a las Lorenas del mundo y con el que estuvo casi dos años por culpa de una amiga suya que los presentó en una fiesta de cumpleaños. Lo dejaron hace dos meses.

Y ahora, Lorena ha conocido a este chico alemán con un nombre tan alemán como Gunter. Lorena está ilusionada pues Gunter le regaló el primer día unas velas de colores y acertó de lleno porque a Lorena le gusta bañarse a la luz de las velas y perderse en sus sueños.

Se pone el semáforo verde para mí y arranco deseando suerte y amor a Lorena y Gunter.

miércoles, noviembre 23, 2005

banca telefónica


Siempre me han inquietado esos robots telefónicos que los benditos bancos ponen a nuestra disposición, que contestan automáticamente y que te dan los buenos días con una voz pretendidamente sensual ya sea ésta masculina o femenina, pero que se aturullan cuando les preguntas cualquier cosa rara o porque hay ruido o porque estás acatarrado o porque la compañía telefónica de turno, con tal de fastidiarnos, hace lo que sea. He aquí un ejemplo de lo que a casi todos nos ha pasado alguna vez:

Máquina: Buenos días. ¿Qué desea?.

Yo: Saldo.

M: ¿Perdón?. No le he entendido bien. ¿Puede repetir la consulta?.

Yo: SALDO.

M: Un momento….. Espere un momento, por favor….

Yo: (Ni respiro, no sea que).

M: Si quiere hablar con un operador diga SALTIMBANQUI mientras pulsa la tecla 2. Si quiere repetir la consulta diga NO y teclee 3. Si quiere contratar una póliza de seguro o solicitar un crédito diga BLANDO y no pulse nada. Gracias por utilizar el servicio de banca telefónica….

Es mejor lo que hace un amigo de mi hermano que cuando le sale una máquina contestadora de esas dice; ya de primeras: “Me cago en la madre que te parió”.

La máquina contesta su consabido ¿Perdón?. ¿Puede repetir?.

El hombre sigue diciendo: “¡Que me cago en tus muertos!”.

Al final la pobre máquina dice: “No le entiendo. Un momento, le paso con un operador” .

Y ya consigue hablar con un humano… Que no sé que es peor, la verdad sea dicha.

P.D. Es que me ha llamado una pobre teleoperadora un poco pesada ofreciéndome una tarjeta de crédito Oro A ella le dedico esta entrada.


lunes, noviembre 21, 2005

Franco murió hace 30 años

Cuando yo tenía 19 años, trabajaba en el Ayuntamiento de Madrid en un puesto llamado Alumno de Obras Públicas. El trabajo estaba creado para la gente que estudiaba esa carrera. Hay que decir que ni yo (que estaba estudiando delineación) ni la mayoría, éramos “Alumnos” en sí. No constábamos en ninguna parte. El Contrato era de palabra y nos pagaban 50 pesetas a la hora que incluso en aquella época era un insulto. Como no existíamos oficialmente nos pagaban cada mes como si se pinchasen ruedas de coches oficiales o se rompiesen farolas.

Entonces murió Franco y la zona fue declarada zona de silencio.

Salí del Metro de Ópera para ir al maravilloso trabajo aquel y lo primero que escuché fue silencio y al fondo de ese silencio unos cantos celestiales provenientes del Palacio de Oriente donde el cadáver del dictador era mostrado a las masas lloriqueantes. Era impresionante. Parecía que estaba uno en el mismo Cielo con los ángeles tocando sus arpas. Daba miedo. Pero más impresionante era el ambiente dentro de un sitio tan oficial como el Ayuntamiento, lleno de gente también silenciosa. ¿Cuántos de aquellos se estarían alegrando y no podían mostrarlo públicamente?. La verdad es que no era fácil reírse en ese sitio y en ese momento.

Lo bueno de ser tan joven era que podías ver la situación aquella como si fuese una película. A mi concretamente me importaba bien poco la muerte de ese señor. Tampoco recuerdo una alegría especial, aunque sí recuerdo que aquel silencio me dio una cierta esperanza, había una luz rara. Parecía el principio del fin de algo. Como que se respiraba. No sé. Han pasado treinta años, pero si recuerdo ese aire, esa luz...

Pero nadie tenía claro nada y menos yo, que la única referencia familiar de la dictadura que tuve años después de la muerte de Franco era que mi abuelo materno había sido encarcelado y apaleado por los “nacionales” por el simple hecho de apellidarse García San José. Parece que a los fascistas les parecía insultante que un “rojo” llevase ese apellido de santo. Mientras Franco vivió, nunca me lo contaron. Tal era el miedo a hablar incluso en familia.

A pesar de que los políticos nos parezcan (casi siempre con razón) unos indeseables, siempre preferiré el poder tener a un impresentable como José María Aznar de Presidente del Gobierno porque mi voto puede hacer que desaparezca.

¡Viva la Libertad!.

¡Muerte a las Dictaduras!.

viernes, noviembre 18, 2005

Lágrima


La televisión es un electrodoméstico al que no pocas veces damos más importancia de la merecida. Al fin y al cabo no deja de ser un aparato que inocentemente muestra lo que deciden las mentes pensantes de los directivos de los canales correspondientes. Es tal la lucha por conseguir un buen share que lo que suele pasar es que nos vemos inmersos en programaciones que nos idiotizan hasta puntos insospechados por nuestras indefensas neuronas.

Pocas veces “algo” que hayan puesto en la tele me ha emocionado tanto como lo que me sucedió hace pocos años mientras veía una entrevista con Mísia en el recientemente desaparecido Canal + y en un programa que algunos recordarán llamado Lo + Plus.

En aquella entrevista; Mísia explicaba lo que era un fado. Contaba como éstos hablan normalmente de amores desgraciados, de melancolías infinitas. También dijo que era conveniente cantarlos con una técnica no solo vocal sino en cierto modo física pues afirmó que había que levantar ligeramente la barbilla y cantar con todo el sentimiento del mundo. Para explicar; en fin, cómo se sentía un fado en el alma, tradujo las estrofas finales de una canción llamada ‘Lágrima’; estrofas que dicen así:

Si yo supiese,
Si yo supiese que muriendo,
Tú me habías,
Tú me habías de llorar,

Por una lágrima,
Por una lágrima tuya,
Qué alegría, me dejaría matar.

En ese momento Mísia puso la barbilla ligeramente hacia arriba y cantó estas estrofas ya en portugués y “a capella”.

Yo creo que nunca en mi vida se me han puesto los pelos de todo el cuerpo tan de punta, mientras boquiabierto se me saltaron; a mí también; las lágrimas.

Mísia-Lágrima


jueves, noviembre 17, 2005

Muñeca diabólica


Un día, cuando casi acababa de empezar a escribir aquí, lo hice a propósito de un anuncio de un Furby que me mandaron y de como me inquietaban los ojos del muñeco y su ignoto idioma.

Lo que le ha pasado a mi prima, en realidad lo que le ha pasado a su hija es mucho más horrible que lo que un Furby puede esconder en su atontada mirada.

La niña tenía en su poder una muñeca diabólica con la que jugaba tranquilamente hasta que ocurrió un accidente que desencadenó la terrible personalidad que el inofensivo juguete albergaba en sus entrañas.

A la pobre chica no se le ocurrió otra cosa que llevarse una de esas muñecas que hablan, al baño. Mientras la madre bañaba a la hija, la muñeca cobró vida y se lanzó al agua. Fue en ese momento cuando su voz (la de la muñeca) hasta entonces infantil y cariñosa, empezó a tornarse cada vez más grave y mientras se ahogaba clamaba cada vez más despacio: M a m a a a a. . . D a a a m e e e u n b e e e s o o o...

Madre e hija salieron corriendo despavoridas del water, mientras la novia de Chucky moría chisporroteando. Hasta que no volvió el padre no entraron ni a hacer pis.

martes, noviembre 15, 2005

Los enemigos del alma

Ahora que está tan de rabiosa actualidad el tema de la LOE y de la importancia o no que debe tener la enseñanza de la religión y puesto que mentes mas sesudas, mejor preparadas y más informadas han debatido, debaten y debatirán este tema hasta que otro más importante o baladí las saque de la LOE y las lleve a dilucidar sobre la bondad de consumir productos relacionados con el caucho sintético liofilizado, me dispongo a contar lo que eran para mi -además de para la Santa Madre Iglesia- los tres enemigos del alma: El Mundo, El Demonio y La Carne.

Hay que tener en cuenta que yo era un tierno infante y que sacaba dieces y más dieces en catecismo, en Historia Sagrada y en todo tipo de asignaturas. No era empollón, pero si buen estudiante.

Aún así y teniendo en cuenta la vasta información religiosa que mi pobre cerebro recibía, no daba crédito a por qué dos de los tres enemigos del alma eran tan enemigos del alma –por suerte estaba claro que El Demonio era enemigo enemiguísimo-.

Mi intelecto que se estaba desarrollando sin remedio -pese a dicha educación- hasta llegar a alcanzar el agnosticismo que hoy día me invade, era incapaz de dilucidar por qué El Mundo y La Carne eran tan peligrosos para mí.

¿Qué imagen me venía de estos dos feroces enemigos anímicos?.

Pues fácil: Una bola del mundo como la que tenía en mi habitación que yo miraba y remiraba y lo único que me parecía peligroso es que se me cayese Eurasia en la cabeza mientras durmiese inocentemente y un filete de carne, que como en aquella época no había vacas locas, el único peligro que se me ocurría que pudiere tener dicho alimento es que antes hubiese tenido que comer acelgas, que esas si que eran –y son- como los nazis: indeseables.

domingo, noviembre 13, 2005

La panadería de "el Hombre"


A todo el mundo nos pasa; por lo menos a mí; que probando ciertos alimentos, escuchando cierta música u oliendo ciertos aromas, lo relacionamos de inmediato con algún familiar desaparecido, algún amor esfumado o algún lugar remoto.

Esta mañana he vuelto a recordar “La Panadería del Hombre” al desayunarme dos magdalenas La Bella Easo. Ahora iré contando el por qué de “el Hombre” y el por qué de las magdalenas de esa marca.

Esta panadería tiene una historia tan real como la vida; en este caso tan real como la muerte. El señor que la regentaba era alto, enjuto, serio pero cordial, tendría unos cincuenta y tantos años. Una noche, sin tener síntomas aparentes de padecer ninguna enfermedad relacionada con el corazón: murió de un infarto fulminante.

Su mujer y su hija sufrieron tal conmoción, que jamás volvieron a abrir la panadería, ni la alquilaron, ni la vendieron, ni la prendieron fuego. Hace más de veinte años que esto ocurrió y tal como la dejaron, tan empapelada, tan cerrada es como se ve en la foto hecha hace unos minutos.

El que a este buen hombre le llamasen mi abuela y mi madre: El Hombre, tiene sentido, ya que la otra panadería que había en esos tiempos (el de las ovejas pasando por mi calle) la regentaba una tal Berta. Si tenías que hacer un recado, te decían: “Vete a donde Berta a por una pistola que nos hemos quedado sin pan” o “Vete a donde el Hombre a por unas magdalenas para el desayuno de mañana, que se ha comido tu padre la última”.

Uno de aquellos días fui a donde el Hombre. Le pedí una bolsa de magdalenas La Bella Easo. El Hombre me dijo: “No te lleves esas; chaval; que están llenas de colorantes y aromatizantes y no se que mierda que le echan. Llévate éstas que las hago yo con mi mujer y mi hija, que son naturales y están divinas, ya verás”.

Me convenció al instante. El aspecto era inmejorable. Me las llevé. Eran en efecto deliciosas, con ese sabor a mantequilla, a harina, a huevo, a cariño…. divinas de verdad.

Poco después murió el Hombre.
Algunas noches cuando a las tantas de la madrugada vuelvo a casa, me parece oler ese aroma que sale de las tahonas y me paro a pensar que quizás en ese momento el Hombre está haciendo magdalenas; ya si; divinas.

sábado, noviembre 12, 2005

una canción de faith hill porque sí


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20 preguntas


Cuando alguien visita mi blog, suelo devolver dicha visita y como soy algo matemático y un tanto loco, hago comprobaciones de por qué me ha visitado tal o cual persona. Miro esa especie de árbol genealógico invisible que une a blogs con blogs y veo que tal persona visita un blog porque otra también la tiene enlazada con otra y otra...

El caso es que ayer, visitando el blog de pilix forever, me encontré con un post en el que pilix había hecho un test en una web; un test que mide tu inteligencia. Es en inglés, a los que sepáis tal lengua os recomiendo que lo hagáis.

Esto me llevó (no sé por qué) a un juego que quizás conoceréis, pero que siempre es divertido volver a hacer. Se trata de una página web en la que mediante 20 preguntas; muchas de ellas aparentemente inconexas, el programa trata de adivinar qué has pensado.

Yo he pensado en un ornitorrinco y me lo ha acertado en ¡¡17 preguntas!!.

Espero que os lo paséis bien unos minutos con el juego éste.

jueves, noviembre 10, 2005

Calendario 2006


Soy tan voluble que mi máxima prioridad es comprarme un calendario de pared cuyas semanas empiecen en lunes (como Dios manda).

Me he tirado todo el año sufriendo este condenado almanaque cuya foto acompaño. Que si, que serán muy bonitas las 16 vistas del monte Fuji, pero eso de que las semanas empiecen el domingo me ha trastocado todo el año.

He ido a trabajar los domingos. He pasado de ir a trabajar los viernes creyendo que eran sábados. He pedido paella los miércoles cuando en todos los bares, se pone dicho plato típico español los jueves.

No se hable más. No sé si comprarme un calendario de diseño pero con el lunes en el lunes y el martes en el martes, etc., o esperar a que en el trabajo me regalen uno de esos con máquinas de todo tipo o maderas o encofrados o carreteras. Si trabajase en un taller mecánico me regalarían uno de esos con bellas señoritas luciendo sus impecables senos, sentaditas en una rueda y con una llave 12/13 (que se pierden un montón) en una de sus manitas. No ha habido suerte, trabajo en Obras Públicas.

Otro año sin novia.

miércoles, noviembre 09, 2005

Linda Ronstadt: Simple Dreams


Tengo un par de amigas que me regañan cuando hablo del amor en pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo, sobre todo cuando digo: "Hubiera o hubiese sido bonito que alguna mujer se hubiera o hubiese enamorado de mi".

Ya digo, se enfurruñan, me riñen, me dicen que qué tonto soy....

Cuando era un jovenzuelo, solía escuchar este disco (en vinilo, claro). Era cuando aun tenía esperanzas de encontrarla.... de ser encontrado por ella ....

Pasando los años; siempre he recordado esa expectativa que nunca llegó al escuchar precisamente este Simple Dreams....

A lo mejor lo sigo escuchando porque mi corazón cree que aún queda tiempo ....

A lo mejor lo sigo escuchando porque mi corazón cree que ya no queda tiempo ....

Con cierta melancolía ....

Ya casi no duele ....

Mientras tanto Linda Ronstadt me canta como siempre ....


P.D. Gracias harry.c por prestarme tu web para la canción

lunes, noviembre 07, 2005

¿Ovejas en Madrid?

Hoy, por una de esas asociaciones de ideas más bien incomprensibles y ni siquiera metido en un atasco, sino simplemente conduciendo normalmente (o todo lo normalmente que se puede conducir en Madrid), he recordado algo relacionado con las ovejas y mi calle.

Acabábamos de mudarnos a Pueblo Nuevo. Habíamos vivido hasta ese momento en pleno barrio de Salamanca (barrio pijo de Madrid por excelencia) aunque en una casa cuyos orígenes nadie conocía, pues su antigüedad hacía que no se supiese bien si aquel mastodonte había sido un cuartel o un convento (algún día hablaré de mi nacimiento allí) pues de ambas instituciones tenía trazas.

Corría el año 1970 y por mi calle, que estaba y está muy cerca de Arturo Soria pasaban rebaños de ovejas a pastar a esa calle, que era en aquellos años una calle minúscula, con tranvías que iban y venían desde la Ciudad Lineal hasta la Plaza de Castilla. El centro de la calle estaba ocupado por merenderos y por el césped o los hierbajos que degustaban las ovejas.

A estas terracitas podías llevar tu propia tortilla de patatas y/o tus filetes empanados y ocupar sus mesas, siempre y cuando (esto era condición indispensable) consumieses la bebida al parroquiano de turno. A mi hermano y a mí nos daban un refresco y con las chapas que había en el suelo jugábamos a la Vuelta a España o al fútbol o a ponerlas en la vía del tranvía para que las dejase lisas como el papel.

domingo, noviembre 06, 2005

piratas


Desde que la industria musical y audiovisual se fue introduciendo en los hogares de cualquiera, hemos asistido a esa doble situación absurda en la que: por una parte se nos insta a no hacer copias ilegales del producto que (en el mejor de los casos) hemos comprado (ya sea éste un CD de música o el DVD de una película) mientras que por otra: se nos ofrecen toda serie de artilugios electrónicos o programas informáticos capaces ambos de destripar, compilar, compactar o “emepe3ear” cualquiera de estos soportes.

Yo todavía no me he bajado ninguna película, ningún disco. Nunca he comprado nada en el top manta. Sigo siendo de los pocos a los que todavía nos gusta abrir el celofán que envuelve el producto. Oler el plástico nuevo. Abrir el libreto donde vienen las letras o quién hace voces con quien en el corte que sea.

Si se trata de una película, me gusta verla en versión original. Casi no hablo bien ningún idioma, pero como decía mi amigo harry.c en un artículo del 11 de marzo en su página web : "Aquel que argumenta que no le apetece leer mientras ve una película, minusvalora el potencial del cerebro humano."

Ayer estuve en casa de unos amigos. Tenían cientos de películas piratas. Elegimos en consenso una: Kinsey

El reproductor de DVD no entendía ciertos codecs.

Resultado: No pudimos verla.

Pero el top manta sigue y emule también ¡y a muchos gigas de velocidad!.

Y la gente se sigue comprando Home Cinemas y ven y escuchan el DVD/patata/pirata comprado en el suelo o bajado de Internet, en mono (nada de estereo) o con el sonido nefasto y la imagen borrosa por haber sido grabada en una sala de cine. Pero eso sí, lo tienen todo. Lo último. A mi me dan pena, aunque seguro que son razonablemente felices rodeados de películas que jamás van a ver y de discos que nunca van a escuchar.

viernes, noviembre 04, 2005

Agitador


Si se quieren aprender una o dos palabras en uno o dos idiomas distintos al nuestro, nada mejor que un sobrecillo de azúcar, que además de contener el endulzante, viene con una persona (del tamaño del sobrecito) que agita los ánimos para propugnar violentamente determinados cambios políticos o sociales (dicho por la Real Academia de la Lengua).

De paso aprenderemos que Azúcar es Sugar en inglés y Zucker en alemán; y que Agitador es Spoon en inglés (que yo creía que era Hooligan, pero bueno) y Löffel en alemán (que yo creía que era Cucharita).

jueves, noviembre 03, 2005

miércoles, noviembre 02, 2005

puente2


¡Y me quejaba yo de mi puente!.

¡No tengo perdón de Dios!.

Fijaros en la viñeta de El País de Forges.

Vamos, mucho peor que yo cien mil veces.

martes, noviembre 01, 2005

puente

¿Qué mejor manera de terminar este interminable, soso y desvaido puente de todos los santos del cielo que yendo a ver una buena película?....
Por medio de una endémica condena; probablemente producida por no hacer caso a una de esas cadenas idiotas que de vez en cuando se reciben por email; me es negada cualquier posibilidad de decisión lúdico-emocional-viajero-festiva.
Siempre tengo que esperar la decisión de la otra persona, sea cual sea la persona y sea cual sea la decisión lúdico-emocional etc, etc,.
Resultado=no cine
Menos mal que ha venido a última hora Julia y me he puesto a tocar la guitarra para que ella cantara sus bellas canciones de porcelana.