Soy yo una persona de "poco robar".
Aún recuerdo que siendo un chavalín, me encontré en la planta de deportes de El Corte Inglés intentando comprar una pelota de ping pong cuyo precio también aún recuerdo: 25 pesetas (0.15€).
Ahí estaba yo, solito en toda la planta. Ni un vendedor que me cobrase la pelota de ping pong, ni una alarma puesta en la pelota (eran otros tiempos) para que no pudiese hurtarla tranquilamente... Nadie...
¿Qué hice? Dejé la pelota en su sitio, ya que no apareció ningún vendedor, y me fui cabizbajo a casa...
El caso es que hoy, en el trabajo, me ha ocurrido que aunque soy una persona de "poco robar" y muy paper less (ni siquiera tengo impresora en casa) me he ido a coger un paquete de DINA4 "para casa"...
Me ve mi compañera Lore y me dice: "¡Jo, qué canteo! ¿Te lo llevas así delante de todo el mundo?"
Me ha descuadrado tanto, que he dejado el paquete de DINA4 en su mesa y refunfuñando: "¡Joder, si llevo toda la obra sin pedir nada!" me he largado mientras oía, antes del portazo: "¡Víctor, no me dejes esto aquí!"
Ya en el coche pensaba que es verdad, que tenía razón mi compi, que no hay que robar y que encima tengo todo el dinero del mundo para comprarme mil paquetes de DINA4 "para casa".
En realidad y aunque no sea muy justificativo, lo que me ha dado rabia es que es verdad que en esta obra no he pedido ni bolis, ni rotus, ni lápices, ni nada para mi uso personal (creo que un par de pilas) mientras que otras gentes, supongo que más jefes, con más morro o más listos, piden material de oficina constantemente, material que por arte de magia pierden y vuelven a pedir.
Imagino que tendrán bolis y más bolis y Cds y más Cds y fosforitos y más fosforitos en sus casas, sin que mi compi diga nada o lo diga "por lo bajini" o se lo lleven también "por lo bajini"...
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