sábado, septiembre 26, 2015

Prisión



Mi micro relato de esta semana para la Escuela de Escritores y la Cadena Ser.
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El puñetero ojo de la cerradura proyecta un micro rayo de luz justo encima de la asquerosa almohada del camastro de mi celda de castigo. 
Me aterrorizo y todos los músculos y huesos de mi cuerpo, destrozados por infinitas horas de tortura, se estremecen. 
Desde que me echaron a este cubículo es la primera vez que veo algo de luz. 
Prefiero no verla. 
La luz que entraba por el puñetero ojo de la cerradura, se apaga de golpe y porrazo. 
Algo tapa la luz. 
Abren. 
Cierro los ojos muy fuerte. 
Me arrastran a otra sesión de tortura. 
Quiero morir.