martes, julio 31, 2007

Doctor Hackernstein


Como el doctor Hackernstein.


Así me sentí ayer cuando tomé "prestada" del trabajo una fuente de alimentación; cuando conecté dicha fuente al disco duro de mi viejo ordenador y cuando la conecté igualmente a la grabadora de CDs para intentar hacer una copia de ese disco duro.


Una pequeña lágrima cibernética corrió por mis circuitos cuando vi (no sin cierta sorpresa) que el anagrama de Windows XP salía como si nada hubiese pasado y cuando metí un CD virgen y cuando se copió toda la información que parecía dormida, si no muerta....


No tomé muchas precauciones a la hora de conectar todo el conjunto y tanto teclado, como ratón, como CPU, como monitor, como cables, campaban a sus anchas... ¡vivos!...

miércoles, julio 25, 2007

El día que mi ordenador hizo chimpum

Esta entrada la estoy publicando desde el ordenador de mi amable hermanita.

Algunas; y digo bien; algunas ya sabéis que mi viejo ordenador decidió (esta vez sí parece que para siempre) hacer chimpum.

Más bien hizo plof.

A ese plof le siguió un ligero olor a cable quemado que según expertos informáticos consultados por doquier no es otra cosa que la forma de decir adiós de la fuente de alimentación, es decir la eau de vie de los ordenadores, su corazón, lo que le hace vivir.

Podría cambiar esa vida por otra nueva, pero creo que mi viejo Pentium III merece un descanso casi eterno.

Un nuevo ordenador está siendo fabricado expresamente para mi en las entrañas de una remota factoría informática. Me imagino como van montando las piezas como si de un Terminator se tratase.

Como va a ser nuevo, lo llamaré Empezator.

La fecha prevista de entrada en mi casa es el 7 de agosto.

La mesa ya está limpia esperándolo....

sábado, julio 14, 2007

Windows Dead Messenger

Ana no tenía muchos amigos.

Para ser exactos; Ana no tenía amigos.

Se había ido plegando sobre sí misma harta de ofrecer su corazón, su cariño, su alma y su cuerpo, su todo a la gente, pero la gente siempre había rechazado de un modo u otro ese ofrecimiento sincero, amistoso, amoroso.

La humanidad había agotado sus fuerzas.

Tampoco es que esa humanidad la rechazase de mala forma. Y si lo analizamos bien, no es que fuese rechazo lo que obtenía de las personas a las que se acercaba, sino indiferencia, era como si fuese invisible y nada atractiva. Y eso que Ana no era una chica fea; claro que tampoco era guapa. Era de las que te cruzas en el Metro o en la calle y no reparas en ella porque parece como un complemento de esa situación, como un atrezzo de una obra de teatro.

Ana; sin embargo; sí había encontrado en los anodinos chats de Messenger cierta dosis de amistad cibernética que si no le llenaba al cien por cien, si era como una especie de amistad descafeinada e incluso había llegado a tomar algo con alguien; con quien había tenido chats más o menos trascendentales; que en el encuentro cara a cara se convertían en charlas o bien divertidas o bien aburridas o bien sexuales sin tapujos o en fin en conversaciones tan anodinas como las de los susodichos anodinos chats.

Un día Ana decidió empezar a cribar los ciento y pico contactos de su carpeta de Amigos de MSN.

Se descubrió riendo de lado mientras movía la cabeza asintiendo y analizando; primero la palabra Amigos; y luego la larguísima lista: “Valientes Amigos”; se dijo chasqueando la lengua. Borró cuatro de golpe porque hacía siglos que no hablaba con ellos, y eso que estos cuatro; que eran además amigos entre sí; eran de los “contactados” por así llamarlos, pues había quedado con los cuatro a la vez hacía meses; casi un año: “Son unos pelmazos y encima siempre se ríen de mí”; se dijo. “Me los cargo”.

Se fue a la cama diciéndose que mañana haría una lista más concreta de la gente prescindible y se durmió como un angelito.

Cuando días después se enteró que esos cuatro contactos que había borrado se habían matado al salirse su coche de la carretera el día que los borró de la lista, se sintió rara porque le dio entre pena e indiferencia y además estaba segura que era una casualidad trágicamente caprichosa.

Para demostrárselo a sí misma, borró un contacto de un tipo que siempre andaba rondando para follar con ella; tipo que asqueaba a Ana hasta las entrañas. “A este cerdo que le follen” pensó mientras lo borraba de la lista.

Ana supo que algo o alguien le había otorgado el poder de quitar la vida con un clic cuando se enteró; esta vez en la tele; de la muerte del acosador en un burdel de mala muerte de un infarto fulminante el día 22 a las 23:48 (clic).

Ana se sentó un poco pálida y calmadamente excitada ante su portátil.

Conectó Messenger; vio que todos sus contactos estaban apagados: “mejor; así es mejor”; pensó.

Fue al menú Contactos; eligió la carpeta Amigos; dio clic en Borrar Grupo.

¿Estás seguro que quieres borrar el grupo Amigos (156)?.

Ana sin titubear hizo clic con el botón izquierdo del ratón en la opción SI, apagó el portátil, respiró hondo y se durmió como un angelito mensajero de la muerte.

jueves, julio 12, 2007

meme cocina




Tomando el testigo de esta meme-entrada de thalatta he recordado un extraordinario libro de cocina que anda por mi casa, en una estantería llena de libros no tan curiosos pero seguro que igual de interesantes o más que él.




Pocos sin embargo logran captar tu atención como éste.




Tiene un título tan rotundo como dudosamente sabroso. He escaneado tanto la portada del libro como una receta al azar que no sé en realidad si es factible. Recuerdese que soy poco cocinilla y menos de lo que se jacta el libro.




Solo añadir que el libro es de 1930.




No escribo más. Las imágenes y el texto hablan solos. Disfruten...

domingo, julio 08, 2007

Ojo

Llevo dibujando este ojo casi toda la vida. No sé por qué. A lo mejor es que lo tengo en el subconsciente y corresponde a algún amor que tuve en otras vidas antiguas y olvidadas. A lo mejor es que lo dibujo para recordarme que cuando lo vea sepa que pertenece a la reencarnación de aquel amor del siglo XV o quizás lo dibujo para saber que ese ojo es mi ojo amado cuando lo vea con el resto del cuerpo y del alma de quien lo porte. El caso es que a la vez que esta manía de dibujar sólo este ojo, nunca el otro, tengo otra que he contado aquí de pasada alguna vez, que es la de mirar a los ojos (esta vez sí a los dos) a las mujeres variopintas que se me presentan en la vida. Todavía no he encontrado éste, entre bello y melancólico (si como un médico de los que miran el fondo del ojo, indago en este iris de bolígrafo y papel) aunque he visto almas alegres y tristes y sumisas y rebeldes y sensuales y ciegas en todos los ojos de todas las mujeres que he mirado y me han mirado en la vida. Sea vuestro ojo o no, este ojo creo que es al fin y al cabo el de todas vosotras: mujeres de carne y hueso, de alma y web y de lápiz y papel que me miráis día a día.

domingo, julio 01, 2007

El Antenista

Los que queremos recordarle lo hacemos vagamente, como si su pensamiento se borrase aunque su existencia o su presencia fuese tan querida.

Casi todos tenemos claro como le vimos por primera vez y eso que nadie recordamos en sí ni su cara ni casi ninguno de sus gestos.

Se presentaba en bloques de apartamentos o pisos o casas en el campo y decía que iba a reajustar algo relativo a la televisión digital terrestre y que ese reajuste no sólo no costaba nada sino que tanto imagen como sonido serían más nítidos que nunca y casi casi nos hipnotizarían; decía mientras nos guiñaba un ojo pícarón.

Se marchaba con una gran sonrisa diciendo adiós oscilando su mano como un metrónomo nervioso y al encender cualquiera de los visitados nuestra televisión, enseguida se notaba algo; no solo la considerable mejora en audio y video; sino que las noticias eran optimistas: israelíes y palestinos firmaban una paz sin condiciones ni fronteras; Estados Unidos emocionadamente decía que viendo esto eliminaba todas sus armas y ejércitos instando a la paz eterna, gesto que era imitado por todos los países habidos y por haber; los corruptos decidían devolver todos sus robos para bien de la sociedad; los terroristas de toda índole decidían también desarmarse imitando al planeta entero; los debates eran interesantes y llenos de ideas tan naturales que no traslucían ningún tinte político de lo lógicas y sociales y humanas que eran; en deportes milagrosamente ganaba siempre nuestro equipo abrazándose amistosamente con el eterno rival que también parecía haber ganado y si mirábamos la quiniela o la bonoloto o la lotería, nos tocaba pero nos era igual pues algo había en el ambiente que nos hacía ser felices sin dinero; el tiempo era siempre el adecuado con lluvias y soles que se daban paso con elegancia y sin desastres naturales y los concursos eran interesantes y llenos de gente sabia que nos hacía disfrutar, entonces apagamos todos esas televisiones a pesar del excelente audio y video que mostraban y salimos a la calle a amar y a vivir y a no despertarnos nunca más del hechizo del antenista.