miércoles, enero 18, 2006

El perfume que empezaba por "A"

Quería regalarle su perfume favorito como principio del fin, como una especie de hola; me voy.

Casi no podía imaginarla sin él. Cuando se echaba unas gotas, su belleza se multiplicaba, el brillo de sus ojos se volvía lacrimógeno pues no podía admirar esos ojos sin casi llorar él a su vez.

“Sólo me quedan unas gotas”: decía ella, poniendo el morrito mimoso, desamparado, resignado al fin del aroma. Y es que el perfume; en efecto; ya no se distribuía en la ciudad, ni en el país entero. Y era verdad que en el frasco sólo quedaba una ligera capa de liquido amarillo como el oro, que ella había ido alargando y alargando como una hechicera, como una encantadora de perfumes.

Él sabía que ella nunca le amaría, pues además de ser su amiga y sólo amiga, se había enamorado de una lesbiana de voz ronca, tan masculina era su pareja, que dicen que llegaba a agarrarse la zona donde los hombres tenemos nuestros atributos y se colocaba dichos atributos; invisibles físicamente; pero sin duda enormes y bien presentes en su psique.

Decidió buscar el perfume como regalo de Navidad, sabiendo que él ya no lo disfrutaría, ya no lo olería y le reconfortó saber que nunca lo encontraría en otra mujer en la calle o en cualquier otro lugar donde los perfumes recuerdan y te hacen recordar. Lo encontró en Tailandia. Compró un frasco por Internet y a los pocos días lo tenía en su casa.

Escribió una carta en la que contaba como durante esos días había surcado mares embravecidos, selvas asfixiantes llenas de peligros inminentes, hasta llegar a un chamán que mezclando hierbas únicas y extractos secretos había logrado el elixir, el perfume que en su caja de cartón de correo de vía aérea, ella tenía en sus manos.

Llorando como una "Magdalena", le dijo que era el regalo más imaginativo y más bonito que nadie; ni siquiera sus dos amores idolatrados le habían hecho jamás.

A los pocos meses, él ya no pudo ser su amigo, su ángel de la guarda, su confidente, su nada. Sólo recuerda que el perfume empezaba por “A”.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy chulo, vitore. Muy bonito.

Poldark dijo...

Se puede oler el fondo del frasquito.
Y huele requetebién.

pd: Sólo espero que ella no lo encuentre nunca en la propaganda de Alcampo....

III Naranjas Verdes dijo...

No sé como es ella, ni como huele el perfume...pero el escrito es precioso.

¡Besis!

Anónimo dijo...

Un texto muy bonito.
Lástima que se olviden tan rapidamente las cosas. Tanto que luchó por comprar ese perfume y en poco tiempo olvidó todo, hasta el nombre, sólo recordaba la inicial. Eso pasa, a alguna gente le pasa, hasta con las personas. Hoy te quieren comer y mañana...si te vi no me acuerdo.

UN saludo

Harry.c dijo...

Un relato desgarrador por su aroma a sufrimiento en silencio.
Un abrazo, vitore!

(Hoy he visto el dvd Septiembre, de Woody Allen; la historia respira un aire similar)

Verso dijo...

Eyyyyyyy, me han regalado un perfume que se llama "angel", no es el que tan bella historia te inspiró, el mío lo venden en el corte inglés, pasa a olerlo ;-), aunque es mucho mejor después de un rato. Un beso.

Harry.c dijo...

incondicional, pues si eres la de la foto y encima te vistes del perfume de Thierry Mugler, debes de dejar a tu alrededor un paisaje de humanos boquiabiertos y atolondrados.

Vitore dijo...

Menos mal que yo -que tengo una condenada memoria de elefante- si recuerdo el nombre del perfume y recuerdo como olía... Lo recuerdo todo...

Si algún día; él me pide de rodillas que le diga como se llamaba ese endemoniado perfume que empezaba por "A", le miraré a los ojos y ellos me dirán si puede volver a saberlo o no.

Grismar dijo...

Algunas cosas siempre se saben, aunque nos proteja el olvido.

Grismar dijo...

Estimado Vitore: elegí tu nombre para invitarte al juego al cual fui invitada, porque me gustan tus textos. Si acaso te interesara jugarlo, por favor lee mi blog donde están las reglas. Besos.

mmm dijo...

ummm...es la primera vez qe te leo...pero me ha encantado lo que he descubierto en él...