domingo, julio 26, 2015

Talbot Horizon M-XXXX-EH

Cada tarde noche, a la vuelta de mi rutinaria caminata y cuando apenas me quedan cincuenta o sesenta metros para llegar a mi portal, a mi escalera, a mis cuarenta y ocho escalones y a mi refrescante ducha, veo aparcado en la acera por la que marcho, un Talbot Horizon, matrícula de Madrid, ocho mil y pico EH.

Alguna vez veo a su anciano dueño dentro, que con la misma rutina que mis caminatas, se mete en el coche, agarra el volante con las dos manos, cierra los ojos y soltando su mano derecha, arranca el motor e inmóvil, imagina ese día de 1981 en el que fue al concesionario con su esposa, en el que nervioso, se metió en su flamante Talbot Horizon metalizado, en el que agarró el volante con las dos manos, en el que soltó su mano derecha y arrancó el motor y en el que con los ojos bien abiertos, viajó y viajó con su compañera siempre a su lado...

Un día cualquiera, sin avisar, nuestro vecino se meterá en el coche, agarrará el volante con las dos manos, cerrará los ojos y cuando suelte su mano derecha y arranque el motor seco, vacío, sin gasolina, no abrirá los ojos, sonreirá y viajará para siempre con su compañera al lado.

2 comentarios:

LOLITA LOP dijo...

Jolín, que me has dejado tristona.... snifffff.
Mira que es ley de vida, pero me habrá pillado sensible

Vitore dijo...

El hombre está vivito y coleando aún como su viejo e impoluto coche. Si me acuerdo, a ver si le saco una foto... Le he dado un toque dramático pero el señorín todavía arranca el cacharro.