Una vez íbamos mi añorado amigo y compañero Paco y yo a tomar nuestro café mañanero. Íbamos preocupados por un asunto técnico que en ese momento se nos mostraba esquivo. No dábamos con la solución que se escondía entre números tachados, cálculos chocantes y planos arrugados por desechados.
Era otoño.
Subíamos por la bien llamada Cuesta de San Vicente hacia el bar que en ese momento era cotidiano pero cuyo nombre he borrado de mi recuerdo. Las aceras estaban pobladas de hojas que habían caído por la noche y que de hecho seguían desprendiéndose de las ramas pareciendo saludar nuestro paso...
“Nos tomamos el café a toda leche y pensamos como alargar el andén de las narices, que quieren ver algo esta tarde”; nos dijimos.
Entonces se nos apareció un barrendero que estoicamente recogía montoncitos de hojas que él mismo había dejado apiladas tras su experto barrido y que a su vez depositaba con cierto mimo en el carrito que empujaba. En su cara no notamos el más mínimo atisbo de estrés ni de ansiedad. Es más; su rostro nos pareció que expresaba toda la sabiduría humana, toda la filosofía oriental y occidental juntas. Dedujimos que su paz interior consistía en que nadie le obligaba a recoger TODAS las hojas de TODO el otoño esa misma mañana.
7 comentarios:
No puedo más que decir que me pareció un excelente relato. Y que trataré de recordarlo cuando el estrés quiera morderme los talones.
Gracias Vitore. Lo suyo ha sido "un servicio a la comunidad".
... vitore, por raro q parezca a mi cuanto más estres... mejor, funciono mucho mejor!, aunq al final exploto y necesito huir d todo.
Muchas veces he deseado tener una profesión tranquila, sin estrés ni presiones, pero no podría con ella..
Un beso niño vitore
Por cierto, te he dejado un regalo, otro!, eres mi víctima favorita. Pero solo si te apetece niño, ya sabes ;-)
Qué bonito. Y cuánta razón. Me recuerda a un Koan (jaja, tengo la semana del Koan, parece) pero no se exactamente cuál... Si lo recuerdo volveré para contártelo ;)
Un beso
Sería bárbaro si todos recordásemos que mañana seguirán cayendo hojas.
y nosotros...queriendo recoger...todas las hojas...el mismo día!!!!!
La verdad es que la vida, cuanto más tranquila mucho mejor...a ver cuando nos(me) ponemos (go) a ello...
un besillo
Quizás sea esa la filosofía de la vida tranquila, pensar que no tenemos que recoger TODAS las hojas de TODO el otoño en el mismo día, tendremos que replantearnos nuestra forma de trabajar.
Un saludo
Publicar un comentario