domingo, enero 29, 2006

Invincible summer

"En las profundidades del invierno, he aprendido al fin que dentro de mí reside un verano invencible".

Esto es lo que dice Albert Camus en la contraportada del CD de k.d.lang llamado 'Invincible Summer'.

Os dejo esta canción para que os lo apliquéis... si podéis.

k.d.lang: summerfling

viernes, enero 27, 2006

Obras y Medallas-2

Algunos de los mandatarios municipales que nos están obligando a las empresas constructoras a terminar las obras en un tiempo record, tienen miedo de que a la gente le dé también miedo el hecho de meterse en un túnel de unos cuantos kilómetros contando con que no haya ni accidentes ni atascos históricos que pueden agobiar y dar cierto sentimiento de claustrofobia a no pocos conductores.

Para ello; en el túnel que estamos a punto de terminar; se les ha ocurrido a los munícipes pensantes, la brillante idea de decorar dicho túnel con paneles de ningún color; es decir: blanco brillante –¡como su propia idea!-.

Intentan dar con ello una sensación de luminosidad que a mi; cuando se llevan colocados unos pocos de estos paneles; me da un poco la sensación entre de hospital y de esos túneles tan misteriosos que o bien nuestro cerebro o bien nuestra alma –si es que contamos con algo parecido- ven cuando el cuerpo está en trance de morir y que es un túnel; como poco: inquietante, pues tanto gentes creyentes como no creyentes, han vivido de igual manera ese viaje de ida y vuelta -pues ninguno de los que lo ha contado ha fallecido en sí- hacia una luz de colores nunca vistos y han recibido en dicho túnel la bienvenida de familiares o amigos muertos mientras el viajero ha visto a toda velocidad pasajes de su vida y hasta que alguien le dice que no le ha llegado la hora y que vuelva a su cuerpo lo que suele causar un cierto desagrado en el tunelero que ya se veía libre de sus kilos para siempre jamás.

Nosotros estamos dotando a nuestros túneles de salidas de emergencia por si se da el caso de que nos digan que no ha llegado nuestra hora o de que no llegamos a nuestra hora que será lo más probable. Los que vivan en Madrid o vengan de visita, ya dirán que les parece el luminoso túnel y como se les queda el cuerpo y el alma –si es que contamos con algo parecido- al viajar por él.

Buen viaje.

Prometemos luz al final del túnel....

miércoles, enero 25, 2006

Medallas y Obras


Yo no viví esa época como trabajador; apenas como niño; pero lo bueno; por decir algo; que debía tener la dictadura de Franco era que como no había legislaturas ni elecciones generales ni locales, ni de nada; entre que el dictador inauguraba un pantano y otro podían pasar unos cuantos años y no necesariamente los cuatro a los que los que trabajamos en la Obra Pública estamos abocados; ya hagamos una calle de un pueblo o las Pirámides de Egipto-II.

Entrada la democracia y ya trabajando en este negocio, me tocó vivir una inauguración “de mentira” de una depuradora de aguas residuales cuyo nombre era; y sigue siendo: Estación Depuradora de Aguas Residuales de Villalba de Guadarrama y Municipios Adyacentes “El Endrinal”; toma ya nombrecito.

Y digo lo de la inauguración “de mentira” porque como se acercaban elecciones; el Presidente de la Comunidad de turno quería inaugurarla a toda costa. Como no habíamos terminado la obra, tuvimos que llenar los depósitos de agua, poner césped artificial y hacer “como si” funcionara la instalación. Desde una loma adyacente observamos como hacían el "paripé", y allí desde lejos veíamos nuestra depuradora más bonita que un San Luís, llorando de la emoción del momento.

Acabada la payasada política, quitamos el "atrezzo" y seguimos trabajando unos meses más hasta la terminación; ya sí; y el funcionamiento hasta hoy.

Ahora la política salpica cada vez más a los técnicos, a los que nos obligan a correr, a intentar realizar unos proyectos hechos también deprisa y corriendo y que normalmente hay que rehacer más corriendo y más corriendo y más corriendo, porque están mal pensados o cojos técnicamente, porque también a ellos les han obligado a correr a su vez. Todo para que el Alcalde o Presidente de turno se pueda colgar sus medallitas en SU legislatura correspondiente.

Mientras, la construcción registra muertos y más muertos en accidentes laborales.., pero no importan.

¿A qué político le importa una mierda de obrero muerto?.
¿Qué mandatario es capaz de comerse esos muertos a costa de su avaricia, de su poder?.
Todos ellos.
Ni pestañean.
Son estadística.
Es el precio por el bien común de la ciudadanía; dicen.
Cuánta basura dialéctica.
Apestan.

¡Pero venga, vamos!. ¿En qué estás pensando?. ¿Qué estás escribiendo?. Venga, que hay que inaugurar, deprisa, más deprisa, más y más deprisa. ¡Más, más, más!...

domingo, enero 22, 2006

Cinco extraños hábitos de vitore

Resulta que grismar me ha invitado a este juego en el que parece andar metido todo el planeta “bloguero”.

De hecho, no creo que pueda reenviar el jueguecito a nadie porque entre que los enlaces que tengo ya han sido enlazados por otros anteriormente para jugar a ello y entre que los que no lo han hecho; está un señor como harry.c cuyo blog consiste en viñetas... aunque esto si sería divertido, que mediante viñetas pusiese sus cinco manías o hábitos extraños... y en fin que luego hay blogs que leo y en los que comento, pero que no suelen hacer lo mismo conmigo, yo creo que en mí –como pasó con incondicional- parará una de las ramas de esto.

Y ya metiéndome directamente en mis manías o hábitos raros. No me ha sido muy fácil encontrar cinco, no sé si porque de tener hábitos extraños, a mi a lo mejor me parecen perfectamente coherentes de tanto repetirlos.
Pero bueno, intentaré hacerme un auto análisis a ver que sale:

1º.- El primero que se me ocurre es el hábito de ordenar mis múltiples Cds (más de 1000) alfabéticamente, lo que me lleva a mover todas las filas y todas las columnas de los muebles (cada uno "de su padre y de su madre") si se da la tragedia de que me compro un Cd de un artista cuyo apellido empiece por “A”. Si el artista se apellidase Zumalacárregui, no tendría que mover nada y daría palmas de alegría incontenida, pero no suele ser el caso.

2º.- Siempre retuerzo las servilletas de papel de los bares, sobre todo esas que tienen un ligero satinado y no limpian nada la grasa o fritanga esparcidas en manos, bigotes, codos, tobillos, etc. Las retuerzo y luego hago un nudo marinero con ellas, o dos si quedan los cabos lo suficientemente largos.

3º.- Este hábito también es de bares. Sobre todo de esos restaurantes de comida de “aquí te cojo aquí te mato” en los que los manteles son de papel. Saco mi eterno lápiz; que llevo siempre en la camisa; (si es verano lo llevo en un bolsillo o riñonera) y me pongo a dibujar, o bien lo que sea, o –disimulando por si me pilla in fraganti- a cualquier comensal que sea “dibujable”. Hace años estuve en un trabajo en el que una camarera del bar donde íbamos a comer, se guardó algunas de mis “obras de arte”, cuando no el mantel entero.

4º.- Un hábito que no he perdido con los años es el de mirar a los ojos a la mujer a la que me acaban de presentar. No sé que tendrán los míos –ojos de no seductor, supongo- que muchas se convierten en amigas incondicionales, en confidentes que me abren sus almas sin pudor alguno. No he hecho mucho el amor que digamos, pero ese mirar o esa actitud me ha dado momentos muy placenteros anímicamente.

5º.- El último que se me ocurre, tiene que ver también con la música y es la manía de querer identificar que canción está sonando muy bajita en un hipermercado y una vez que la identifico, acordarme del titulo y visualizar si la tengo en esos armarios cada uno "de su padre y de su madre" y me vuelvo a casa sin los yogures que tenía que haber comprado, pero con la cancioncilla en la cabeza.

miércoles, enero 18, 2006

El perfume que empezaba por "A"

Quería regalarle su perfume favorito como principio del fin, como una especie de hola; me voy.

Casi no podía imaginarla sin él. Cuando se echaba unas gotas, su belleza se multiplicaba, el brillo de sus ojos se volvía lacrimógeno pues no podía admirar esos ojos sin casi llorar él a su vez.

“Sólo me quedan unas gotas”: decía ella, poniendo el morrito mimoso, desamparado, resignado al fin del aroma. Y es que el perfume; en efecto; ya no se distribuía en la ciudad, ni en el país entero. Y era verdad que en el frasco sólo quedaba una ligera capa de liquido amarillo como el oro, que ella había ido alargando y alargando como una hechicera, como una encantadora de perfumes.

Él sabía que ella nunca le amaría, pues además de ser su amiga y sólo amiga, se había enamorado de una lesbiana de voz ronca, tan masculina era su pareja, que dicen que llegaba a agarrarse la zona donde los hombres tenemos nuestros atributos y se colocaba dichos atributos; invisibles físicamente; pero sin duda enormes y bien presentes en su psique.

Decidió buscar el perfume como regalo de Navidad, sabiendo que él ya no lo disfrutaría, ya no lo olería y le reconfortó saber que nunca lo encontraría en otra mujer en la calle o en cualquier otro lugar donde los perfumes recuerdan y te hacen recordar. Lo encontró en Tailandia. Compró un frasco por Internet y a los pocos días lo tenía en su casa.

Escribió una carta en la que contaba como durante esos días había surcado mares embravecidos, selvas asfixiantes llenas de peligros inminentes, hasta llegar a un chamán que mezclando hierbas únicas y extractos secretos había logrado el elixir, el perfume que en su caja de cartón de correo de vía aérea, ella tenía en sus manos.

Llorando como una "Magdalena", le dijo que era el regalo más imaginativo y más bonito que nadie; ni siquiera sus dos amores idolatrados le habían hecho jamás.

A los pocos meses, él ya no pudo ser su amigo, su ángel de la guarda, su confidente, su nada. Sólo recuerda que el perfume empezaba por “A”.

sábado, enero 14, 2006

Percepciones interplanetarias

Hay veces que se tienen los poros más abiertos y parece que uno tiene más percepciones de cosas nimias que otros días en los que se está más espeso.

Hoy estaba yo en uno de esos días en los que parece que acabas de aterrizar en un planeta nuevo y todo te parece sorprendente: Desde al anuncio del método Pilates que parece que no eres nadie si no haces este tipo de ejercicios, hasta mi vano intento de utilizar el metrobus aún a sabiendas de que estaba caducado y no podría, pero por la simple curiosidad de ver qué me decía la máquina que se ha limitado –en su también limitado lenguaje- a decirme; poniéndose colorada: billete no valido.

Y luego ya en el Metro, con mi metrobus nuevo y legal a todas luces, la entrada de dos abueletes: uno, alto, con el pelo como una escarola, pero con entradas, con una pulsera de oro un tanto femenina para mi gusto –allá cada uno con los suyos- un sello también de oro. El otro, mucho más bajito; con el pelo liso, para atrás, con ese aspecto de pelo que ha estado mojado por la mañana, pero que ahora está seco como la mojama, éste llevaba un abrigo gris que le llegaba hasta casi los pies. Ambos han entrado hablando a grito pelado pues el bajito y más abuelo llevaba un sonotone.

Les ha dado tiempo a hablar de como uno de ellos –el del “sonotone”- tenía cita previa; no para el médico de algo, como inocentemente he pensado yo; sino para viajes de jubilados y de cómo no le apetecía ir a Peñiscola porque le habían dicho que no había marcha por las noches, ni bailoteo, ni “na”. Y de cómo el otro no podía acordarse de ese otro pueblo al que fueron que estaba precisamente al lado de Peñiscola y de como habían conocido en ese pueblo -del que no se acordaban- a la prima de “la Pantoja”.

Me he bajado sin llegar a saber el nombre del pueblo ese de al lado de Peñiscola. Luego, en la estación de Ventas, ya en la Línea 2, me ha preguntado el abuelillo bajito que si el Metro que llegaba en ese momento iba a Sol, que antes era por el otro andén. He estado a punto de mandarle al otro andén, por no acordarse del pueblo, pero he sido bueno y le he dicho que sí, que iba a Sol, que no se preocupase de nada en la vida.

Ya en la calle y mientras esperaba la llegada del amigo con el que me iba a tomar un café, me ha abordado un japonés elegantemente trajeado diciéndome que por donde se iba a Serrano.

Al ir a decírselo me ha espetado: "Aaaaaserranolagascaserranolagascaserranolagasca". (Serrano y Lagasca son dos calles de Madrid, cercanas a donde estábamos)

Atónito ante tal parrafada, le he cortado amablemente y le he dicho: konichiua por esta calle hasta tres o cuatro harigato-tai más. Creo que no ha entendido mis rudimentos de su idioma -para su desgracia, colocados fuera de contexto- pero se ha ido tan campante por la dirección correcta; que no es poco ni para él ni para mí.

jueves, enero 12, 2006

Llamada

Hay veces que una llamada inesperada te da; por un lado alegría y por otro sentimiento de culpa por no haber tomado tú la decisión de haber hecho esa llamada, aunque recuerdes frases o gustos o cosas de esa persona.

Cuántas veces nos quejamos con cierta amargura de los pocos amigos que tenemos, cuando resulta; no pocas veces; que no nos paramos a mimarlos.

Así que esta tarde he vuelto a disfrutar con la charla perdida de mi amigo Vicente. Hemos vuelto a hablar como otras veces de música, de cine, de cómo ha empezado a bajarse cosas inverosímiles de Emule como por ejemplo la versión en estéreo de Good Vibrations de Beach Boys (que lleva escuchando estos días casi sin parar) o de cómo; también gracias a Emule; ha encontrado programas de radio estadounidenses de los años 40 y 50 a los que es tan aficionado y de los que tiene una vasta colección. Hemos recordado la vez que me grabó uno de esos programas con el reto –que yo pasé sólo relativamente, aunque aprendí que dandruff es caspa- de entender todo el programa y que él; un auténtico autodidacta del idioma inglés; transcribió excepto una o dos palabras imposibles de entender. Dice que aprendió inglés por su cuenta cuando de pequeño cayó en sus manos un tebeo de Mickey Mouse en dicho idioma y se propuso que tenía que entender lo que decía el ratón. Ahora es capaz de identificar hasta los acentos de los diferentes Estados de Norteamérica.

Hemos quedado en retomar esas llamadas y hasta las comidas que todos los veranos solíamos hacer en la inmensa terraza de su casa: Él con su mujer y su hija y yo con mi hermana, también amiga de la familia. A él lo conocimos ambos en uno de aquellos viajes a Nashville, en los que mi hermana y yo cubríamos la información de un evento llamado Fan Fair (música country) para una revista que se dedicaba a esta música en los años 90.

Estoy contento de la llamada y al mismo tiempo; como decía al principio; culpable por el abandono al que había sometido a este amigo. No tengo perdón de Dios.

lunes, enero 09, 2006

Churros y Porras

Hoy ha sido el cumpleaños de una compañera de trabajo de la que he hablado alguna vez; Toñi.

El último día que trabajamos; es decir el día 5 de enero, le conté que unos antiguos compañeros míos, habían adoptado la costumbre de dejar de celebrarlo en la oficina con los consabidos pastelitos, el cava, etc., eligiendo una conmemoración algo más recia y desde luego con más abolengo: Telechurro.

Al igual que hay servicio de comida rápida de pizzas, de comida china o de tortas rellenas de lo que sea, hay unos señores que de un modo un tanto espartano, han inventado el Telechurro éste, que consiste básicamente en que te traen en la motillo de turno: churros, porras y hasta chocolate calentito.

Como nuestra amiga Toñi se quedó con la copla, me propuso ayer quedar hoy a las 8:15 de la mañana para después de tomar un café ir a buscar los susodichos churros ya que el Telechurro, o pasó a la historia, o no teníamos su teléfono, o algo.

Así pues, sin Telechurro a la vista, allá que nos hemos encaminado, más llegando a la churrería hemos observado con gran quebranto de nuestras almas que la casetilla dedicada al efecto estaba cerrada a cal y canto.

Hemos preguntado entonces a uno de los kioskeros del barrio, que nos ha dicho que podríamos encontrar una churrería abierta siguiendo toda esta calle recta –haciendo el amable señor ese ademán que todos hacemos para indicar calles, pues ¿quién de nosotros es capaz de indicar: tuerza la segunda a la derecha y luego la tercera a la izquierda, gire cuando llegue a la rotonda... sin hacer ejercicios entre aeróbicos y de tai-chi?- cuando lleguen a una rotonda que hay un cajamadrid, sigan –hemos visto otra churrería cerrada que no era- luego sigan rectos y al final de la calle, hagan un zig-zag un poco a la izquierda –aquí el kioskero ha hecho una especie de paso de salsa imitando graciosamente el zig-zag- y luego otra vez rectos, cuando lleguen a otro cajamadrid y una caixa, pregunten que allí hay una churrería que estará abierta.

Inexplicablemente; Toñi de copilota y yo pilotando, hemos llegado al sitio sin perdernos. Más que ir a por churros, parecía que estábamos descubriendo el Polo Sur.

Al fin, sin preguntar ni nada, hemos llegado a la churrería y ¡qué maravilla!; otra vez –una más- me ha sorprendido ese olor a aceite hirviendo que uno olía cuando iba con el abuelo a comprar los churros del domingo y como la masa ya preparada ha entrado en el baño sagrado, deslizándose casi placenteramente y como el churrero ha sacado una rueda ya dorada y como la churrera ha cortado en piezas casi exactas las porras pedidas.

Solo he echado de menos que los churros ya no tenían forma de churro, sino de lápiz, de varita mágica, de batuta. Los churros como Dios manda, antes iban engarzados en un pequeño junco.

Pero esos eran otros tiempos más churreros y más juncales.

sábado, enero 07, 2006

Espacios con humo

No voy a hablar en sí de lo de la famosa Ley Antitabaco, ni voy a polemizar ni nada con el tema.

Es que me ha llamado la atención un cartel pegado en un bar por el que he pasado.

Como no llevaba ni mi cámara digital ni mi móvil es de la última generación; o sea de los que sacan fotos; no he podido tomar la imagen de dicho cartel que decía:

EN ESTE BAR SE PERMITE FUMAR.
PERO SÓLO TABACO ¿VALE?
¡Y QUE SEA LO QUE DIOS QUIERA!

Seguro que habrá carteles más graciosos, más intimidatorios, más claros o más cabreados, pero éste me ha parecido genial.

Demuestra que los españoles todavía tenemos ese punto de humor negro como el de una funeraria de Alicante que regala mecheros con el dibujillo de un esqueleto con un cigarrillo en la mano y dice: "Funeraria Menganito: Siga fumando; sabemos esperar".

Así somos a veces. Esta bien un poco menos de crispación.

jueves, enero 05, 2006

Noche de Reyes


Yo nací y viví los 13 primeros años de mi vida en una casa muy antigua de la que no se sabía muy bien su origen, pues se dudaba entre que hubiese sido un convento o un cuartel.

La casa aquella era enorme –o al menos así la recuerda el trocito de cerebro de niño que aún me queda- y allí vivíamos mi abuela materna María, mi abuelo materno Víctor, mi tía Maricarmen, mi tío Manolo, mis primos Marimar y Javi, mis padres Paquita y Carlos y mis hermanos Juancar y Mariángeles.

Poco antes de que naciese mi hermana –a la que llevo nueve años- y cuando yo contaba más o menos con siete u ocho, descubrí que los Reyes Magos eran los padres.

Sólo hay que imaginar el alboroto pretendidamente callado que los adultos liaban esa noche mágica. Entre cuchicheos y ruidos de papeles por aquí y por allá, se oía como dudaban si el paquete que estaban manipulando correspondía a...

¿Juan Carlos?... ¡No, no, este es para Vitore!.

Yo me hacía el dormido entre las sábanas con una sonrisa medio pícara, pensando que al menos... ¡tenía un juguete seguro!.

Prometí no descubrir a ninguno de los adultos ni a ninguno de los niños de la casa mi pérdida de inocencia, pues me daba pena que a ellos les diese cargo de conciencia y desde luego prefería verlos felices cuando todos enredábamos con los regalos correspondientes y me sentía bien cuando con todo candor nos decían: “¡Mirad niños, hemos dejado tres copitas de anís para los Reyes y se las han bebido!”. Yo miraba a mi abuelo, mi tío y mi padre y me decía: “¡Estos son los tres Reyes Magos más buenos del mundo; se merecen el anís!”.

miércoles, enero 04, 2006

Sin equipaje

Hoy he tenido un sueño que se suele repetir algunas veces y que por fortuna no es una pesadilla. Gracias a mis neuronas o a mis vivencias o no vivencias, éstas –las pesadillas- no suelen turbar mis sueños.

He soñado que estaba de viaje con mis padres y mis hermanos. Habíamos llegado a un bello lugar de Estados Unidos de América. Nos alojábamos en una de esas casitas victorianas que podemos ver en las películas y que también podemos ver de verdad si viajamos sin sueños –o con ellos- a ese país.

Me desperté en la habitación que compartía con mi hermano y no sabía bien si estaba en Estados Unidos o lo había soñado: ¡un sueño dentro de un sueño...!

Noté que no era un sueño –aunque si lo era; ¿o no?- al oír unos cantos de pájaros que no suelo escuchar en mi casa de verdad, la de la realidad, la de Madrid.

Me levanté, noté que había dormido vestido y calzado, me extrañó pero no me importó. Bajé tal cual a desayunar una tarta de chocolate recién hecha por las abuelitas victorianas de la casa victoriana y un tazón de algo que parecía Cola Cao. Al volver a subir a la habitación vi con sorpresa que no había traído equipaje –esto es lo que se repite en mis sueños de viaje- ni dinero, ni pasaporte.... Nada....

A lo mejor mis sueños me van preparando –espero que tarde muchos años- para el gran viaje; el viaje que tan bellamente describía Machado en sus versos:

“Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.”

¡Pero no sin mi guitarra!.

domingo, enero 01, 2006

Músicos abstemios

Mientras escucho los acordes de un vals de la saga de los Strauss en el tradicional Concierto de Año Nuevo que la Filarmónica de Viena nos regala cada 1 de enero, me fijo en la cara de los músicos y me da por pensar en cómo será la Nochevieja de dichos músicos que sabiendo que tienen que interpretar primorosamente variadas piezas musicales, tendrán que escuchar cada año; de parte de algún cuñado pesado; frases parecidas a ésta: “Pero Hans, tomate una copa hombre; ¡mira que eres soso!”.

Y el pobre Hans, -que en qué hora estudió violín- estará obligado casi de por vida a no pasarse en Nochevieja por si se queda dormido o se emborracha y no puede interpretar su sólo en una polka, vals o mazurka.

Y es que ya Beethoven homenajeó a los músicos en un movimiento (creo que de su sexta sinfonía) pues describía –con razón- como mientras los músicos tienen que estar al pie del cañón y tocar con más o menos brillantez sus canciones, el resto de los mortales, bebe, baila, se enamora y se deja enamorar al son de la música que ellos interpretan sin descanso.

¡Buen año nuevo para todos!

miércoles, diciembre 28, 2005

SúperPaco

No sé si existirá Dios o no. No hay casi nada que pueda demostrar que si, más que la fe de los creyentes.

Casi se podría pensar más que no existe, con la cantidad de desgracias que parecen no afectarle, pero quizás Él más que nadie esté por encima del bien y del mal y nos ame a su manera, que a lo mejor no es una manera lógica y aparentemente palpable para la mentalidad del occidental del Siglo XXI, pero que para Él será inconmensurable.

Si existe; ha tomado la extraña y terrible y triste decisión de llevarse de este mundo a un gran amigo y excelente compañero de trabajo al que conozco desde el año 1987 y con el que he compartido multitud de Obras –el en calidad de topógrafo, yo en la de delineante- desde ese año, hasta el pasado en el que yo me cambié de empresa y nuestros caminos profesionales se separaron, aunque no los personales, pues si bien no nos veíamos con la regularidad que da el hecho de trabajar con alguien todos esos años y de vivir con él más que con tu propia familia, nuestros contactos telefónicos eran frecuentes aunque sólo fuese para contarnos como iban nuestras ya distintas Obras y en las que él me contaba como iban las también interminables obras de su chalet y como su mujer estaba preparando unas oposiciones y como sus dos críos crecían más y más.

El caso es que el destino o la decisión divina han decidido que Paco haya dejado de vivir la pasada Nochebuena que es una noche tan decididamente alegre que debería ser imposible morirse precisamente en la madrugada del 24 al 25 de diciembre.

Desde esta bitácora quiero mandarle un abrazo y recordarle como una de las mejores personas que he conocido en mi vida, con la que he comido todos los días, con la que me he reído, con la que he tenido guiños o chistes particulares que sería tonto poner aquí pues sólo los que son/somos compañeros lo entenderían, con la que he trabajado tan a gusto -pues el caballero rozaba la perfección-. Para ti SúperPaco. Para ti Pacodillo. Para ti Profesor Paquito.

Para ti van mi cariño y mi amistad eternos.

sábado, diciembre 24, 2005

Felicidades en Pagüerpoint

Si hay algo que me resulta fascinante de la web, es la capacidad que tiene de hacer que personas absolutamente desconocidas entre ellas, por el simple hecho de; o bien escribir en un blog, o chatear al azar en Messenger u opinar en un foro sobre cine, literatura o artes culinarias, lleguemos a un nivel de relación tal, que parece (en algunos casos) que dichas personas nos conocemos “de toda la vida”.

Por ejemplo, ayer quedamos harry.c, su novia (éstos sí amigos de “carne y hueso”), la mujer tirita, un pato de papel que te mira y se gira si te tapas un ojo y te balanceas y yo.

Tomamos café, chocolate y frappuccino; decidimos ir a ver Broken Flowers de Jim Jarmusch. Como teníamos tiempo, nos metimos en un sitio a comer alitas de pollo y beber cerveza. Como siempre que quedo con harry.c, tuvimos que irnos a toda prisa –pagando la cuenta; eso sí- pues entre alitas, cervezas, charlas y risas, se nos echó la hora encima y porque a este hombre le gusta entrar en el cine corriendo y ya sin luz.

Después de la película, nos fuimos a un bar de copas a discernir sobre tal o cual escena de la enigmática película, y luego sobre cine de autor en general o sobre borracheras en medianas y músicas y St Germain y John Lennon...

Como ya no había Metro, nos pillamos un taxi y cada uno nos fuimos a nuestros destinos. Desde ayer, la mujer tirita forma parte de nuestras vidas y nosotros de la de ella. Ella además cuenta con un pato que te mira y se gira si te tapas un ojo y te balanceas, cosa que ni en sus peores sueños o mejores pesadillas, hubiera imaginado.

En fin, que para todos; los conocidos en carne y hueso y los que no; ahí va este Powerpoint.


FELICIDADES A TODOS.pps
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lunes, diciembre 19, 2005

los caminantes del barrio

Son dos.

Ambos caminan y caminan.

Ambos no parecen tener un rumbo.

Ninguno parece querer llegar a ninguna parte determinada, ni ir a un recado, ni a nada, sólo caminan y caminan.

Uno es de mediana estatura, ahora rondará los cincuenta y tantos; pelo negro, ojos torvos bajo unas cejas tan pobladas como su cabeza. Es de esas personas que sabes que no se van a quedar calvas. Siempre le he observado caminar sólo, sin decir palabra alguna, con las manos entrelazadas y apoyadas entre el final de la espalda y el principio del trasero, camina ligeramente echado hacia delante, con grandes zancadas, con gesto siempre serio, aunque no triste. A mi me ha llegado a parecer que tiene el aspecto de un hombre con algún problema mental, aunque esto no deja de ser una conjetura “de las mías”.

El otro es alto, muy delgado, tendrá cuarenta y pocos, ojos claros, verdes, y el pelo muy liso y entrecano, siempre va por la calle de Alcalá, tiene boca prominente de la que siempre -y cuando digo siempre, es siempre- cuelga un cigarrillo de tabaco negro. Este camina muy deprisa, pero con pasos cortos. Siempre -y cuando digo siempre, es siempre- va hablando sólo. Cuando te cruzas con él suele ir despotricando de política tanto nacional como internacional, aunque bien es verdad que nunca va crispado. Habla más bien con ironía. Si su mente sufre de doble personalidad, se podría decir que ambas; aunque discutan; están de acuerdo en líneas generales, pues después de cada opinión, suele poner el cigarrillo a un lado de la boca para sonreír con cierta sorna y con –al parecer- todo el conocimiento del mundo.
Conocimiento que le daría la oportunidad de arreglar dicho mundo mientras enciende otro pitillo.

Ayer me crucé con ambos. El de mediana estatura caminaba tan despacio que casi no le reconocí. Me pareció que había envejecido años, pensé sin más en que a lo mejor es que hacía años que no le veía, aunque no me convenció mucho mi pensamiento. Al otro; y por primera vez en la vida y en lo que llevo viendo a este hombre en el barrio; le vi sentado, como siempre en “su” calle de Alcalá. Fumaba su eterno cigarrillo y por su sonrisa, me pareció que sus dos personalidades estaban tan calladas y tan en paz como él. Quizás por fin este caminante haya arreglado ya el mundo.

viernes, diciembre 16, 2005

¡Preparados, listos, a comer!


¿Cómo habremos descubierto los humanos qué es lo que se puede comer y qué puede ser venenoso o mortal?.

En el caso de lo venenoso o mortal, está claro que el primero de una tribu que se comiese una planta y muriese inmediatamente, sería el conejillo de Indias; queriendo o sin querer; y daría la pauta para no probar jamás eso.

Yo es que no me llego a creer mucho lo de la ciencia infusa. Es decir: ¿Qué circunstancia llevó al primer humano –aparte del hambre- a elaborar un ser tan aparentemente asqueroso como un pulpo y comérselo. Porque yo quiero pensar que el primer señor que se comió un pulpo, no tenía esa ciencia infusa para saber qué hacer con semejante amasijo blandengue de ventosas. Vamos, no creo que el primer comensal de un pulpo dijese: “Voy a inventar el pulpo a la gallega” y se pusiese a dar golpes al animal, a cocerlo en un caldero de cobre, a echarle pimentón, sal gorda, cachelos…

Quien dice pulpo, dice una gamba. Tú analizas una gamba como si fueses un extraterrestre y no parece un ser apetitoso con tanta pata, tanto ojo saltón y tanto bigote.

No sé quien enseñaría a los primeros humanos a comer. No me imagino a Dios delante de Adán diciéndole: “Mira; Adán, estos bichos se llaman gambas porque para eso soy Dios y le he dado ese nombre; pon una zarza a arder, llama a Eva, dile que tire la manzana esa que le ha dado la culebra y que traiga un poco de sal y comeros varias a la plancha. Si fueseis camareros tendríais que decir a grito pelao: ¡A ver unadegambasplanchaaa…!”.

Atónitos, Adán y Eva, se comieron la manzana y por eso estamos todos con un pecado original que no nos lo quita ni el Fairy Ultra ni el trajecito de cristianar con su Bautismo y su agua del río Jordán.

El caso es que dentro de poco, millones de gambas van a ser engullidas por tantos humanos como una ballena se podría comer ella solita, pocos cientos de manzanas también caerán en nuestras fauces –la mayoría convertidas en sidra- y nos hartaremos de comida y bebida en el primer mundo.

Mientras; en el tercer mundo……..

miércoles, diciembre 14, 2005

Barbara, Celarent, Darii, Ferio...

Estos días jugando con Ocrán Sanabú, he recordado también unas palabras tan extrañas como estas dos aunque; esta vez; encuadradas en el estudio de los silogismos filosóficos.

La historia data de cuando yo estaba terminando lo que se llamaba Bachillerato Superior que después se convalidaba con una Revalida.

No recuerdo en qué curso de ese Bachillerato, pero si se me han quedado esas palabras, supongo que inexistentes en ningún idioma en sí, pero se supone que útiles para formar o deducir silogismos. Como con Ocrán Sanabú, he mirado en Internet esta combinación de palabras en varias páginas web que os invito a leer, pues yo sólo sabría explicar vagamente para qué sirven en realidad, aunque si recuerde la retahíla entera que es la que sigue:

Barbara, Celarent, Darii, Ferio, Cesare, Camestres, Festino, Baroco, Darapti, Felapton, Disamis, Datisi, Bocardo, Ferison, Bamalip, Calemes, Dimatis, Fesapo, Fresiso.

¿Por qué mi memoria vuelve a ser tan imprevisible recordando esto?. Que más que un conjunto de palabras en las que las vocales A e I, que vienen de Afirmo y las E y O que salen de la palabra Nego, parecen la alineación de un equipo de fútbol femenino greco-latino con suplentes y todo (y digo lo de femenino porque la portera parece llamarse Barbara).

Lo que no me perdonaré nunca es que no le haya vuelto a recordar esto a mi viejo profesor de Filosofía; Don Rafael Cuadrado. Y digo que no me lo voy a perdonar nunca porque quizás le haría gracia recordar que nos hizo aprendernos esto; prometiendo un 10 al que se lo preguntase y lo supiese; que yo me lo aprendí, que no me preguntó, pero que lo retuve, parece que para siempre.

Alguna vez que me he cruzado con mi viejo profesor por el barrio, he tenido la tentación de pararle y contarle todo esto. No sé por qué no lo he hecho, aunque quizás ni siquiera haga falta, pues cuando nos hemos cruzado, nos hemos mirado a los ojos filosóficamente. Hace tiempo que no le veo. Espero que todavía ande filosofando por este u otros mundos.

lunes, diciembre 12, 2005

Jersey Ocrán Sanabú

Esta mañana me he levantado relativamente tarde; a las once menos cuarto más o menos. Es lo bueno de estar de vacaciones y no “tener” que viajar; cosa que casi todo el mundo hace en cuanto tiene unos días libres de trabajo.

Si estás en tu propia casa y no en un hotel en el que tienes que desayunar como los alemanes; es decir a las seis o siete de la mañana, puedes levantarte a la hora que quieras y -como yo he hecho- recoger la ropa tendida y por fin seca (pero fría como un demonio), poner una lavadora y meterme en la ducha. Al salir de la ducha; una vez vestido y al empezar a doblar un jersey de mi hermana -que es una de esas bendiciones que no necesitan plancha (me refiero al jersey, no a mi hermana) - he reparado en que la etiqueta del cuello de la prenda decía: Colección Ocrán Sanabú.

Con un esbozo de sonrisa he vuelto a pensar en algo relativamente recurrente en mi vida: lo caprichosa que es la memoria, que te hace recordar cosas inútiles y se empeña en esconderte otras que necesitas en un momento dado y que te hace decir aquello de ‘espera, que lo tengo en la punta de la lengua’ para inmediatamente borrar esa brizna burlona de recuerdo. Qué juguetonas son las neuronas. Cómo se ríen de nosotros las condenadas.

Por eso, al ver ese Ocrán Sanabú escrito en la etiqueta del jersey, mi caprichosa memoria me ha hecho revivir algunas tardes de “juego” con mi hermano con la vieja Enciclopedia Espasa que mis padres tenían y cuyas primera y última palabra; de los tomos que la componían; todavía recuerdo: 1.- A-Bekker; 2.- Bel-Cozvíjar; 3.- Cr-Ezzelin; 4.- F-Izzo; 5.- J-Ocozol; 6.- Ocrán-Sanabú; 7.- Sanaco-ZZ

El juego era una especie de navegación por Internet, lógicamente sin Internet aunque si con aquellos librotes enciclopédicos. Abríamos una página al azar y mirábamos o bien la primera palabra o definición o la última que apareciese en la página, leíamos lo que significaba dicha palabra y volvíamos a navegar hasta la nueva página con la nueva palabra, volviendo a repetir la operación hasta que una de las definiciones era tan interesante que nuestra navegación terminaba o bien en el Congo Belga o en tipos de somormujos o en ignotos peces de zonas profundísimas del Océano Pacifico....

domingo, diciembre 11, 2005

El sexo del somormujo


Hace un rato, estaba leyendo una entrada llamada ‘Buscando desesperadamente a Google’ en la bitácora Antes de la lluvia y he recordado la primera vez que bajé mi viejo ordenador con un procesador 386 para que me instalaran esa cosa que llamaban Internet y que la gente había empezado a poner en sus ordenadores.

Cuando digo “bajé”, no estoy utilizando el término en sentido internauta, sino en el sentido estricto de la palabra pues los “expertos instaladores” tenían su comercio de productos informáticos -así como de papelería y copistería- justo en los bajos del bloque donde vivo.

Una vez instalado y para probar el invento, al dueño del local y a la vez vecino mío, no se le ocurrió otra cosa que poner la palabra “sexo” en un buscador que creo que se llamaba Altavista…

Entre que la conexión era vía línea telefónica y que –aceptémoslo- sexo ha habido, hay y habrá siempre, tenían que haber visto ustedes a mi pobre PC buscando sexo por todas partes… Se bloqueó y yo me subí la CPU no muy convencido de que esa fuente de información pudiera encontrar no sólo sexo sino ninguna otra cosa. Nada más llegar a casa puse somormujo y tardó y tardó y tardó, pero encontró uno allá por Perú. De inmediato me congratulé por haber instalado Internet. Si no podía encontrar sexo, por lo menos podía observar al somormujo peruano cuantas veces quisiese…

Por fortuna, los buscadores se han vuelto cada vez más inteligentes y son capaces de encontrar todo tipo de información si se saben utilizar comillas o símbolos de suma, etc,.

Lo que de momento no pueden encontrar los buscadores tipo Google son esos olores a vida que se sienten al abrir una ventana en una mañana radiante de primavera en una casita de campo cerca de un prado tras una noche de ligera lluvia.

Y es que Windows es lo que es, pero por suerte una “window” es otra cosa, ésta sí, irrepetible cada día en su aparente igualdad.

jueves, diciembre 08, 2005

Langosta vs. Música

Si hay un grupo musical de los 60 que está fuera de sitio y de estación ahora mismo en Madrid, estos son sin duda los californianos Beach Boys.

En efecto; ¿qué pintan en pleno otoño ya oliendo por las esquinas a invierno estos rubios surferos?.

Pinten o no pinten, mientras me cenaba mi ensalada veraniega, los he puesto de fondo y no contento con ello –entre aceituna y aceituna- y sobre todo limpiando los cubiertos y el bol, me he puesto a hacer los coros. Tarea harto difícil si se tiene en cuenta que este grupo jugaba sobre todo con voces agudas o tenores y yo cuento con una voz más bien de barítono.

Nunca he ido a un karaoke. Sin embargo hace unos años, concretamente en diciembre de 1999, esa voz hizo que tuviese mis quince minutos de gloria en un país tan lejano como Nueva Zelanda y en un restaurante de Kaikoura llamado Lobster Inn Motor Lodge, restaurante que se jacta -con razón- de tener en su fachada la langosta más grande del mundo. Allá cada uno con sus jactancias.

El caso es que el restaurante es grandísimo y estábamos en plena temporada –allí era primavera, casi verano- con lo cual con nuestra mentalidad hispana dijimos: Vamos a reservar no sea que no tengamos sitio. Además estaba la actuación de Sandy. Cuando llegamos al restaurante sólo estábamos: 9 parroquianos en la barra; Sandy; el teclista calvo y nosotros cuatro.

Sandy era –seguirá siendo- una de esas cantantes que acompañada por el señor calvo –su marido- con un teclado lleno de ritmos, era capaz de atacar todo tipo de canciones; desde Billy Joel, hasta Linda Ronstadt o Creedence Clearwater Revival. En una de esas en que me pilló -como ahora con los Beach Boys- haciendo los coros mientras cenaba tranquilamente, me señaló con el dedo y me dijo que saliese a cantar algo, ante mi sorpresa y el regocijo asombrado de mis amigos. Yo le dije a Sandy que no me sabía ni una sola canción entera del todo en ningún idioma y menos en inglés. Sandy me trajo un libro lleno de canciones con su repertorio. Había de todo. Al final me decanté por “It’s So Easy” de Buddy Hollie, aunque interpretamos la versión de Linda Ronstadt. La buena de Sandy me iba dictando al oído las estrofas que yo no recordaba y yo las cantaba… Pero mis quince minutos de gloria llegaron cuando hice un solo de guitarra sin guitarra, es decir imitando el sonido eléctrico con la boca. Los 9 parroquianos me aplaudían boquiabiertos y mis colegas no me aplaudían pero si estaban también boquiabiertos.

Ahora se le ha ocurrido a harry.c dedicarme una canción llamada Ventolin y me amenaza con que me la aprenda a la guitarra. Si no me sale el punteo siempre puedo repetir lo de tocarla con la boca.