Los ancianos, de tanto ver programas de TV basura en los que todo el mundo grita a todo el mundo sin respeto ni por ellos mismos ni por la audiencia, están crispados. Ved si no, este sainete al que he asistido en el autobús. Llamaremos a las protagonistas: Anciana Amable (AA) y Anciana Pasandodetó (AP).
Introducción: Entra AP en el bus. Sentada en un asiento individual; de los que están reservados para ancianos, embarazadas y otras personas con supuestos problemas de movilidad; se encuentra AA, que tiene ante sí un asiento libre también individual pero de los que miran para atrás (y que no se sabe por qué causan mareos a montones de gentes yo diría que debido a un defecto neuronal endémico en cierta masa poblacional urbana y/o a otro defecto en la E.M.T., que sabiéndolo, sigue poniendo los dichosos asientos mirando
"paCuenca"). Hay que decir también que en ese momento hay además otros diez o doce asientos libres jaspeados por el bus a disposición de nuestra amiga AP.
Escena 1ª (y única):
AA: Señora (dirigiéndose a AP), siéntese aquí, aquí, mire, mire (con el dedito índice, le muestra el asiento vacio).
AP: Señora, que yo todavía veo (y pasando olímpicamente de AA, se dirige a otro asiento vacío un poco más trasero, pero mirando
"bien" o sea
"p'alante").
En esto, el autobusero hace una maniobra abrupta (frena por dar por culo, no porque haya que frenar pues ningún vehículo a motor, ni niño, ni hostias se cruza) y la pobre AP se abalanza hacia atrás, frenando hábilmente con el bastón en el que se apoya, lo que obliga a decir a AA lo siguiente:
AA: ¿Ve?, ¡Encima que
la digo que se siente!. Encima que una quiere ser amable.
AP: Pero ¡¿por qué me tengo que sentar donde usted me diga?!. ¡Tiene gracia la cosa!.
AA: ¡Además de cornudo;
apaleao!. ¿Dónde vamos a llegar?. ¡Qué educación!. ¡Y luego dicen!.
AP: ¡¿Pero qué educación ni que ocho cuartos?!. Hábleme si le pregunto, si no, no me hable y santas pascuas; señora
metomentodo.
AA: ¡Para que luego digan de los viejos!, ¡Encima de cornudo,
apaleao! (Esta frase le gustaba a la señora AA)....
Yo me he puesto a mirar mi móvil, que como de costumbre no tenía ni sms, ni mms, ni llamadas perdidas, ni nada, pero como AA no hacía más que mirarme; pues yo estaba en ese asiento del 146 que va no sólo mirando para atrás sino más levantado que el resto (uno se siente dios en él) y como tenía a las dos lobas peleándose cada una en el suyo, sin mirarse entre ellas, pero si a mi; he pensado: como asienta desde mi asiento a una u otra pueden pasar dos cosas: que AA me tache de cornudo
apaleao o que AP viendo que asiento desde mi asiento a AA, me endilgue un bastonazo (que tan hábilmente esgrimía)...
Crispación en el bus de las abuelas ninja. Miro mi móvil y hago como que mando un sms. Llego a casa. Sano y salvo.