lunes, enero 05, 2009

Noche de Reyes-2

Hace tres años, en una noche como esta escribí esto

Aún no me explico como sigue existiendo la Noche de los Reyes Magos. Cuando yo era niño, si que eran magos, aparte de algo más jóvenes.

Eran magos porque los niños éramos infinitamente más inocentes. Tan inocentes éramos que no pedíamos los juguetes o ingenios electrónicos por su marca o modelo, sino que pedíamos juguetes por lo que iban a suponer lúdicamente hablando. Nuestros juguetes eran balones, trenes, camiones de bomberos, bicis, bolas del mundo... pedíamos incluso libros...

Nuestros padres no nos llevaban a grandes Centros Comerciales a elegir los juguetes por el simple hecho de que no existían esos mastodontes llenos de juguetes chinos. Nuestros ojos de niños inocentes veían el escaparate de una juguetería, pero no veían miles de compradores compulsivos con sus uniformadas bolsas de Toys 'R' Us llenas de Wiis.

Me estaré haciendo viejo, pero añoro esa edad de la inocencia, esa edad en la que todo era posible porque había magia de verdad. Los niños del siglo XXI no tienen la oportunidad de la magia o la pierden mucho antes de lo debido porque ven en los múltiples canales de televisión cientos de Reyes Magos en cientos de cabalgatas en todas las ciudades y pueblos y barrios de España.

En lo que queda de familia (mi hermano ha pasado este año de todo) seguímos haciendo una noche de Reyes del Familiar Invisible y cerramos los ojos para no ver ni el tamaño ni la forma del paquete que metemos bajo una colcha y cuyo contenido descubriremos mañana por la mañana mientras comemos un trocito de roscón con una taza de chocolate bien caliente...

Felices e inocentes Reyes Magos para quien lea esta entrada :D

5 comentarios:

Juls dijo...

Lo que pasa es que las explicaciones han variado. A mí hace unos años (15 o así... cómo pasa el tiempo) mis padres me decían que los de las cabalgatas en realidad eran representantes de los Reyes Magos. Nunca los vi por la tele, siempre estaba la primera esperando en la calle a que pasaran, fueran ellos o sus "representantes". Además soy la pequeña de cinco hermanos, mi madre lloró más que yo cuando "me hice mayor" y perdí esa inocencia. :P

Pero vamos, que a mis 23 años sigo luchando con niños y padres de todas las edades por los caramelos de las cabalgatas, y me siguen despertando los gritos de "Han venido los Reyes!" de alguna que otra hermana mayor. Para mí sigue habiendo magia :)

Un bepsico, Vitore!!

Anónimo dijo...

Uno no se hace viejo, Vito, simplemente se ablanda con los años y la emoción dirige las cosas, mas allá de cuántos reyes van repartiendo su carga simultáneamente o cómo hacen para entrar en tu departamento con los camellos. Y es mentira que son solo tres, porque cuando yo era chico venían los reyes de mi casa, los de la casa de todos mis tíos y de mis primos mayores, también.

Vitore dijo...

Juls: Bueno, es que si uno quiere, la magia no se tiene por qué perder. Por eso en mi familia hacemos lo del amigo/familiar invisible cuando lo fácil sería preguntarnos si nos apetece algo en especial o darnos simplemente dinero unos a otros. ¡Viva la inocencia!

¡Otro bepsico para ti!

Hang Tucker: ¡Pero hombre parece mentira! ¿Cómo que eran más de tres Reyes? ¡Eran tres, lo que pasa es que al ser magos les daba tiempo a ir a las casa de tus tíos, de tus primos y de medio mundo!

¡Un abrazo!

Anónimo dijo...

Pues yo pienso mantener en la innopia a mi hijo hasta que llegue el día ese en el que me pregunte por enésima vez si los Reyes Magos son los padres, y cuando le conteste que él que cree y no me quede más remedio que mentirle diciéndole que no existen,más que nada para que se vaya haciendo mayor.

Mar dijo...

Ay! este año fueron unos Reyes tristes, entre que la pequeña ya se enteró este año de eso de Reyes-padres (aunque la oí decir a alguien por teléfono que los Reyes Magos están en el corazón jejeje) y que yo estaba en el limbo de la fiebre, apenas hubo ilusión por nada. No se si podré arreglarlo para el año que viene :(
Bueno... y qué te trajo el Mago invisible? ¡cuenta!
Un besoo