viernes, octubre 13, 2006

Campeón del Mundo

No veo mucho la tele a pesar de que cuento con la amplia oferta que el operador por cable al que estoy suscrito me proporciona. Ayer me quedé un rato viendo rounds de antiguos combates de boxeo dedicados en su totalidad a la figura de Sandy Saddler (1926-2001); boxeador de los pesos pluma que parece que fue uno de los grandes en este controvertido deporte y al que yo desconocía por completo. Reconozco con muy ligera vergüenza; aunque tampoco me enorgullezca de ello; mi ignorancia en este mundillo como por suerte o por desgracia en otros muchos.

Cuando veo cualquier imagen en blanco y negro, no deja de sorprenderme el milagro que es el cine y un poco tétricamente suelo imaginar (dependiendo de la antigüedad de las imágenes) que toda le gente que aparecía ayer en el combate de Saddler vs Willie Pep el 26 de septiembre de 1951 en Polo Grounds, New York, NY, USA, ya no está en este mundo.

Ni el paciente arbitro que separaba a los púgiles casa vez que se abrazaban para descansar y no ser golpeados, ni los ayudantes prestos a sacar la banqueta para que descansasen los luchadores y para restañar las múltiples heridas o hemorragias producidas en el ring, ni los fotógrafos apostados en una esquina con esas cámaras deportivas de los años 50 cuyas instantáneas eran verdaderas obras de arte si conseguían plasmar el golpe definitivo, ni esa señora, la única fémina que aparecía en primera fila y cuyos gestos de aprobación o desesperación consiguieron hipnotizarme… Todos KO, pensé sonriendo para mi.

Pero ayer me sentía optimista e imaginando…imaginando, imaginé que la vida es un combate de boxeo en el que todos somos campeones del mundo…

¡Cuánto nos cuesta darnos cuenta!...

¡Vamos, a luchar, que ya empieza el segundo asalto!….

Nota: Esto no tiene nada que ver con el contenido de esta entrada. Son tres nombres de tres spams que me han llegado a gmail hace unos minutos. Son unos nombres inventados magníficos: Pepi Reuven dice que satisfaga a mi mujer; Ishizaka Takehiro dice que soy un hombre de negocios y Rigoberto Winkler me envía una nota importantísima. He dado a los tres sendos crochets y yacen KO en el limbo de los spams.... ; )

jueves, octubre 05, 2006

armónica

Alguna vez he escrito acerca de objetos inanimados que ante mis ojos un tanto infantiles parecen cobrar vida y hasta sentimientos.

Hace unos días mi hermana me entregó con sorpresa (suya y mía) un objeto inanimado que llevaba escondido en una bolsa de papel con el anagrama de Ernest Tubb Record Shops la friolera de; como poco; doce años.

Este objeto inanimado al que desde ahora y con todo derecho llamaremos armónica, debió de ser comprada en un viaje a la cuna de la música country que no es otra sino Nashville, TN y probablemente estaba destinada a ser regalada a la vuelta a España a un amigo o familiar que por avatares de la vida y de las maletas deshechas a toda prisa, nunca recibió.

Con esa mente “cuentista” que de vez en vez me caracteriza, me imaginaba a la armónica esperando ser soplada y respirada por alguien, pensando y casi olvidando las melodías que en sus diez agujeros de sopla y respira escondió durante estos años.

Mi amiga thalatta me sugirió que besase a mi nueva amiga armónica con una canción. La besé con una que nunca antes había interpretado yo (Piano Man de Billy Joel) y que como se escucha en el documento sonoro que acompaño (y que regalé a tha) sorprendió a la propia armónica tantos años muda y casi logra dejarme sin respiración, pues Bob Dylan o Bruce Springsteen sabrán cantar y tocar sus armónicas a la vez, pero yo; como se puede escuchar: es que no.

De todos modos: Bienvenida a la música y a casa y a la luz y al aire que entra y sale por usted señorita armónica… y gracias hermanita por encontrarla.


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lunes, octubre 02, 2006

New Old Look-Part Two


Dadas las presiones recibidas por fans de todo el mundo mediante mail, cartas, mensajes de móvil (SMS y MMS), cuando no directamente amenazas del tipo de: “Despelótese usted otra vez o le decimos a Blogger que su content es objectionable y le borramos del mapa”… y ayudado en el empeño de lavar mi imagen por la maravillosa thalatta (que se ha trabajado todo el html para cambiar mi plantilla como una crack que es) he decidido cambiar mi look otra vez, retomando mi imagen original que aunque no tiene copy right si tiene una especie de marca de la casa que parece hacerme irresponsablemente irrepetible.

Así que aquí estamos. Otra vez dispuesto a escribir sobre otro papel virtual con mi guitarra y mis músicas….

Vayan pasando…

domingo, septiembre 24, 2006

Música en el Jardín

Música en el Jardín “El Capricho”

Cuarteto Assai:
Reynaldo Maceo Rodríguez, 1er violín
José Martínez Pérez, viola
Gladys Silot Bravo, 2º violín
Joaquín Ruiz Asumendi, violonchelo

Programa:
W.A. Mozart (1756-1791)
Cuarteto en la mayor K 464 (de los Cuartetos prusianos)
Allegro – Minuetto trio – Andante – Allegro non troppo

Allegro: El ligero frescor del otoño recién estrenado hace que el nombre de este movimiento tenga sentido. Los olores de suaves perfumes del jardín se mezclan con otros igualmente agradables como son los de la ropa de abrigo sacada de los armarios hace un rato y dueña ya de la estación, mientras bermudas, camisetas, bañadores y demás ropajes veraniegos ocupan dobladitas su lugar de descanso en la balda del armario que pone: verano.

Minuetto trio: En este momento el color del cielo se va volviendo nocturno. Sombras “jardinescas” y luces difusas se entrelazan, a la vez que la música lo llena todo como si de una banda sonora original del otoño se tratase. Suenan a lo lejos unos fuegos artificiales que molestan a algún “purista” pero que a mi me resultan de lo más divertido y apropiado sin importarme lo que celebran.

Andante: “Andando” solemnemente, aparece un gato blanco y negro entre las filas de los improvisados asientos (eufemísticamente llamados butacas) pero que no dejan de ser sillas de plástico de esas de las terrazas de verano y que esperan; como las ropas anteriores; a ser guardadas en otra balda de otro armario que seguro que dice “sillas de terrazas de verano”. El gato está encantado con tanta gente. Quizás no otro sino él; dueño absoluto del jardín; piensa en lo bien que le ha quedado la fiesta a la que nos ha “dejado” entrar a los humanos a escuchar a Mozart.

Allegro non troppo: El señor que tengo justo delante es grandote y apenas me deja ver a Reynaldo y a Gladys (de José veo el arco ir y venir frenéticamente y de Joaquín sólo escucho el impresionante sonido grave de su violonchelo). Me tapa a dos artistas, pero no me tapa el arte que oigo y disfruto perfectamente. En esto, reparo en un insecto alargado como de un centímetro que gracias al color blanco del jersey del señor grandote y a pesar de la poca luz reinante, distingo perfectamente. Se pasea de un hombro a otro, saca las antenitas cuando algún scherzo le sorprende y ya justo en el finale, me parece que llega a bailar al ritmo de los violines, la viola y el violonchelo…

Música, olores, colores, gatos elegantes, insectos melómanos, fuegos artificiales… ¿Se puede pedir un mejor comienzo para este otoño madrileño?.

martes, septiembre 19, 2006

negro, gra.

Tiene que ser triste ser negro…

Y obviamente no me refiero a la felicidad o infelicidad de las personas que nacen, viven y mueren con ese color de piel y que reirán o llorarán como los blancos, los asiáticos o los de Sigüenza, sino a los que la Real Academia de la Lengua define en su:

Artículo enmendado. Avance de la vigésima tercera edición. negro, gra. que en la definición que me interesa ahora, que es la decimosexta reza así:

16.m. Persona que trabaja anónimamente para lucimiento y provecho de otro, especialmente en trabajos literarios.

Y es que tiene que ser triste ser este tipo de negros.

Debe ser como descubrir el Polo Sur y que el Jefe de la Expedición diga que ha sido él y le colmen de parabienes mientras tú dices: No me importa: he sido yo.

Debe ser como dar un pase irrepetible; con la precisión de un compás; a Maradona y que toda la vida se recuerde el gol del pibe pero no el nombre de quien dio el milimétrico pase.

Debe ser como asistir de simple espectador al Masters de Augusta, coger un palo cualquiera de golf (en esa época los hay hasta en el supermercado al lado de los donuts) y cuando no te ve nadie (por ejemplo a las cinco de la mañana) meter de un solo golpe una bola que había por ahí en el hoyo 7 y reírte tú solo de la casualidad.

Debe ser como donar esperma y por un despiste médico o por una curiosidad manifiesta, saber quien es tu hijo y admirarlo en silencio y gozar con su descubrimiento del Polo Sur antes de dedicarse al fútbol y antes de dar un pase irrepetible a Maradona en el Masters de Augusta; en el hoyo 7.

sábado, septiembre 16, 2006

Cambio de look

Esta foto es la que va a acompañar mi perfil bloguero hasta que me canse y ponga otra o quizás quede para siempre; mía será la decisión. Me la hicieron unos compañeros de trabajo hace unos meses. Fuimos a visitar unas obras del Metro de Madrid y tras recorrer instalaciones, túneles, estaciones, tuneladoras, excavaciones y todo tipo de elementos inherentes a una obra y cuando el peligro (me río yo, jaja) ya había pasado, tuve la torpeza de pisar lo que parecía un pequeño charquito de agua embarrada que con las botas que llevaba puestas, creía yo (en mi inocencia) que iba a sortear sin problemas, dando un ágil saltito de unos centímetros (no se trataba de batir el record del mundo) con la otra pierna o con la misma, ya no me acuerdo….

El caso es que el charquito resultó ser sólo la superficie de un lago de barro de proporciones astronómicas, el rey de los lagos embarrados madrileños. Me agarré como pude a una escalera metálica, pero mis pantalones (y casi la mitad de mi persona) ya se habían bañado en ese barro obrero.

Se me ocurrió que podía poner cara de jefe cabrón, así todo serio (aunque estábamos todos descojonados de la risa) y que me hiciesen esta foto.

Si es que soy un ratón de biblioteca.

Es lo que hay.

lunes, septiembre 11, 2006

VUELTA AL COLE

Desde hace unos días, sobre la carretera por la que me dirijo al trabajo o a otros menesteres, un cartel luminoso advierte a la población de una inminente catástrofe, de una plaga imparable aunque predecible:

“PRÓXIMO LUNES (o sea hoy) VUELTA AL COLE. EXTREME LAS PRECAUCIONES, RESPETE ZONAS ESCOLARES”.

A mi, en cuanto me dicen que extreme las precauciones me da por no saber muy bien que hacer. Es como cuando vas por una carretera entre montañas y ves esa señal que los conductores conocemos y que nos preavisa más bien ambiguamente de unas posibles caídas de rocas, precisamente cuando nosotros estemos pasando. Rocas que quizás lleven escurriéndose un poquito durante siglos, pero que al cambiar nosotros de cuarta a tercera sufren un vahído, un temblor remoto que las hace despeñarse contra el coche de atrás. También es mala suerte...

Total, que yo voy por la carretera urbana llamada M-30; que ha salido en este blog alguna que otra vez; y temo encontrarme agazapados en el arcén a un grupo de escolares díscolos que se van a poner a cruzar la carretera a mi paso y que como en un videojuego a la inversa (porque en un videojuego “como debe ser” yo ganaría puntos cuanto más niños espanzurrase) debo esquivar todo lo hábilmente que mi relativa pericia al volante sea capaz de desarrollar...

Lo de respete zonas escolares no sé muy bien qué quiere decir. A lo mejor no deberían ir los padres riéndose sin control porque por fin se han deshecho de esos pesaditos seres humanos de sus entrañas a los que han tenido que soportar durante este largo, tórrido e interminable verano mientras los susodichos pesaditos seres humanos de sus entrañas caminan cabizbajos y cargados con macro-mochilas (algunos parece que van al Himalaya más que a una simple clase de Lengua) hacia la inexorable puerta del cole...

Así que desde esta bitácora vaya mi enhorabuena a padres y abuelos que por fin se quedan unas horas sin esos angelitos del cielo a los que han tenido que soportar todo el verano y enhoramala (se siente) a profesores y a los propios alumnos.

P.D. ¡Enhorabuena; Eva!.

sábado, septiembre 02, 2006

Invisibles

Invisibles.

Así nos volvemos poco a poco. Suele ser un golpe bajo para aquellas mujeres cuya belleza; cuando entraban en un salón repleto de gente; hacía enmudecer ya de envidia, ya de admiración a todos. Volverse invisibles para estas bellezas es como el principio del fin que no es la muerte, sino su muerte sin morir.

Para otros como el señor Acisclo, la invisibilidad ha sido parte de su vida desde pequeño. Los niños jugaban con él sólo cuando no había más remedio. Las mujeres que no pasaron por su vida, no supieron ni que existía. Ahora se siente más que cómodo con esa invisibilidad. La invisibilidad es como una especie de novia invisible como él, pero visible a sus ojos y siempre dispuesta a acompañarle. De hecho a no dejarle, a no abandonarle.

Su hermana Pepita si que se casó y hace seis meses, el señor Acisclo fue a ver a la única hija de su hermana: a su sobrina Marta, separada hace años de un petardo que lo único que le dejo fueron dos niños: Roberto; como el padre huidizo y Mario, el pequeño y el ojito derecho del señor Acisclo.

El señor Acisclo los quería como si fuesen sus nietos, aunque éstos le solían mostrar más hostilidad que cariño. Indiferencia más que hostilidad, en realidad.

El señor Acisclo se puso su camisa azul claro, sus pantalones azul oscuro, sus zapatos de rejilla y cogió el Metro. Cogió la Línea-6 que es una línea circular y que no tiene principio ni fin, sino que da vueltas continuamente como una noria horizontal.

Se montó en Conde de Casal y como tenía que ir a Puerta del Ángel pensó que le daría tiempo de leer un poco el periódico. Se sentía bien aunque un poco cansado pues por la noche le había dolido un poco la espalda y no acabó de encontrar una posición de dormir hasta las tantas.

Estaba tan a gusto sentado en el Metro y le quedaban tantas estaciones todavía que cerró los ojos y se durmió para siempre en su asiento tan visible para él como para su compañera invisible, pero tan invisible para los viajeros de esa Línea-6 que nunca le vieron entrar y nunca le vieron salir ni sólo ni acompañado ni en Conde de Casal ni en Puerta del Ángel y que no le ven dormido plácidamente con el periódico de hace seis meses en su regazo acompañado de su inseparable invisibilidad.

martes, agosto 29, 2006

Lupo

La chica lo vio cerca de la playa en la ciudad de Marbella.

Sus formas eran tan ambiguas que se descubrió enamorándose de ella o de él sin remedio.

Cruzaron la mirada.

Tierna la de ella.

Asustada y hambrienta la de él.

Se acariciaron con cuidado, con un poco de miedo, sabiendo que ya no podían escapar al amor que surgió de golpe, sin miramientos, a tumba abierta.

Cuando yo lo vi o la vi, también caí enamorado sin vergüenza, con orgullo, con toda la fuerza del planeta.

Imposible sustraerse al hechizo de sus ojos, ni a sus mordisquitos mimosos.

Bajo la luz de la luna se llamó Luna por un momento.

Reinando ya en nuestros corazones se llama Lupo y lo amamos sin tapujos la chica y yo.


viernes, agosto 25, 2006

Cumpleaños

Tarde o temprano, cada uno de los millones de bloggers que resisten un año escribiendo impresiones propias, imaginaciones ajenas, fotos impensables, poemas henchidos de amor o simples tonterías, acaban cumpliendo ese año en este mundo de la blogosfera.

Hoy me ha tocado a mi cumplir ese ciclo que en mi caso empezó como una broma o una propuesta de hacer mi propio blog por parte de mi amigo harry.c al que parece que le gustaban algunas de las cosas que yo escribía al respecto de lo que fuera y que muy de vez en cuando le mandaba por mail.

Si hago una cuenta simple (128 entradas/365 días) me sale que he escrito 0.3506849315 entradas al día; es decir: no muy prolífico...

Por otra parte veo que nada menos que 1518 personas (entre las que supongo que yo también cuento) han visualizado mi Perfil.

Para todas esas 1518 personas que alguna vez me visitaron y me comentaron o no, a los que me enlazaron y a los que no, a los que visité y enlacé o no enlacé es esta fiesta de cumpleaños.

Seguro que nos seguiremos enriqueciendo con cada visita y con cada lectura o comentario mutuo.

Besos y abrazos de vitore.

sábado, agosto 19, 2006

¿En qué piensas?

-¿En qué piensas?.

-En nada.

-En algo pensarás, hombre.

-No, no, en nada.

-Siempre se piensa en algo, aunque parezca que no piensas, en realidad estás pensando. Como mínimo piensas que no piensas en nada.

-Que no, que no pienso, ni pensaba, ni he pensado, ni pensaré nunca. Es que ya no quiero pensar. Seré más tonto pero más feliz.

-De eso nada, si decides no volver a pensar y tu cerebro te deja, serás más tonto pero no más feliz. Es decir, serás más tonto que ahora y punto.

-¡Para lo que hay que pensar!. Prefiero ser un simplón (poniendo cara de bobo) y además voy a olvidarme de hablar.

-O sea que piensas (incidiendo en la palabra “piensas”) dejar de hablar. Porque no me digas que para tomar la decisión de no pensar, de ser más tonto, de ser un simplón y de dejar de hablar no hace falta pensarlo antes, aunque como recompensa final oigas un hueco en tu cráneo ya libre de cerebro pensante.

-Vale, tienes en parte razón. Me lo pensaré una o dos veces lo de dejar de pensar, pero luego ya no tendré que pensar más en pensar o dejar de pensar. ¡Déjame!: que no me dejas desconcentrarme en mis despensamientos.

-Bueno, al fin y al cabo, tampoco va a ser tan distinta la vida, porque es verdad que hasta tú mismo me has dicho cien veces que yo pienso por los dos.

-¿Me decías algo, cielo?.

-¡Pero si llevamos un rato hablando de pensar y de no pensar y de esas cosas que hablan las parejas bienpensantes!.

-Pues se me ha ido el santo al cielo.. ¿Y de qué dices que estábamos hablando?.

-¡Si me escuchases un segundo para variar!…Hablábamos de que querías dejar de pensar y de que ibas a dejar de comportarte como un humano tonto y de que ibas a ser aún más tonto y de que ibas a dejar de hablar hasta convertirte en un champiñón.

-Mmmm…Ya…

-¡Pero bueno!; ¡¿Ya te has ido otra vez del mundo?!. Parece que va en serio lo de hacerte una seta o una tortuga en tu caparazón. ¡¡Dime ahora de verdad en qué piensas!!.

-Pues… en nada.

-¡Hala otra vez a empezar!. ¡Qué paciencia!. Y… ¡quita los pies de la mesa; por Dios; que te he dicho que la pongas, no que pongas tus pezuñas!.

-Mmmm… ¡joder!...

Esta fue la última palabra que él dijo en su vida.... No puso la mesa....

Ella no soportó ni un segundo la vida champiñona de él y se fue lejos, bien lejos....

domingo, agosto 13, 2006

La felicidad en una palmera


En estos días de dolce far niente, la felicidad puede estribar en algo tan simple como una palmera de chocolate comprada en la tienda de chuches de enfrente que tiene un nombre tan erróneo como prometedor pues si bien Piter no se escribe Piter, Pan si se escribe Pan.

Bocado a bocado, la palmera comprada por la mañana se ve abocada a su dulce desaparición no sin antes mostrar diversas formas que mi caprichosa mente asocia a imágenes o sentimientos diferentes.

El primer bocado la convierte en un corazón tan dulce como roto por el desamor....

El segundo la convierte en un escudo heráldico del único señor feudal bondadoso de la Edad Media: Lord Choc’late of Palm....

El tercero y cuarto y quinto la lleva a ser como una oreja de un elefante africano acatarrado por el súbito invierno kenyano….

El último es el más dulce….

martes, agosto 08, 2006

Anillo de pedida

A pesar de ser agosto y gracias a que no hace demasiado calor, la gente pasea arriba y abajo por la calle Mayor.

Hay tanto movimiento, tanta vida, que una figura quieta se destaca; por su inmovilidad; del resto de plácidos viandantes.

El hombre; muy mayor; admira absorto en el escaparate de la principal joyería del pueblo, un anillo bañado en oro con un diminuto diamante rodeado de unos delicados pétalos a modo de flor.

Por fin, tras tantos años de matrimonio con su inseparable esposa, y después de pasar guerras, hambres, penas, hijos, alegrías, nietos y tantos avatares, va a poder regalarle un anillo de pedida a su amada compañera.

Mira el contenido de su monedero y cuenta con cuidado el dinero que contiene. Observa, entrecerrando los ojillos cansados; como con miedo; el precio del anillo y vuelve al monedero y al precio varias veces, comprobando; esta vez sí; que ha llegado el momento tan deseado durante más de medio siglo, pues siempre que conseguía ahorrar algo, una guerra y el hambre y las penas y los hijos y las alegrías y los nietos y tantos avatares impedían que llegase a obtener el anillo con el que sorprender a su mujer inocentemente ignorante del deseo del hombre que admira absorto en el escaparate de la principal joyería del pueblo, un anillo bañado en oro con un diminuto diamante rodeado de unos delicados pétalos a modo de flor.

viernes, agosto 04, 2006

Stolen Child


Lo que está pasando en estas no vacaciones es mucho más excitante y divertido que lo de la playa y derivados contados en mi anterior post-entrada. Hoy he recibido en mi buzón de correos de casa, una notificación que decía que en la Oficina de Correos (éstos sí con mayúscula por la oficialidad del Departamento) próxima a mi casa tenía una carta de Alemania cuyo remitente era un misterioso Stolen Child (Niño Robado para el que no sepa inglés).

Mientras iba a la Oficina de Correos, imaginé la separación de mi hermanito gemelo, robado por una malvada pareja alemana en la posguerra mundial y que por azar él: mi hermanito; había dado con la foto que aparece en este blog, notando el increíble parecido entre el señor de la guitarra (o sea; yo) y el del acordeón http://dietrich.blogspoten.de (o sea Stolen Child) (o sea; él).

Disculpemos al funcionario de turno que pudiendo elegir un remitente lógico (Amazon) ha elegido éste más misterioso y novelesco, convirtiendo esta mañana agosteña en una telenovela venezolana.

Para los curiosos: el contenido del paquete son 4 Cds de country hecho por mujeres. The Wreckers; Martina McBride; Allison Moorer y Dixie Chicks. Entre éstas y mis increíbles compañeras de trabajo que me están mimando como a un niño (bueno; y yo a ellas) no tengo más remedio que decir: ¡Vivan las no vacaciones llenas de mujeres!.

lunes, julio 31, 2006

Me quedo de vacaciones

Decidido. Me quedo de vacaciones. Es decir; no me marcho de vacaciones sino que me quedo. Lo digo por si no había quedado claro: Me quedo.

Justificaciones: tantas como se quieran o se puedan. En mi caso hay varias, pero vamos, la principal es una; a saber: no me gusta viajar solo y menos a la playa donde me repatean los niños y toda esa gente apelotonada en sus multicolores toallas; todos revueltos y haciendo casi el mismo ruido que esas focas que salen en cualquier costa Antártica en los documentales de National Geographic y a las que entrevemos justo antes de que el dios Morfeo nos acune en su seno de dulce siesta vespertina.

Además, es que el sol no me gusta mucho y cuando alguna vez he ido a la maldita playa, me pongo mi crema de protección no se cuál y luego pongo (sin querer) las manos todas llenas de crema en la arena y veo que me he dejado una rodilla sin crema (que no sé para que cojones tenemos tantas rodillas) y me doy la crema y me esparzo toda la arena de las manos en la pierna (en la otra)...

Ya no hay remedio (me digo) y cojo y me tumbo en la toalla multicolor y noto como toda la arena se me clava en mi foca-persona multicolor y ya convertido en croqueta todo rebozadito, me quito las gafas (5 dioptrías en cada ojo), elijo una referencia al azar (como un intrépido navegante) por ejemplo esa madre con esos niños tan hijoputas (con perdón para la señora) y me voy al agua.

Como está llena de algas y medusas, cojo y me voy un poco más a la derecha según se mira al mar, todavía como hombre croqueta. Logro bañarme pero nada de nadar, que mis foca-personas congéneres han decidido meterse precisamente ahora en el agua, esta vez remedando otro documental en el que se ve como unos simpáticos pingüinos saltan todos a la vez al gélido océano.

Me acojono ante una cosa transparente creyendo que es una medusa gigante, pero respiro tranquilo y doy gracias a Dios por la contaminación humana marina, pues la temible medusa, resulta ser un plástico en el que pone ‘Toallas Multicolor El Chirinwuibiri-100% cotton’.

Salgo y no encuentro a la señora, aunque si a miles de clones de la hija de la gran… que parece que se han comprado todas el puñetero bañador en el Carrefur (aparte de mi miopía; claro).

También (me digo) podía haberme fijado como referencia una esbelta muchacha, con un minitanga y en top-less y con su cabellera rubia como el trigo desafiando al viento marino, pero va a ser que: o no ha venido o no estaban grabando un anuncio de champús que por lo visto siempre los graban en invierno y por eso se les notan a las pobres modelos los pezones tan duros y puntiagudos.

A las tantas, logro ver mi toalla multicolor arrebujada. Ni rastro del móvil ni de la cartera, aunque los hijos de la gran… me han dejado las gafas para ver el vacío; la nada. Me agacho desconsolado y me vuelvo a empanar, a rebozar en la arena mientras lloro de alegría al ver que no me habían robado nada, sino que los niñitos de su madre me han dejado el móvil sin batería jugando a un juego que ni yo sabía que tenía y han hecho un castillito de arena tras cuyas almenas se encuentra custodiada (y enterrada) la cartera. Miro a la madre y a los niños con odio y me sacudo toda la playa de encima.

Me quedo de vacaciones.

martes, julio 25, 2006

el kioskero del barrio

Si algún día terminan las guerras, las hambrunas, los crímenes, los maltratos a mujeres, las desigualdades mundiales, los racismos, los fascismos, las dictaduras, las penas de muerte y cualquier cosa que hace que este mundo sea cada día un poco más horrible; él no venderá los periódicos que alborozados den todas esas noticias en primera página.

Antonio; el kioskero del barrio, quizás abrumado ante tanta barbarie, descuidó su vida de tal manera, que ha reventado literalmente, ha conseguido destrozarse y morir.

El kiosko está cerrado y las revistas que hay tras los cristales, empiezan a blanquear por el tórrido sol veraniego. Dentro de nada serán casi reliquias y las portadas y las propias revistas totalmente desvaídas e ilegibles; desaparecerán como Antonio.

Ojalá en el más allá, el bueno del kioskero del barrio venda prensa solo con noticias estupendas y no se enfade ante la aparición de colecciones y más colecciones de sus odiados fascículos semanales.

sábado, julio 15, 2006

besos de melón

Las neuronas o las combinaciones químicas o lo que sea que hace que soñemos es tan inexplicable como a veces inquietante. En mi caso y en lo que se refiere a los llamados sueños eróticos, mi cerebro parece la Conferencia Episcopal Española… ¿Qué digo la Conferencia Episcopal Española?... ¡Parece el Vaticano entero!...

Y es que no hay manera de que yo sea capaz de soñar que estoy con una mujer maravillosa a la que hago dulcemente el amor. Que como yo me digo: “Vale; como no he hecho nunca el amor, mi pobre neurona virgen no sabe editarlo en “high quality video dream 3D stereo”, pero ¡qué coño!: tampoco he volado nunca por mi mismo (en avión sí; claro) y sueño que vuelo como un pajarito de dios…”

Total; que a lo más que llego es a soñar que beso. Debe ser porque una vez quedé a comer con mi hermano y una compañera de su trabajo de entonces y la chica; que tenía veinte o veinticinco años menos que yo y que estaba como un queso y creo que estaba enamoradita con mis ingeniosas conversaciones telefónicas; aprovechó que mi hermano se largó a sus cosas, aprovechó la noche, aprovechó el alcohol y se aprovechó (un poquito) del pobre Vito que… vamos a ver, si yo no había besado en 40 años, esa noche besé y besé y besé de todas las maneras que sabía y hasta de las que no sabía y casi me puse al día o tendría que decir al año. Eso; me puse al año.

Pues así las cosas, esta noche mi Opus Dei cerebral, mi curia vaticana, mi cerebelo obispal me ha dejado tener un sueño más pastoril que erótico. La protagonista ha sido una compañera de trabajo que también está como un queso y tiene un par de melones más que aceptables…

Y de melones iba el sueño. Bucólicamente, como dos inocentes pastorcillos, como Dafnis y Cloe, nos lanzábamos un melón con peligro de caída del fruto hasta acercarnos para que no cayera. Tanta cercanía nos ha hecho darnos uno, dos, hasta tres besos con sabor a melón, nada eróticos pero desde luego sabrosos. Mi neurona monje de clausura, mi seso Ratzinger me ha despertado de inmediato. Ni tiempo me ha dado a empalmarme, ni a volar, ni a nada… ¿Para qué cojones querré yo que mi neurona jesuita sea capaz de desarrollar el sabor a beso de melón.?. Maravillas de dios bendito serán…

Estoy un poco aburridillo este fin de semana, así que se aceptan en este blog besos con sabor a melón, a mango, a guayaba, a fresa, a….

miércoles, julio 05, 2006

pelota de playa


Apareció en ese triste habitáculo que hay frente a mi casa hace unos días. Nadie sabe cómo llegó a esa especie de Guantánamo para pelotas de playa. Por las tardes, me asomaba a mi terraza y la veía pasearse acariciada por el suave viento vespertino, se movía ella sola tranquila unas veces, más nerviosa otras como intentando saltar la inmensa verja que la retenía contra su voluntad de rodar; de jugar. El destino la obligó a vivir en ese receptáculo durante unos días, como una reclusa condenada a no ir a la playa que era su principio y su fin natural; playa con la que había soñado junto a sus hermanitas, todas iguales y aún desinfladas, en su cada vez más olvidado lugar de nacimiento en cualquier pueblo de la China.

Hoy; unos jóvenes la han rescatado del encierro. Se podría decir que ha muerto torturada, pero no, por sus alegres y elegantes vuelos, a mi me ha parecido que le gustaba morir jugando con los cinco chicos que sin dejarla tocar el suelo chutaban a nuestra amiga hasta que sonriendo se ha deshinchado por completo y su alma ha ido por fin a su soñada playa….

jueves, junio 29, 2006

tres segundos

Y es que las cabezas necesitan una desfragmentación, reordenar datos, organizar las neuronas tan desperdigadas algunas como esas hormigas que llevan un trocito de algo al hormiguero y una ráfaga de viento las desplaza un larguísimo metro (cien veces su diminuto cuerpo hormigoso) hacia el nordeste, con lo que pierden tanto el rumbo como la hierbecilla que portaban y que pesaba cinco veces más que nuestra amiguita perdída.

En verano deberíamos convertirnos en humanos peces. Ello nos llevaría a estar todo el día en el agua y a dedicarnos voluptuosamente a nadar. Ojo, que parafraseo un poco una entrada de hace poco de hang tucker.

Si digo nadar quiero dar al infinitivo el sentido de no hacer nada, no de flotar sobre un liquido (aunque la acepción nadar no signifique no hacer nada, a mi me gustaría que significase eso).

Ser un humano pez vendría muy bien en esta época del año (aparte de para nadar en el sentido diccionarista de la palabra) para tener las mismas preocupaciones de un pez que son (según ciertos inciertos estudios) exactamente los tres segundos que un pez recuerda los tres segundos que… “¿qué habrá pasado hace tres segundos?”: (dice el pez) ya en los siguientes tres segundos que va a olvidar ahora que empiezan otros tres segundos tan olvidables como los millones de tres segundos seguidos que marcan su efímera memoria y vida antes de convertirse en tres segundos de pescaitos fritos (de tres primeros tenemos ensalada mixta, macarrones con tomate y chorizo y gazpacho) que los turistas y los lugareños de cualquier puerto devoran en tres segundos… Bueno, eso si viene el condenado camarero que ni mira el muy capullo.

viernes, junio 23, 2006

Fe de erratas

Fu de erratas:

“En la Página 528. Donde dice: “Debe decirse solopadamente sin incurrir en erratas”; debe decir:
“Debe decirse sin erratas; solapadamente; sin incurrir en erratas sin deber””.

--Fe de erratas:

Donde dice:

“Fu de erratas:

En la Página 528. Donde dice: “Debe decirse solopadamente sin incurrir en erratas”; debe decir:
“Debe decirse sin erratas; solapadamente sin incurrir en erratas sin deber””.; debe decir:

--Fe de erratas:

Donde dice: En la Página 528…. etc; debe decir: En la Página 527. Donde dice: “Debe decirse solopadamente sin incurrir en erratas”; debe decir:
“Debe decirse sin erratas; solapadamente sin incurrir en ellas sin deber”.

--Esperemos queridos lectores de este libro que termina en esta página 528 que leen ahora que entiendan que el error estaba en la página anterior; la 527; y no en esta, aunque en nuestra Fe de erratas, se deslizó el error de decir Fu en vez de Fe y solopadamente en vez de solapadamente y también cometimos el error de decir que la página donde decía: Debe decirse solopadamente sin incurrir en erratas era la 528, cuando en realidad era en la página 527 donde decía: “Debe decirse solopadamente sin incurrir en erratas”, debiendo decirse pues que lo que estaba mal puesto era eso y lo que se debe poner en la página 527 es: “Debe decirse sin erratas; solapadamente sin incurrir en ellas sin deber (no en erratas como decíamos en la otra página)”.

Como ven; esta frase no está mal en esta página 528 sino en la 527, aunque aquí figure para aclaraciones de la errata cometida en la página 527.

Creemos pues que esta Fe de erratas contribuirá al entendimiento de tan magna obra.

El Editro.


Pág:. 528